En Turín hay plantas que florecen en pleno invierno. Paulo Dybala, nueva enseña de la Juventus, no es un tipo cuya identidad, social y futbolística responda a coordenadas exactas. Medio argentino, medio italiano, medio polaco; casi delantero, casi extremo, casi enganche. Así se da a conocer ‘La Joya’, siendo todo y nada a la vez, como uno de esos mosquitos bastardos que te interrumpen el sueño a media noche y que cuánto más se hacen sentir más difícil es que los atrapes.
La indefinición es la mejor carta de presentación para este jugador de apenas 22 añitos que ha liderado la remontada de los bianconeros en la Serie A estas últimas semanas. La única certeza que le acompaña, a día de hoy, son las notables estadísticas con las que está celebrando su llegada a un histórico del fútbol europeo: sumando todas las competiciones, ya le ha puesto la firma a 8 tantos (muchos de ellos decisivos para conseguir puntos) y ha repartido 4 asistencias. Y lo que queda. Pasen y vean. A las estrellas del mañana conviene retratarlas a tiempo.
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