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El CD Tenerife, al borde del abismo

La crisis deportiva e institucional hunde al club en el peor momento de sus 102 años de historia, con la salvación a 14 puntos y un futuro incierto en los despachos

Tenerife

Atrapado en una espiral de desesperanza que ni siquiera el blanquiazul de su historia logra iluminar, el CD Tenerife se encuentra al borde del abismo. Lo que comenzó como una temporada de ambición ha derivado en un naufragio futbolístico, con el equipo hundido en la penúltima plaza de la Liga Hypermotion, a 14 puntos de una salvación que se antoja una quimera. El caos institucional tampoco da tregua: la dimisión de Paulino Rivero como presidente el pasado miércoles deja a la entidad sin timón en plena tempestad.

“El club no puede transmitir la sensación que da todo por perdido. Cada día de partido, el entrenador y los jugadores tienen que hacer todo lo posible para ganarlo”. Esto decía Álvaro Cervera tras perder 2-3 ante el Córdoba CF el pasado 15 de febrero. Días más tarde, el pasado 20 de febrero, el técnico español aseguró en la previa del partido contra el Málaga que la derrota ante el conjunto cordobés les hizo “mucho daño”: “Pensábamos que no estábamos sacando puntos, pero sí el juego; el otro día ni conseguimos los puntos y el juego dejó algunas dudas. Fue un jarro de agua fría”.

Tras 28 jornadas, el conjunto ‘chicharrero’ se encuentra vigesimoprimero en la tabla de Segunda División. Con solo cuatro victorias, los isleños han cosechado siete empates y 17 derrotas. Se encuentran en el pozo más profundo desde la temporada 11-12, cuando descendieron a la extinta Segunda B. La presente campaña suman solo 23 goles a favor, por los 42 que han recibido en contra. En el Heliodoro están contando los días para despedirse del fútbol profesional. La última temporada en Primera fue la 09-10, y tras un periplo de dos campañas en la división de bronce, desde la 13-14 están jugando en la división de plata del fútbol español.

 

El caos institucional tampoco da tregua: la dimisión de Paulino Rivero como presidente el pasado miércoles deja a la entidad sin timón en plena tempestad

 

La llegada de Álvaro Cervera con la misión de salvar al equipo no ha ayudado a levantar la cabeza. El técnico nacido en Guinea Ecuatorial llegó a finales de diciembre del año pasado, después que finalizara la segunda etapa de Pepe Mel al frente del banquillo tinerfeño. Cervera ya fue el héroe del ascenso a Segunda División en 2013. Lejos quedan aquellos dos intentos frustrados de ascenso a Primera. El último fue la temporada 21-22, cuando el Girona de Míchel les arrebató el sueño de volver a la élite tras asaltar El Heliodoro con un marcador global de 1-3. Aquel Tenerife había dado un paso de gigante tras cargarse a su máximo rival, la UD Las Palmas, en las semifinales del play-off. En la 16-17 también llegó el club ‘chicharrero’ a la final, pero perdió ante el Getafe de José Bordalás.

Desde el aterrizaje de Álvaro Cervera para hacerse cargo de nuevo del Tenerife, el conjunto ha ganado dos partidos, ha empatado otros dos y ha perdido cinco. Además, cayeron eliminados en Copa del Rey ante CA Osasuna. Manoj Daswani, periodista de la Cadena SER, explica a Panenka que con la llegada de Cervera y los primeros partidos “el paisaje era mucho más amable”: “Logró ubicarse en un promedio de puntuación que hacía pensar en el milagro”. Sin embargo, asume que, ahora mismo, es “una quimera pensar en la permanencia”.

“Yo estoy aquí porque me apetece, pero hay que aprovechar lo que se piense que es válido y quitar lo que está lastrando el club”, decía Cervera en la previa del partido del Málaga, tras ser preguntado por su futuro de cara a la próxima temporada. El técnico siempre se ha mostrado muy a favor de los intereses del club, al que tiene especial cariño. Además, no es ajeno a la situación extradeportiva que vive el CD Tenerife.

La situación a nivel institucional es muy complicada. El pasado miércoles 19 de febrero dimitió como presidente del club Paulino Rivero. “Ha terminado un periodo interesante, pero es necesario que venga gente con ideas renovadas”, dijo Rivero. El ya expresidente del club canario no se quedó ahí y lanzó un dardo a la estructura del club: “No puedo gestionar con el modelo que tenemos. No se puede estar en una entidad en la que las decisiones importantes no están en manos del presidente, este modelo no me convence”. Rivero asumió la presidencia del club el 14 de diciembre de 2022, tomando el relevo de Miguel Concepción, y el pasado diciembre ya anunció su intención de dejar el cargo antes del 30 de marzo.

Echando la vista atrás, en 2022 se firmó un contrato secreto, por el cual tres empresarios locales fiaron sus votos futuros en asambleas y consejos de administración al inversor José Miguel Garrido, al que le dieron plenos poderes en el área deportiva. Daswani asegura que la situación actual viene dada por culpa de Garrido: “Su carácter ciclotímico, la soberbia y las decisiones estrafalarias durante un bienio fatal han llevado al Tenerife a la ruina deportiva”.

 

En el Heliodoro, las gradas resisten entre la resignación y la fe, soñando con un milagro que cada jornada parece más lejano. La afición se niega a rendirse

 

Para los futbolistas e integrantes de la primera plantilla es muy complicado alejarse de la situación institucional: “Estamos en una situación que pasan muchas cosas, ojalá lo que pase sea lo mejor para el club y pueda seguir creciendo. Que miremos este año como lo que pasó y no tiene que volver a pasar”, dijo Cervera antes de enfrentarse al Málaga. Además, para Daswani, el trabajo de Rayco García en el mercado invernal fue “nefasto”: “Apareció como posible solución, pero ha seguido en el perfil unipersonal de su antecesor Garrido. Ahora mismo, no hay nadie a quien agarrarse como un clavo ardiendo”.

En la isla el Tenerife es patrimonio. “Es un sentimiento centenario, la cifra de abonados está por encima de los 12.000”, explica Daswani. Las últimas semanas y meses, se está siguiendo muy de cerca y las audiencias se dispararon con la Asamblea de Accionistas del mes de diciembre. “En la Cadena SER se multiplicó un 300%, que decidimos emitir pese a la oposición del club”, admite el periodista tinerfeño. El Tenerife vive la peor crisis de sus 102 años de historia.

La afición está desolada. “Lo entendemos porque llevan mucho tiempo sin ver ganar a su equipo. Lo vamos a intentar y por nosotros no va a quedar”, aseguró Cervera. Para Manoj Daswani, solo tienen una voluntad: que no vuelva Garrido bajo ningún concepto. El periodista admite que “el panorama es desolador”, a la vez que intenta pensar que “la fortaleza del tinerfeñismo” permitirá que el club se levante y siga adelante. “Ojalá a esta crisis le acompañe una catarsis que traiga consigo un Tenerife mejor y más decente, alejado de intereses especulativos y perfiles narcisistas como los que nos hemos encontrado en los últimos tiempos”, finaliza Daswani.

El CD Tenerife se asoma al abismo con la fragilidad de quien ha perdido el rumbo y la determinación. En el Heliodoro, las gradas resisten entre la resignación y la fe, soñando con un milagro que cada jornada parece más lejano. La afición se niega a rendirse, haciendo énfasis en el escudo y la historia del club. En el verde, donde manda el balón, el tiempo se agota y Primera Federación acecha como una amenaza que poco a poco se va convirtiendo en realidad.

 


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Fotografía de Getty Images.