El Real Zaragoza vive con el agua al cuello. La temporada, que comenzó con la promesa y el sueño de pelear por el regreso a Primera, se ha convertido en una angustiosa lucha por evitar el descenso. La Romareda, escenario de gestas y noches mágicas, asiste con impotencia al declive de un equipo que parece atrapado en un laberinto de dudas. Cada partido es una moneda al aire y cada punto un pequeño salvavidas en medio del naufragio. La afición mantiene la esperanza a pesar de los golpes. Con dos puntos de ventaja sobre el abismo de la Primera Federación, la directiva ha movido ficha en un último intento por cambiar el rumbo. Para ello, ha recurrido a alguien que conoce bien la casa: Gabi Fernández.
Inquietud, miedo e incertidumbre. Esto es lo que siente el zaragocismo en estos momentos. “A estas alturas de la temporada, el Zaragoza nunca había estado tan cerca de las llamas del descenso”, asegura Chema R. Bravo, periodista del Heraldo de Aragón y colaborador de Panenka. El conjunto blanquillo se encuentra decimoctavo en Segunda con 37 puntos -nueve victorias, diez empates y 13 derrotas-. Dos puntos por encima del descenso que marca el Eldense -quien le goleó por 2-4 en La Romareda el pasado 8 de marzo-, lleva ocho partidos sin ganar. “Ahora ya no tiene prácticamente red debajo de los pies y la situación es muy peligrosa”, dice Bravo.
Ante esta situación tan delicada, la directiva acudió a un viejo conocido para que se hiciese cargo del banquillo: Gabi Fernández. El club aragonés llegó a un acuerdo con el exfutbolista y hasta ese momento entrenador del Getafe B para que tomara las riendas del equipo hasta el 30 de junio, convirtiéndose en el cuarto entrenador del Zaragoza en lo que va de curso. A sus 42 años, Gabi vuelve a casa tras su paso como futbolista entre las temporadas 07-08 y 10-11. En esa etapa, el madrileño fue clave en la salvación del equipo en 2011. Un doblete suyo ante el Levante en el Ciutat de València le dio la permanencia al Zaragoza. Además, en el tramo final de la temporada, hizo un doblete contra el Valencia y anotó ante el Almería, el Real Madrid y la Real Sociedad.
“Para lo que muchos es un marrón, para mí es una oportunidad de poder ayudar al Zaragoza, de demostrar que para mí es un club especial”, dijo Gabi tras su presentación como nuevo entrenador
Como futbolista del Zaragoza, Gabi sabe lo que es vivir situaciones extremas. Bajó a Segunda la temporada 07-08, ascendió con Marcelino y se salvó las dos siguientes bajo las órdenes de Gay y Aguirre. “Lo vamos a sacar adelante, por si alguien lo duda”, dijo con contundencia Gabi en su presentación como nuevo entrenador. “Para lo que muchos es un marrón, para mí es una oportunidad de poder ayudar al Zaragoza, de demostrar que para mí es un club especial. Me he visto en la obligación de venir, lo más sencillo hubiera sido quedarme en Getafe con una situación cómoda”, explicó sabedor del reto que asume.
El Real Zaragoza necesitaba un nuevo líder en el banquillo y los dirigentes confían en las capacidades y el carácter de Gabi. “El mercado no ofrecía mayores posibilidades en pleno mes de marzo. Es un entrenador inexperto en estas situaciones, pero sí que las ha vivido como futbolista del Zaragoza. Esa conexión con el club, con la ciudad y con el entorno, hace que sea la figura ideal para estas circunstancias”, confía Bravo. Para el periodista maño, más que asuntos tácticos o de modelo de juego, lo prioritario es “recuperarse desde lo emocional”. Y eso lo puede hacer el nuevo técnico. “Tiene esa capacidad de hacer un equipo de autor con mucha huella del entrenador. Ha bebido de técnicos como el ‘Cholo’, García Toral o Aguirre, con una personalidad muy competitiva, muy equilibrados y con un carácter colectivo muy marcado”, analiza.
SOBREVIVIR EN LA CRISIS DE EXPECTATIVAS
Con una plantilla muy joven y la ausencia de futbolistas que hayan vivido episodios tan comprometidos, el Zaragoza lo tiene más complicado. “Se tienen que afrontar los dos meses que quedan de temporada como un equipo pequeño que tiene que sobrevivir. Ese es el chip que tiene que implantar Gabi al equipo”, expone el periodista del Heraldo.
Tras empezar la temporada como un tiro con victorias ante Cádiz, Cartagena, Elche o Levante y situarse en lo alto de la tabla los dos primeros meses de competición, la ilusión se disparó. “El Zaragoza vive en una persistente crisis de expectativas. Vive bloqueado y se repite año tras año. Ese es el principal problema”, asegura Bravo. Y es que esta temporada es la duodécima consecutiva en Segunda. Ya no es el equipo que estaba de paso. “La categoría, por los códigos que la mueven y por el impacto que tiene en el control económico, iguala mucho las fuerzas”, dice el periodista aragonés, agregando que en la Liga Hypermotion “hay una democratización y una homogeneización total”. Y es que, pese a que los tres descendidos de Primera cuentan con una ligera ayuda, no es determinante.
Lo cierto es que en los últimos años la situación económica del Zaragoza ha mejorado mucho con la llegada de Jorge Mas Santos -actual presidente y también accionista del Inter de Miami de Leo Messi en la MLS– y el grupo de empresarios e inversores americanos. En la actualidad, los mayores accionistas del club son Pablo Jiménez de Parga, consejero del Atlético de Madrid, y Joseph Oughourlian, dueño del Racing Club de Lens y presidente del Grupo Prisa. “Ya no es el quipo que tenía que preparar plantillas con cinco millones de euros y que tenía una de las economías más débiles de Segunda”, explica Bravo, añadiendo que con la llegada de la nueva propiedad “se ha mejorado mucho los ratios de endeudamiento y le ha permitido al club ser uno de los equipos financiera y económicamente más fuertes de la categoría”.
Cuando las cosas no salen, siempre aparecen los fantasmas del pasado. En el caso del Real Zaragoza todo recuerda al año 2008. “Son temporadas temiblemente parecidas. El paisaje, incluso los protagonistas y la trama”
Pero en el ámbito del fútbol, el dinero no siempre es garantía. Esta temporada, el Zaragoza posee el mayor límite salarial del periplo de 12 años en Segunda. Chema R. Bravo hace evidente el problema: “Una cosa es fichar buenos futbolistas y otra es hacer una buena plantilla. Fichar buenos jugadores se puede hacer con dinero, pero para hacer un buen plantel necesitas una visión más amplia del proyecto”. Para Bravo, se ficharon buenos jugadores, pero hubo un problema de fondo: la huella de Víctor Fernández en el diseño de la plantilla fue muy profunda. “Ha sido una leyenda del club y es el mejor entrenador de su historia, pero no era el más adecuado para la situación, el fútbol actual, la categoría y la exigencia que tiene el Zaragoza”, considera.
“El Zaragoza compitió bien al principio de la temporada contra equipos que aún estaban en construcción. El club cerró la plantilla bastante pronto y eso ayuda. Pero conforme pasaron los partidos y la competición fue cogiendo temperatura y fue echando a rodar, vimos que era un equipo muy vulnerable en aspectos que son esenciales en Segunda”, explica el periodista. Y es que, pese a tener mucho gol, el conjunto aragonés ha tenido muchos desajustes y muchos desequilibrios en defensa. “Ha sido un equipo muy frágil”, puntualiza.
LOS FANTASMAS DE LA TEMPORADA 07-08
Cuando las cosas no salen, siempre aparecen los fantasmas del pasado. En el caso del Real Zaragoza todo recuerda al año 2008. “Son temporadas temiblemente parecidas. El paisaje, incluso los protagonistas y la trama”, dice Chema R. Bravo. En primer lugar, por el músculo financiero. En la temporada 07-08, el Zaragoza tuvo la plantilla más cara de su historia. Con César Sánchez, Roberto Ayala, Pavón, Juanfran, Carlos Diogo, Zapater, Celades, Pablo Aimar, Ricardo Oliveira, Diego Milito, Sergio García -que acabaría conquistando la Eurocopa con España- o el propio Gabi, “era una constelación de estrellas”, asegura Bravo. Este año, es la plantilla con más capacidad salarial de su estancia en Segunda.
La de 2008 era una plantilla muy marcada por Víctor Fernández. Lo mismo pasa en la presente campaña. “Solo ha habido tres temporadas en las que el Zaragoza ha tenido cuatro entrenadores [96-97, 07-08 y 24-25] y las tres las empezó Víctor”, explica Bravo. Y es que el despido del técnico maño agitó al vestuario en las tres campañas mencionadas: “Suele dejar bastante tierra quemada”. En 2008 el vestuario quedó completamente dividido y destrozado a todos los niveles. “Ahora el equipo se convirtió en cenizas y lo ha tenido muy complicado Miguel Ángel Ramírez para sacarlo de abajo”, expone.
En la temporada 07-08 se trataba de un equipo muy goleador con Diego Milito, Oliveira o Sergio García, pero era endeble y encajaba goles con facilidad. Con 50 tantos anotados -el séptimo más goleador de Primera-, pero 61 encajados -la cuarta peor defensa del campeonato-, los ‘Leones’ se fueron a Segunda con 42 puntos. Y es que salvo el descenso del Deportivo, no ha habido más descensos con 42 puntos a lo largo de la historia. Muchas similitudes que hacen florecer las dudas en la afición.
El Zaragoza, atrapado en su propio laberinto, debe encontrar la salida antes de que sea demasiado tarde. La historia pesa, pero no gana partidos. El equipo necesita recuperar el carácter que una vez lo hizo temido
Lejos quedan los años en Primera. Con el último espejismo del ascenso frustrado en 2020, el Zaragoza no ha vuelto a estar tan cerca de la máxima división del fútbol español. “Ese era el año”, asegura Bravo. “La plantilla estaba muy bien tirada y se fichó muy bien. Víctor no tuvo tanta ascendencia sobre los fichajes”, explica. Con Puado y Luis Suárez comandando al equipo en ataque, El Yamiq siendo un muro en defensa, y un once con grandes nombres como Cristian Álvarez, Eguaras, Raúl Guti, Igbekeme o Kagawa, el Zaragoza iba directo a Primera: “Cuando se paraliza la competición [por la pandemia] estaba ya con la velocidad de crucero de los equipos que ascienden, ganaba los partidos por puro puño, por autoridad. Tenía una musculatura competitiva asombrosa y prodigiosa”.
Pero llegó el confinamiento y, tras el parón, todo cambió. “No se gestionó nada bien por parte del cuerpo técnico, tanto en preparación como en enfoque del fútbol que se venía: el de los cinco cambios, jugar cada tres días. El Zaragoza estuvo muy mal dirigido por el propio Víctor Fernández en esa etapa y aun con todo se metió tercero”, recuerda Bravo. En el play-off de ascenso, ante un Elche en dinámica ascendente, el club maño se quedó fuera.
El Real Zaragoza, atrapado en su propio laberinto, debe encontrar la salida antes de que sea demasiado tarde. La historia pesa, pero no gana partidos. El equipo necesita recuperar el carácter que una vez lo hizo temido. Esa identidad que, más allá de los nombres y los presupuestos, marca la diferencia en una categoría tan difícil como Segunda, donde cada duelo es una batalla. Gabi ha llegado para encender la mecha, para rescatar el espíritu de un club que se niega a caer.
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Fotografía extraída de las redes sociales del Real Zaragoza.