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Los talentos sub-23 de los Juegos

Selección por selección, repasamos a los jóvenes futbolistas que mayor impacto pueden tener en estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Primer escaparate para unos, confirmación de una realidad para otros. Estas son las jóvenes promesas menores de 23 años, cada una de una nacionalidad distinta, que más pueden dar de qué hablar durante Tokio 2020.

Alemania: Felix Uduokhai (23 | Augsburgo)

En una Alemania dominadora, que someta a sus rivales con balón y avance a partir del giro entre líneas, la zurda de Felix Uduokhai filtrando balones rasos y tensos es fundamental. Con la ausencia del mediocentro Niklas Dorsch, su figura se antoja imprescindible para el conjunto de Stefan Kuntz. Sus condiciones físicas son envidiables y con balón se siente muy cómodo. En todo caso, el joven central del Augsburgo suma ciertos problemas al salir de zona y en la defensa del área, pero su influencia haciendo avanzar al equipo a través de la pelota es notable para las aspiraciones germanas.

Arabia Saudí: Abdullah Al-Hamddan (21 | Al-Hilal Riyadh)

Delantero principal, alto y fuerte, con capacidad para cuerpear con centrales, aunque esto supondría limitarse demasiado. Lejos de ello, Al-Hamddan es un ariete con capacidad y tendencia para trazar movimientos sobre la banda, descargas de espaldas o lanzar carreras sin balón. Delantero ambidiestro, astuto, poderoso físicamente. Pasó por las categorías inferiores del Sporting de Gijón durante su etapa como juvenil. Actualmente pertenece al vigente campeón de la liga saudita, el Al-Hilal Riyadh.

Argentina: Thiago Almada (20 | Vélez Sarsfield)

Vertical y astuto, un diamante para el Vélez de Mauricio Pellegrino. Sutil en sus contactos, con unos gestos técnicos de enorme calidad para salir de presión y una conducción endiablada incluso por pasillos internos. Su forma de girar, de relacionarse o de improvisar con el balón son solo una parte de su talento. Contra todo pronóstico, en el primer partido contra Australia se quedó fuera de la convocatoria. Su equipo, apático por tramos, terminó cayendo por 0-2. Sería una gran sorpresa que no contara con más minutos a lo largo del torneo.

Australia: Reno Piscopo (23 | Wellington Phoenix)

Extremo izquierdo a pierna cambiada. Sus gestos técnicos para salir de presión son precisos y productivos, pero es el lenguaje corporal lo que le da un sentido distinto a su fútbol. Juega dando saltitos, congelando el tiempo y dinamitándolo al instante. Disfrutando y haciendo disfrutar cuando su equipo lleva las riendas del juego. Pasó por las categorías inferiores del Torino y del Inter de Milán, e incluso disputó partidos con la selección italiana en su etapa como juvenil. Actualmente juega en el Wellington Phoenix. Todavía no ha debutado con la absoluta de su país natal.

Brasil: Antony (21 | Ajax)

Extremo de juego, no de jugadas. Frena en seco, retiene, desborda y entiende bien los tiempos. Se divierte con balón: tira caños, gambetea con perspicacia e improvisa con gran acierto. Jugador divertido cuando parece quedarse sin espacios. El verano pasado aterrizó en Ámsterdam procedente del Sao Paulo y, en su primera temporada por Europa, las cifras son de sobresaliente: diez goles y diez asistencias en todas las competiciones. Es uno de los grandes atractivos de estos Juegos Olímpicos: un brasileño jugando de brasileño.

Corea del Sur: Kang-in Lee (20 | Valencia)

Elegido Balón de Oro en la pasada Copa del Mundo sub-20 de Polonia en 2019, el prolífico atacante surcoreano llega a los Juegos Olímpicos como líder absoluto de su selección. Su plasticidad para recibir entre líneas, la forma de relacionarse, el modo en que sale de presión por dentro y fuera y su gen competitivo le convierten en la estrella indiscutida del combinado asiático. Durante la temporada 2020-21 ha sido el jugador sub-21 que más regates exitosos ha logrado en las cinco grandes ligas europeas (84,4%).

Costa de Marfil: Amad Diallo (19 | Manchester United)

Tras su figura menuda y esbelta se esconde un extremo velocísimo, talentoso, dinámico con balón y capaz de trazar rupturas constantes. Su forma de congelar el tiempo cuando encara es muy propia. El pasado invierno fichó por el Manchester United procedente del Atalanta: 25 millones (más 15 en variables) tienen la culpa. No obstante, la llegada de Jadon Sancho a Old Trafford, junto a la estima que Solskjaer guarda hacia Greenwood y Daniel James parecen dejarle sin oportunidades a corto plazo. Los Juegos Olímpicos podrían servir para despertar el interés de algún club que busque hacerse con su cesión.

Egipto: Ammar Hamdi (21 | El Ahly)

Durante su préstamo en el Ittihad Alexandria ha venido jugando en banda, principalmente por su enorme velocidad y su forma de relacionarse para llegar al área, aunque con Egipto está más relacionado con el centro del campo (ya sea como mediocentro o interior). Veloz e inteligente saltando a presionar, con capacidad para estirar en conducción, calidad técnica y un buen cambio de ritmo para acelerar y batir líneas. Participó y destacó en la Egipto sub-23 campeona de la Copa África en 2019. Uno de los más jóvenes de la convocatoria egipcia.

España: Pedri (18 | FC Barcelona)

Ha sido indiscutiblemente uno de los nombres propios de la pasada Eurocopa. Pedri aterriza en Tokio con solo 18 años, pero habiendo demostrado su talento con la selección española y el Fútbol Club Barcelona. Recepción entre líneas, giro en espacios reducidos, comprensión del juego al alcance de unos pocos elegidos. Su presencia en la tercera altura del centro del campo representa por sí misma una amenaza para cualquier bloque rival. Es escurridizo, un prodigio que aúna lectura y técnica al servicio del equipo.

Francia: Enzo Le Fée (21 | Lorient)

No es la típica convocatoria de grandes nombres a la que acostumbra Francia para este tipo de torneos, pero la figura de Enzo Le Fée esconde la capacidad de alzarse sobre el resto por cuestiones de talento y rendimiento próximo. Los partidos del Lorient esta temporada han cobrado un matiz distinto cuando el balón pasaba por sus botas: la altura de sus medias nos pone sobre aviso de su talento. Su primera toma de contacto con la pelota lo confirma. Es un ángel a nivel técnico, un jugador cuyo fútbol parece haberse cimentado en parques y campos de tierra. Elástico, creativo, inteligente.

Honduras: Edwin Rodríguez (21 | Olimpia)

No es un prodigio físico, pero su técnica y poderosa lectura le convierten en un elemento especial para Honduras. Es asociativo, sale de presión con facilidad y tiene una cintura de plastilina cuando recibe entre líneas. Tiene olfato para detectar y explotar el espacio, además de arte para improvisar cuando se queda sin salida. Centrocampista del Olimpia hondureño, una delicia sobre el campo. Otro al que su paso por los Juegos Olímpicos le vendrá bien para descubrir su talento al mundo.

Japón: Takefusa Kubo (20 | Real Madrid)

Con 20 años y tras una temporada atípica, el extremo nipón busca reencontrarse con las sensaciones que transmitió durante su cesión por Mallorca. El escenario parece ser el idóneo para su redención: más allá de ser anfitriona, la selección japonesa está predispuesta a ofrecerle un contexto que le sea proclive. Recibiendo por dentro muestra olfato para el pase profundo, visión de juego, agilidad para recibir y un notable giro entre líneas. Por fuera, su tendencia a conducir con la pelota pegada al pie y su técnica para encarar y encontrar situaciones de ventaja le convierten en un jugador diferente.

México: Diego Láinez (21 | Real Betis)

No es solo el jugador más joven de la convocatoria, sino también el más talentoso. Las aspiraciones de México en estos Juegos Olímpicos pasan por sus botas y su cabeza, a pesar de contar con una convocatoria de muchos nombres interesantes. Recibiendo en banda derecha es eléctrico, desborda con facilidad y supera rivales para hacer avanzar al colectivo. Sus diagonales son punzantes, y su forma de mover las piernas en cada uno contra uno, ágiles y prácticas por igual, le convierten en un argumento dominante en situaciones de desborde.

Nueva Zelanda: Ben Waine (20 | Wellington Phoenix)

Delantero con cualidades de segundo punta. Destaca principalmente por su gran lectura para moverse por el frente de ataque, tanto para girarse como en apoyo, además de por su técnica y las notables cifras de cara a puerta, sobre todo con la selección. Sus números en la pasada Copa de Oceanía sub-23 de 2019 son extraordinarios y ejemplifican bien la superioridad de su país en este mismo torneo: ocho goles y siete asistencias en solo cinco partidos. Por su perfil está llamado a entenderse con Chris Wood.

Rumanía: Ion Gheorghe (21 | Voluntari)

Interior atrevido del Voluntari rumano, con buenas condiciones técnicas y tendente a las buenas decisiones con balón. Su carácter cerebral se refleja principalmente en los momentos de transición ofensiva, donde tiende a administrar muy bien sus movimientos a la vez que se muestra ágil en el control de balón. Puede recibir en la base, pero también volar y pisar área rival. Otro talento interesante de esta prometedora generación de Rumanía. 

Sudáfrica: Evidence Makgopa (21 | Baroka)

Ariete del Baroka sudafricano. Agresivo en carrera, fuerte y alto, astuto en sus movimientos. No solo aguanta el choque aéreo con los centrales, sino que además entiende sus capacidades y las explota de maravillas: retrocede unos pasos, amenaza con el apoyo desde dentro y, una vez logra atraer al defensa rival, explota al espacio y su zancada se torna dominante. Marca de la casa. Los Juegos Olímpicos de Tokio, su primer gran torneo con la selección, podrían servirle para descubrir sus interesantes condiciones al mundo entero.

 


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Fotografía de Imago.