Alejandro González Iñarritu, director mexicano autor de grandes películas como Birdman o Amores Perros, vivió el punto más álgido de su carrera en 2015 con The Revenant (El Renacido), con la que ganó su segundo Oscar como mejor director después de haberlo conseguido un año antes con Birdman. En El Renacido, Iñarritu puso todos los ingredientes para que un ya veterano Leonardo Di Caprio alzase su primera estatuilla como mejor actor. Y es que sí, ese Oscar en 2016 supuso el primer premio de La Academia que el legendario Di Caprio recibía después de tres nominaciones. Ni con El Aviador en 2005, ni por Diamante de Sangre o, lo más sorprendente, ni por El lobo de Wall Street, el de Los Ángeles consiguió llevárselo. Tuvo que ser con una de sus películas más duras, que mostraba el límite de la condición humana, con la que consiguió el sueño de cualquier actor. La verdad es que Iñarritu diseñó una producción a medida para que Di Caprio ganara el tan deseado Oscar. Fue con la entrega de ese premio que el cine, y porque no también el mundo, respiró aliviado. Por fin un artista de la carrera de Leonardo Di Caprio recibía un premio merecido. Fue con sudor, lágrimas y mucho, mucho frío, pero al final, lo consiguió. Pierre-Emerick Aubameyang no tuvo que pasar tanto frío en Barcelona; de hecho, cambió una ciudad lluviosa como Londres por otra de soleada, pero esta decisión, que llegó en los últimos instantes del mercado invernal de 2022, también lo hizo renacer.
El delantero gabonés era el ídolo del Arsenal. Sus más de 150 partidos y 92 goles en el club ‘gunner’ lo hicieron ser considerado uno de los jugadores más importantes de los últimos años en la capital inglesa. Aubameyang no solo era el goleador del equipo, sino también el capitán y el emblema dentro y fuera los terrenos de juego. Siempre con sus looks atrevidos y carismáticos, que llamaban la atención a kilómetros. Se ganó, poco a poco, los corazones de los aficionados. ‘Auba’ no era un jugador corriente. No lo ha sido, de hecho, desde el momento en el que despegó. Pierre-Emerick Emiliano François Aubameyang nació un 18 de julio en Laval, una población en la región de Países del Loira, a 300 kilómetros de París. Su padre, Pierre François Aubameyang, fue un defensor gabonés que desarrolló su carrera en Francia, en equipos como el Stade Lavallois, el Toulouse o el Niza. Su madre, Margarita Crespo, de raíces españolas, se gana la vida en el mundo de los negocios. Sin embargo, Aubameyang nunca vivió en Francia o Gabón, sino que creció en Milan, donde su padre estaba ejerciendo como ojeador para el AC Milan. Fue el progenitor quien marcó la evolución del delantero y lo ayudó a evolucionar como futbolista. Pero también ayudó a sus dos otros hermanos, Catilina y Willy. La misión de ‘Yaya’, el sobrenombre del padre de ‘Auba’, era continuar con el legado que él había dejado. Y vaya si lo logró. En 2007, Pierre-Emerick entró en la academia del AC Milan, el año en que los ‘Rossoneri‘ fueron campeones de Europa. Y aunque nunca llegó a debutar con el primer equipo, a aquel joven ariete ya se le veían cualidades superlativas. En los siguientes años fue cedido a clubes franceses como el Dijon, el Lille o el Mónaco y en 2011 fichó, definitivamente, por el Saint-Étienne, donde marcó la friolera de 31 goles y fue nombrado mejor jugador africano de la Ligue 1 en 2012. En el club coincidió con el hoy entrenador del PSG Christophe Galtier, que desde el primer momento ya empezó a ver las cualidades de Aubameyang: “Aunque al principio no todo iba bien para ‘Auba’, vi una cosa en él, su velocidad. En los entrenamientos vi que era el futbolista más rápido que he tenido”. El impacto fue inmediato.
“Aunque al principio no todo iba bien para ‘Auba’, vi una cosa en él, su velocidad. En los entrenamientos vi que era el futbolista más rápido que he tenido”
Marcando territorio
En 2013 viajó hacia Alemania para sellar su pase al Borussia Dortmund, donde se consagró como goleador a nivel europeo. Y, además, se convirtió en el primer gabonés en jugar en la Bundesliga. Y su debut fue de ensueño, un hat-trick ante el Augsburgo. Después de escoger finalmente Gabón como la selección a la que representaría, disputó los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 con el combinado africano y marcó el único gol de los suyos en el debut frente Suiza. Poco a poco fue forjando su leyenda con su selección, de la que hoy ya es el máximo goleador histórico. Un jugador hecho para marcar goles. En 2018 se fue a Inglaterra, concretamente a Londres y al Arsenal, donde anotó 92 tantos en 163 partidos. Una leyenda para el club. Su marcha no fue la mejor de las despedidas. Como se puede ver en All or nothing, el inside que Amazon ha sacado sobre la temporada 2021-22 de los ‘Gunners‘, su relación con Mikel Arteta se rompió, después de haber empezado de la mejor manera posible. El técnico español lo consideró, en sus primeros meses al frente de los londinenses, como la figura del equipo. Pero después de una serie de problemas, fue apartado del equipo y relegado como capitán. Su marcha a Barcelona se selló en los últimos minutos del mercado de fichajes de invierno de 2022.
Resurgir de las cenizas
En Barcelona encontró la segunda o la tercera juventud que necesitaba. Desde el primer momento se convirtió en punta referencia para el esquema de Xavi Hernández, y sus números lo certifican. 13 goles en 24 partidos. Y un impacto necesario para el club de la ciudad condal. Y es que Aubameyang siempre supo su rol en el sistema y la importancia que un nueve tiene en el Barça. Su olfato goleador ayudó. Pero también su predisposición desde que llegó a la entidad. Pero este mercado estival lo ha condenado, los fichajes de Lewandowsi o Raphinha lo han alejado del once y lo han relegado al banquillo, un sitio en el que ‘Auba’ no puede estar. Porque aún tiene cuerda y goles, muchos goles que ofrecer. Por eso ha retomado el camino a Londres, esta vez, sin embargo, hacia uno de los rivales de su querido Arsenal, el Chelsea. Los ‘Blues‘, desesperados por encontrar un ariete tras la marcha de Lukaku, han visto en las últimas semanas de mercado la posibilidad de incluir al gabonés en la plantilla de Tuchel. Solo el tiempo dirá, pero el ‘9’ tiene goles para aburrir.
Leonardo Di Caprio demostró en El Renacido que aunque muchos problemas se presenten en el camino de una persona, hace falta valentía y coraje para poder superarlos. Y así lo ha hecho también Pierre-Emerick Aubameyang durante toda su carrera, con velocidad y goles, su marca de identidad. Un hombre nuevo ha vuelto a las Islas.
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Fotografía de Getty Images.