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Phil Delves: “Las camisetas están cargadas de sentimiento”

Las equipaciones de fútbol han borrado todos los límites y se han convertido en un objeto de coleccionista con diseños cada vez más extravagantes

El lungomare, la pizza, la sfogliatella y Maradona. Nápoles vive una vida sencilla, aunque apasionada, que no se entiende sin los cuatro elementos anteriores. No es de extrañar entonces que, cuando Dolce&Gabbana decidió transportar su colección de otoño de 2016 a las calles napolitanas, una camiseta llena de brillantes y con un grandioso ’10 ‘en la espalda homenajeara al astro argentino.

Cuando una de las grandes marcas de lujo italianas aúna balompié y moda, el mundo mira y piensa que, quizá, las camisetas de fútbol ya no son elementos estrictamente relacionados con los días de partido, los aficionados acérrimos o los valores estrictamente deportivos. Aunque Dolce&Gabbana recibió una demanda del Pibe de Oro por utilizar su nombre sin consentimiento, la camiseta en cuestión es una auténtica obra de arte que permitió que el fútbol entrara en discurso directo con la industria liderada por Vogue.

Phil Delves (27 años; Essex, Reino Unido), director de contenidos en The Football Shirt Collective, entiende mejor que nadie la pasión que las camisetas de fútbol despiertan. Aunque estudió un Grado de música en la universidad, el deporte terminó convirtiéndose en el eje central de su carrera. Habiendo trabajado para L’Equipe, Póg Mo Goal y para el Museo Nacional del Fútbol en Mánchester, sus contenidos giran en torno a las elásticas que los clubes presentan cada temporada. Como él mismo explica, cada vez hay más gente interesada en el diseño, modelo y estilo de éstas, lo que le ha permitido convertirlo en un trabajo a jornada completa y crear su propio canal de YouTube, Phil’s Corner.

¿De dónde viene tu pasión por las equipaciones de fútbol?

Nunca he sido muy bueno en los deportes, pero siempre he disfrutado viéndolos. Mi amor por las camisetas viene de cuando veía los Mundiales y Eurocopas en la televisión. El primer torneo que vi al completo fue el Mundial de 2002 y desde entonces mi interés ha ido creciendo hasta el día de hoy.

Antes, las camisetas se reducían al “soy de un equipo y llevo el escudo con orgullo”. Ahora, aficionados de todo el mundo coleccionan las de todo tipo de equipos y estilos.

El fútbol es un deporte cada vez más globalizado, los aficionados ven ligas de otros países y con las redes sociales podemos ver los lanzamientos de las equipaciones de los clubes. Hace 10 años era imposible encontrar información sobre algunas de las ligas menos mediáticas y ahora hay gente hablando y compartiendo cosas sobre la 2ª División Argentina. Las camisetas están cargadas de sentimiento y de significado. Por ejemplo, cuando ves una de Boca Juniors, hay tantas cosas unidas a ella: los jugadores legendarios, la afición, la combinación de azul y amarillo… Creo que esto ha alimentado el apetito a la hora de coleccionar las de países y clubes distintos. También creo que mucha gente ha preferido invertir el dinero en diseños clásicos en vez de en los modelos actuales, que son caros y no tan bonitos como los antiguos. Los equipos más modestos también están sacando camisetas con fines benéficos o para concienciar sobre ciertas causas y todas estas nuevas posibilidades han aumentado la visibilidad de las equipaciones.

¿Por qué la nostalgia adquiere un papel tan importante?

Una de las razones por la que es tan poderosa es porque las camisetas nos transportan a una época específica. Si alguien te preguntara qué recuerdas del Dream Team de los 90, además de a los jugadores, dirías la Kappa que llevaban los futbolistas del Barça. En los 80, por ejemplo, nos acordamos de Maradona y por eso creo que su importancia reside en el hecho de que a través de ellas podemos recordar el pasado. Los jugadores van y vienen, pero las camisetas siempre van a estar ahí.

Los diseños están cada vez más cerca de la moda y el streetwear. ¿Se está interesando el fútbol por las pasarelas y viceversa?

Creo que esto es algo que lleva ocurriendo desde hace varios años, no es algo que haya pasado de la noche a la mañana. En los últimos años hemos podido ver que las camisetas de fútbol tienen un público mucho más diferente y diverso de aquel que tenían, digamos, en los 80 o 90. Hoy en día, cuando una marca se pone a diseñar la camiseta del club, busca una audiencia mayor y el resultado es la aparición de las influencias que provienen de la moda. Ahora muchas equipaciones parecen estar diseñadas para encajar dentro del streetwear y no para el desempeño deportivo. Hay muchos pros y contras. Creo que en general es algo positivo, pero a la vez pienso que se está poniendo mucho empeño en ello. Tiene que haber un equilibrio. Es genial que haya camisetas más estilosas, pero hay que tener cuidado en no perder la identidad por el camino. No me gustó mucho lo que la Juventus hizo con la equipación de esta temporada, por ejemplo. Está bien lo de salirse de los moldes, pero hay que evitar que se convierta en algo recurrente.

¿Han ayudado figuras como Héctor Bellerín a acercar el mundo de la moda al deporte?

El es el perfecto ejemplo de un jugador que está interesado por la industria y además colabora con diversos diseñadores. Lo que es interesante es que, ya no son solo los futbolistas, sino las propias marcas las que también se están involucrando, como por ejemplo la colección de Jordan x PSG, o la de Palace con la Juventus. Creo que se están dando cuenta del potencial que tienen los jugadores y eso eleva al fútbol a una nueva audiencia. Bellerín ha sido un pionero.

 

“Es genial que haya camisetas más estilosas, pero hay que tener cuidado en no perder la identidad por el camino. No me gustó mucho lo que la Juventus hizo con la equipación de esta temporada, por ejemplo”

 

¿Te supone un reto crear contenido centrado únicamente en las elásticas?

No me resulta complicado por la manera en la que abordo el tema. Creo que es importante no dar demasiadas vueltas a las cosas. Muchas veces, en el mundo del marketing, es fácil obsesionarse con las métricas. Para mí es más importante la autenticidad que el pensar si algo va a funcionar o no.

El número de tu colección.

Entre 100 y 150. No es la más grande del mundo. Me gusta vender las camisetas, cambiarlas por otras y coleccionar las que me gustan de verdad, no soy una persona que se las queda porque sí, tengo el listón alto.

Tu camiseta favorita.

He cambiado de opinión con los años, pero la de la Fiorentina de 1997. A mucha gente le gustan las de la Fiore de los 90 por el patrocinio de Nintendo, son increíbles.

La primera y última que compraste.

Cuando era niño me regalaban camisetas, pero la primera que me compré con mi propio dinero fue la del AC Milan de 2013 con Kaká en la espalda. La adquirí en eBay en 2014, hace relativamente poco, y me sorprendió lo baratas que estaban. Obviamente ahora es más complicado encontrar gangas. La última que me he comprado ha sido una de los 90 del Colo-Colo.

La mejor equipación mundialista.

El primer equipo que se me viene a la mente es Brasil, pero mi camiseta favorita es la de Holanda del 74. Mucha gente prefiere la del 88, pero la del 74 representa el pico de la carrera de Johan Cruyff y además tiene una historia increíble detrás. Cruyff tenía a Puma como patrocinador en aquel Mundial y como muchos ya sabrán, se tapó una de las tres bandas de Adidas, que era la marca que vestía a los holandeses. Adidas era muy bueno en los 70 y 80 a la hora de diseñar.

Una camiseta infravalorada y sobrevalorada de los Mundiales.

Voy a usar un ejemplo reciente, la de Japón del Mundial de 2018. Me encantó y creo que fue la mejor del torneo, más que la de Nigeria. Era un diseño muy interesante y detrás tenía una historia muy bonita relacionada con la armadura de un samurái. Creo que merecía más atención. En cuanto a la sobrevalorada, diría la de Francia del 98. Es un modelo inspirado en la de los 80 y, aunque fue un buen homenaje, creo que estamos tan unidos a la nostalgia de la original que esta se quedó corta.

El peor diseño de la historia.

Había un equipo que jugaba en Estados Unidos, los Colorado Caribous, que tienen probablemente la camiseta más fea jamás vista. El diseño tiene tachuelas en el medio, es horrible. Los colores son rarísimos: beige, blanco y negro. No recuerdo ninguna peor que esa.

Una equipación que a nadie le gusta, pero a ti te encanta.

Suelo utilizar la expresión “camiseta de asiento de autobús” (bus seat shirt). En el transporte público de Reino Unido los asientos tienen un diseño muy colorido y extravagante, y muchas camisetas se parecen a ese estilo porque roza lo retro. Mucha gente piensa que son feísimas, pero a mí me gustan.

La camiseta que más te ha costado conseguir.

La tercera del Corinthians de la temporada 2018, que era un tributo a Ayrton Senna. Cuando la vi en Twitter dije, tengo que conseguirla, pero no la vendían en ningún sitio y la página oficial del club no la mandaba a Inglaterra. Hablé con varias personas en Twitter y me topé con alguien que conocía a una persona que tenía una tienda en Brasil y que me la podía enviar. Al final la conseguí y es una de las favoritas de mi colección.

 


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Fotografía de Getty Images.