Siempre hay cierto debate sobre qué posición en el mundo del fútbol es la más incomprendida. Si la de delantero, por su relación de amor-odio con el gol; la de portero, por ser la última ficha en el tablero de ajedrez; o el central, que ha de batallar contra el instinto depredador de los killers. Sin embargo, solemos ningunear el papel del entrenador, ese que hace funcionar todo el engranaje y que posee un grado de relevancia incalculable. En las derrotas es el primero en caer, y en las victorias, en cambio, se vuelve invisible. Aunque en el Manchester United hubo una época donde la estrella que más brillaba estaba en el banquillo. Ahí se encontraba Sir Alex Ferguson, un genio al que los mancunianos aún no han encontrado sucesor. En once años, nueve entrenadores distintos han pasado por uno de los asientos más codiciados del planeta, pero, a su vez, uno de los más ingratos. El décimo en discordia será Rúben Amorim, un genio táctico al que Cristiano Ronaldo apodó como ‘El Poeta’ por su dominio de la palabra y la facilidad con la que convence de sus ideas a los demás. Sin haber pisado Old Trafford, el técnico de Lisboa ya ha seducido a la zona roja de Mánchester, que ven en él, por fin, a un entrenador capaz de devolver a su equipo a la nobleza europea.
A pesar de su juventud, Amorim es un técnico valiente, al que no le importa quemar etapas de su vida como si no costara, a un ritmo insultante. Al frente del Sporting de Braga tan solo permaneció tres meses, tiempo más que suficiente para conquistar una Copa de la Liga. Su gran labor con ‘Os Arcebispos’ llamó la atención del Sporting de Portugal, que pagó 10 millones de euros por él, el mismo importe económico que han desembolsado los ‘Diablos Rojos’. Con 39 años ya ha movido 20 millones de euros en traspasos, el tercer entrenador que más dinero ha costado a sus clubes, solo por detrás de Julian Nagelsmann, por el que el Bayern pagó 25, y Graham Potter, que recaló en el Chelsea previo pago de su cláusula de 24,32 millones.
Con 39 años ya ha movido 20 millones de euros en traspasos, el tercer entrenador que más dinero ha costado a sus clubes, solo por detrás de Julian Nagelsmann y Graham Potter
Amorim ha cambiado la historia del Sporting
Rúben Amorim siempre ha optado por el mismo sistema desde que aterrizó en la élite del fútbol portugués, el 3-4-3. En su primera temporada al frente del Sporting conquistó la Primeira Liga, título que los ‘Leões’ no alzaban desde el 2002. La batuta del juego recayó en los carrileros del equipo, Pedro Porro y Nuno Mendes. En la fase ofensiva, ambos actuaban como dos extremos al uso, encarando y bombardeando el área, por donde merodeaba Paulinho. Los teóricos extremos pasaban a centrar su posición para crear superioridades por el centro junto a los dos mediocampistas. En cambio, en la fase defensiva, Porro y Mendes actuaban como laterales, para formar una defensa de cinco. Por delante, los dos extremos se situaban en paralelo con el doble pivote, en una especie de 5-4-1.
El sistema predilecto del portugués es el 3-4-3, aunque sin balón sus jugadores se posicionan en un 5-4-1
En el éxito más reciente, este año, Amorim ha creado una máquina perfecta, un equipo camaleónico que se adapte a varios contextos. El equipo portugués es el líder en ataques con balón y en acciones directas. Los ‘Verde e Brancos’ son capaces de dominar los encuentros desde la posesión. Cuando tienen el control, el central menos hábil en salida de balón forma parte del doble pivote, y sus dos acompañantes son los que tratan de romper líneas mediante pases progresivos. No obstante, el Sporting también puede ser más directo, sin reformular en exceso las jugadas, especialmente con las rupturas al espacio de Gyökeres. La presión tras pérdida que imprimen sus equipos es otro de los principios básicos de Amorim. Sus pupilos asfixian a los rivales hasta recuperar de nuevo el balón. Los extremos incomodan a los laterales rivales para forzar al adversario a jugar por dentro, donde hay una sobrepoblación de jugadores.
Cómo adaptará su sistema al United
La gran incógnita en esta nueva etapa es ver cómo el técnico lisboeta adaptará su característico 3-4-3 al Manchester United, un sistema prácticamente inédito en Old Trafford. Varios nombres propios de la actual plantilla ‘red devil’ salen a relucir como grandes favorecidos con la incorporación de Amorim. En la retaguardia, Maguire puede, por fin, encontrar un estilo de juego donde ocultar sus carencias. Los mejores partidos de su carrera tuvieron lugar como referente de los ‘Three Lions’, donde actuaba en el centro de una defensa de tres, protegido por dos centrales. Sus acompañantes, siguiendo el libro de estilo del entrenador portugués, serán dos futbolistas aseados con balón, como pueden ser Lisandro Martínez y Leny Yoro. Asimismo, la presión incansable de sus equipos puede favorecer a Manuel Ugarte, futbolista que sobresalió bajo la batuta de Amorim, su padre futbolístico. Los mediocentros abarcan amplias zonas de campo y deben repetir asiduamente los esfuerzos para recuperar el balón con celeridad, una de las grandes virtudes del uruguayo. Por otro lado, en la parte ofensiva, el técnico prioriza la presencia de futbolistas ágiles y con desborde, pero que sean enérgicos sin balón, como pueden ser Garnacho y Rashford. Højlund también puede explotar sus cualidades con Amorim, pues es un perfil similar a Gyökeres.
Varios nombres propios de la actual plantilla ‘red devil’ salen a relucir como grandes favorecidos con la incorporación de Amorim
Los jugadores rogaban un cambio inminente en la nave mancuniana. La etapa de Ten Hag en el Manchester United estaba finiquitada, y solo se mantuvo en el cargo por su imprevista victoria en la FA Cup. El neerlandés aterrizó en Inglaterra tras unos años en los que enamoró a Europa con su fútbol alegre y vistoso. Sin embargo, nunca llegó a implantar su sello característico. Los ‘Diablos Rojos’ son el décimo equipo que más presiona de la Premier League y los novenos que más posesión acumulan en campo contrario, datos insuficientes para un club llamado a pelear año tras año por ganar la liga y que hoy tiene problemas incluso para entrar en la Champions. Además, había una cierta ruptura entre el exentrenador del Ajax y el vestuario mancuniano, que nunca comprendió algunas de las decisiones de Ten Hag durante su periplo en las islas. Como ha declarado Bruno Fernandes, “Amorim puede cambiar la energía”. El Manchester United lo necesita. El club inglés lleva desde el 2013 sin conquistar la Premier League, todavía con Sir Alex Ferguson en el banquillo. Son demasiados años transcurriendo por la nada más absoluta.
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Fotografía de Getty Images.