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#Panenka123: Hay manchas que duran para siempre

El especial del Mundial se viste de negro y combina en su interior la denuncia con historias de deporte y superación. Aquí el avance de contenidos

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En un mundo alternativo, ideal y justo, la revista que hoy ponemos a la venta reflejaría a través de su portada la alegría y emoción de estar a las puertas del torneo de fútbol más grande que cualquier jugador y aficionado pueden vivir: el Mundial.

Sin embargo, la realidad es tozuda y, por mucho que algunos se pongan de perfil o traten de esconder la cabeza debajo del ala, la Copa del Mundo de 2022 se celebrará en un país lleno de sombras como es Catar.

Como es lógico, esta situación nos ha planteado muchas dudas, ha provocado un debate profundo en la redacción y ha regado nuestro día a día de contradicciones éticas y morales sobre cómo había que cubrir (y si había que cubrir) un acontecimiento tan importante y global, pero manchado de corrupción, sangre e intolerancia.

No ha sido necesario que Joseph Blatter, presidente de la FIFA entre 1998 y 2015, declarara hace escasos días que Catar no era el lugar idóneo, que Catar había sido un error. Desde su nacimiento, en 2011, Panenka ha publicado decenas de páginas denunciando la adjudicación del torneo al emirato del gofo pérsico, una monarquía absolutista que no respeta los derechos humanos y cuya ley islámica vulnera las libertades de la mujer y de colectivos como el LGTBI. Un país que, a base de dinero, influencias y alianzas, ha creado un torneo prácticamente de la nada, con la construcción masiva de estadios y hoteles levantados, en buena medida, por migrantes que, en el mejor de los casos, solo han sufrido las vejaciones de un sistema que normaliza la explotación laboral.

Lo hemos denunciado y lo seguiremos denunciando. Pero ese compromiso no va a apartar nuestra mirada de donde siempre la hemos querido fijar: detrás de las historias de valores y deporte, ocurran donde ocurran. Por todo, el número que tienes entre manos no es una edición cualquiera. Es un número especial, sí; pero de un Mundial nada especial. Es un espacio de crítica y debate, por supuesto; pero también un surtido de reportajes, entrevistas y miradas que aspiran a permanecer e inspirar por encima de la crudeza del contexto.

El #Panenka123 concentra en su interior el sueño mundialista de las 32 selecciones que participarán en Catar. Pero su portada se tiñe de negro para que no caiga en el olvido que este Mundial -pase lo que pase, gane quien gane, nos emocione poco o mucho desde los terrenos de juego- estará manchado para siempre.

 

 

 

Su maloliente adjudicación, los fallecidos en las obras, la restricción de derechos, la intolerancia… La FIFA lo ha conseguido: el Mundial de la vergüenza ya está aquí.

Rascacielos en el desierto. Todoterrenos adelantando camellos. Velos sin derecho a voto. Más que un país de contrastes, Catar es una contradicción permanente entre el blanco y el negro.

Carga con dos brazaletes, el del Barcelona y el de la selección. Entre sus entrenadores nunca ha habido fisuras. Es el último superviviente de la generación española que salió campeona del Mundo en 2010. En su mirada se percibe algo de nostalgia. Charlamos con Sergio Busquets.

Qué mejor manera de entender la esencia del fútbol surcoreano que hacerlo de la mano de su máxima estrella, quizá el mejor jugador que ha visto el país. El ‘spur’ Son Heung-min nos da una lección de historia.

Por primera vez hay árbitras en una Copa del Mundo masculina. Seis colegiadas que hacen historia en un país donde la mujer tiene menos derechos que el hombre.

De 1998 a 2002, o de 2006 a 2010, se ha demostrado que cuatro años pesan mucho en Francia. Por eso vale la pena que nos detengamos a ver cómo le ha tratado la vida a los campeones del mundo de 2018, antes de un nuevo torneo en el que a los ‘Bleus’ les acecha el desastre.