Fútbol y música, música y fútbol, dos mundos impulsados por esa misma pasión irracional. Universos emotivos que circulan en paralelo hasta que se entrelazan. Como cuando la grada reformula un clásico del pop para alentar a su equipo. Como cuando grupos de pop (de aquellos Kaiser Chiefs que meses atrás pasaron por las páginas de Panenka y ahora dan nombre a esta nueva sección, a nuestros Los Planetas que un buen día se enteraron por el Marca que se había lesionado ‘el niñato’) toman prestado el imaginario balompédico para delinear sus composiciones. También son decenas, centenares, desafortunadamente, los futbolistas que se han atrevido a adentrarse en un estudio de grabación. Mala idea. En el 99,9% de las ocasiones, el experimento acaba transformándose en un acto de terrorismo sonoro. Horror polifónico que tiene su paradigma en este Geordie Boys que en el año 1990 publicó el atormentado Paul Gascoigne a través de la discográfica, ojo a la ironía, Best Records.
Eran las semanas posteriores al Mundial de Italia e Inglaterra se había entregado por completo a la ‘gazzamanía’, haciendo creer al descarriado centrocampista que podía llevar a cabo cuantas majaderías se le pasaran por la cabeza. ¿Grabar un disco? Por qué no. Y evidenciando su horterismo y mal gusto, los británicos encumbraron el single hasta la segunda posición de las listas de éxitos. Por suerte el engendro es un sencillo de 45rpm, lo cual limita la tortura a dos canciones: Geordie Boys (Gazza Rap) en la cara A, y Fog on the Tyne (revisited), en la cara B. Éste último es una versión del tema homónimo publicado en 1971 por el grupo de rock Lindisfarne, pieza que tocaba la fibra sensible de Gazza porque evocaba los parajes en los que creció. Perfecta para entonar en el pub cuando la quinta pinta empieza a causar estragos, resulta, pese a su cutrez, un orgasmo para los oídos en comparación con ese engendro, colección de beats desastrosos, rimas lamentables y flow con la cadencia del ruido del motor de una Mobilette gripada, que es Geordie Boys (Gazza Rap), título que hace referencia al apodo con el que se conoce a los oriundos del noreste de Inglaterra.
Eso sí, tiren de Youtube y disfruten con el videoclip: Gazza enfundado en chándal de tactel, danzando al ritmo de su canción con tanta gracilidad y elegancia como Zubizarreta jugando con los pies.
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Este texto está extraído del #Panenka33, número que puedes conseguir en nuestra tienda online.