En De Kuip animan tanto que todavía por las calles resonarán los cánticos de aquel mayo de 1999. La última Eredivisie del Feyenoord, la última ocasión en la que sentirse reyes de los Países Bajos. Desde entonces la odisea por el desierto está siendo larga. Por el camino se han encontrado con derrotas humillantes, la pérdida de relevancia y la sensación de que nunca volverían a pelear un gran título. Hasta el AZ ha tenido mayor gloria. Para un club con semejante número de fieles, un estadio que enloquece y tanta historia detrás, todo ello supone un fracaso. Copa de Europa, dos Copas de la UEFA y una Intercontinental posan en sus vitrinas. El Feyenoord no es un club más, por mucho que en el fútbol moderno eso parezca. Caemos en el error de creer que clubes así son vulgares, y nada más lejos de la realidad. De ahí que sea tan importante la conquista liguera, porque muchos jóvenes aficionados al equipo más grande de Rotterdam jamás se han sentido el mejor equipo de su país. Son historias de otra generación, aquella que les vio vencer con comodidad hace 18 años.
Esa plantilla no era ninguna obra maestra, lo que sí fueron es muy sólidos. Concedieron cuatro derrotas en toda la temporada, y sacaron 15 puntos al segundo clasificado. La temporada anterior habían quedado en cuarta posición, muy lejos del Ajax campeón. Precisamente no era una plantilla diseñada para ganar la liga, en esos casos se suelen mezclar futbolistas veteranos y jóvenes promesas. La edad media de aquel Feyenoord era de 23.7 años, algo bastante habitual en los Países Bajos pero no tanto fuera de sus fronteras. El portero era un joven polaco que años después haría historia en el Liverpool, un tal Jerzy Dudek. Pero el emblema de aquel equipo era el danés Jon Dahl Tomasson. Con el diez a la espalda, y recién firmado del Newcastle, se convirtió en la auténtica referencia. Jugaba por detrás del punta, con mayor libertad, y así anotó 13 goles y regaló unas cuantas asistencias. La delantera estaba formada por los siguientes tres jugadores. El primero de ellos era Peter van Vossen. El holandés lo había ganado todo años atrás con el Ajax, Champions League incluida, pero su cotización había bajado notablemente. Tras su paso por Turquía y Glasgow Rangers, se convirtió en un hombre importante. Otro acompañante era Bonaventure Kalou. El apellido os suena. Sí, efectivamente es el hermano mayor de Salomon. Militó varias temporadas en el Feyenoord antes de irse a Francia. ¿Y quién era el delantero? El mito Julio Cruz. El jugador argentino había llegado el verano anterior procedente de River Plate, más de cinco millones pagaron por él. Una cifra considerable teniendo en cuenta la época. Sus 15 goles fueron determinantes para la conquista de la Eredivisie.
Aquella temporada fue curiosa. El Willem II fue el segundo clasificado, dudo que volvamos a ver algo parecido. De hecho, en la presente campaña están novenos. Terminaron a 15 puntos del líder, y allí jugaba el mito checo Tomas Galasek. El PSV fue el tercero, y estos sí tenían un gran equipo. La delantera formada por Ruud van Nistelrooy y Luc Nilis firmaron entre los dos 55 goles, tremendo. También tenían a cuatro mitazos: Rommedahl, Khokhlov, Ooijer y sobre todo Abel Xavier. Es tan raro ver al Willem II tan arriba de la tabla como el pelo de Xavier. ¿Y cómo terminó el Ajax? En sexta posición, fuera de las plazas europeas. Cuatro años atrás habían logrado la Champions League, y la pérdida de jugadores había sido importante. De todas formas, ahí seguían van der Sar, Litmanen, Gronkjaer, McCarty o Frank de Boer. Lo cierto es que, tan solo tres años después el Feyenoord levantaría su último gran título continental: la Copa de la UEFA. Las raíces ya las tenían plantadas, pero el factor diferencial fue Pierre van Hooijdonk. Cómo tiraba las faltas, jugó aquella UEFA al modo Dios. Además, Tomasson ya tenía una mayor experiencia y un tal Robin van Persie se labraba un nombre. Lejos está el actual Feyenoord de tener futbolistas de esa magnitud, pero están logrando una solidez que hacía muchos años que no se les veía. El primer paso para volver a la Champions es conquistar la Eredivisie, dos pájaros de un tiro. No debemos olvidar, que fue el primer conjunto neerlandés en lograr la Intercontinental, UEFA y Copa de Europa.
Si cogemos el once habitual del Feyenoord esta es la edad que tenía cada uno de ellos en el último título liguero: Jones (17), Karsdorp (4), Botteghin (12), van der Heijden (11), Kongolo (5), Villena (4), El Ahmadi (14), Toornstra (10), Berghuis (7), Elia (12) y Jorgensen (8). Quizá el portero Jones y Kuyt (19) sean de los únicos en tener un recuerdo nítido. De hecho aquella campaña, la 98/99, fue la primera del delantero como profesional. Que Kuyt es un puto mito ya lo sabíamos, pero más aún si tenemos en cuenta que era el único futbolista profesional la última vez que el Feyenoord salió campeón. Inició su larga carrera en el Utrecht, sumó 5 goles al término de la temporada y cinco años más tarde firmaría por el mismo escudo que lleva hoy. La 98/99 fue la primera temporada de Gio van Bronckhorst lejos de su país natal, recién fichaba por el Rangers. El actual técnico, al igual que Kuyt, se retiró en Rotterdam. Ahora están en una posición idílica, está en sus manos volver a conquistar la Eredivisie. Tan solo un club así es capaz de pasar de una victoria al PSV, a una derrota en el derbi local ante el Sparta. Más allá de que fuera un duelo de gran rivalidad, han caído ante un equipo que está peleando por no descender. La renta es de cuatro puntos y aún queda un duelo clave ante el Ajax. Como casi siempre, el título se decidirá en uno de los grandes partidos: De Klassieker.