En la actualidad hay 11 futbolistas españoles militando en la Serie A, vemos habitual tanta presencia en Italia pero hace cincuenta años esto era impensable. Tres valientes y notables futbolistas probaron suerte en el Calcio de los años sesenta, la apuesta les salió perfecta. Todos ellos triunfaron y grabaron en letras de oro su nombre en el fútbol italiano. Además, tienen en común haber sido coetáneos y el haber sido entrenados los tres por Helenio Herrera tanto en la selección española como en sus respectivos clubes italianos.
Luis Suárez (1961-1973; Inter de Milan y Sampdoria)
El ex futbolista gallego fue el primer español en jugar en el Calcio. Con tan solo 17 años debutó con el Depor en Primera División, no tardó demasiado el FC Barcelona en fichar al prometedor futbolista. Es con la camiseta del Barça con la que comienza a convertirse en leyenda, conquistó dos Ligas, dos Copas y dos Copas de Feria. Además, en 1960 recibió el Balón de Oro. Lo más sensato, teniendo en cuenta el club en el que estaba y los éxitos logrados, hubiera sido quedarse en Barcelona, pero Helenio Herrera llamó a su puerta. El que ya había sido entrenador suyo en el Barça lo reclamó para el Inter de Milan, así es como el club lombardo soltó por él 25 millones de pesetas. De esta forma, Suárez se convirtió en el fichaje más caro de la historia. Su traspaso se parece al de Neymar, esto es lo que cuenta el gallego sobre cómo ocurrió: “era una cifra altísima en Italia, pero en España mucho más, hasta el punto que cuando llegó Italo Allodi (director deportivo) para hacer la propuesta, en el Barcelona creían que eran palabras y que en el momento de ir a hacer la operación no saldría a la luz la cifra. Sin embargo, llegó con el cheque en blanco y dejó mudos a todos”.
Sandro Mazzola: “En aquel entonces los jugadores técnicos eran un poco lentos, pero él era rápido con el pensamiento y con los pies”
Su paso por el Inter fue todo un éxito desde el primer día. Suárez retrasó su posición en el campo, se situó más cerca del centro del campo que del área rival, aunque eran tan bueno y tenía un brutal cambio de ritmo que le hacía llegar fácil a posiciones de gol. “En el Barcelona hacía entre 18 y 20 goles al año, en el Inter renuncié un poco a todo eso por el bien del equipo, para poder ganar ante todo”, señala el medio gallego. Suárez hacía de todo. Organizaba al equipo, cerraba líneas de pase, subía el balón y además finalizaba la jugada. Pero lo mejor de su repertorio esa su extraordinaria visión de juego, tenía un don para ofrecer el último pase y siempre sabía a qué compañero debía asistir. Respecto a los títulos conseguidos en Italia, llevó el Scudetto al Inter diez años después de que hubieran logrado el último. En total fueron: tres Scudetto, dos Copas de Europa y dos Copas Intercontinentales. Incluso mereció ganar otro Balón de Oro, sobre todo aquel del 64 en el que además de ser campeón de Europa con el Inter lo fue con la selección de España. El que fuera miembro del histórico “Grande Inter” junto a Helenio Herrera, Facchetti, Mazzola o Jair, se retiró en la Sampdoria con la que disputó tres temporadas.
Joaquín Peiró (1962-1970; Torino, Inter de Milan y Roma)
Debutó como profesional en el Murcia al que se fue cedido como futbolista del Atlético de Madrid, pero es allí, en la capital, donde comenzó a ser un futbolista de éxito. Fue uno de los mejores jugadores de aquel Atlético con el que conquistó dos Copas y sobre todo la Recopa de Europa ante la Fiorentina, Peiró anotó dos goles en la final para el que sería el primer título europeo del conjunto madrileño. Su aportación y calidad quedaron al descubierto y en 1961 el Torino logró llevárselo al Calcio. Si bien es cierto que Peiró no tenía problemas en el Atlético, la mala economía del club madrileño hizo que tuviera que deshacerse de uno de sus mejores futbolistas. En Italia explotó su gran velocidad aunque a cambio se tuviera que llevar alguna que otra patada en los tobillos, de hecho una lesión impidió que en el 64 fuera miembro de la selección española campeona de Europa.
No le fueron mal las cosas en el Torino, pero la llamada de Helenio Herrera lo cambió todo. El que ya había sido su entrenador en la selección española ahora lo sería en el Inter, un conjunto en el que ya estaba desde varios años atrás Luis Suárez. En la Serie A no pudieron compartir muchos minutos los dos futbolistas españoles, ya que en aquella época tan solo dos extranjeros podían actuar sobre el césped y esos dos eran el propio Suárez y el brasileño Jair. Por eso mismo no sorprende que Peiró disputara la pobre cifra de 25 partidos con el Inter, la mayoría de ellos eran de Copa de Europa, Intercontinental o amistosos, en los que sí estaban presentes los tres extranjeros. De todas formas, tiene dos títulos de la liga italiana en su palmarés. No pudo lograr la Copa de Europa del 64, pues estaba aún en el Torino, pero sí fue protagonista en la del 65 y las dos Intercontinentales. Todavía recuerdan en Milán cómo le robó el balón al portero del Liverpool en las semifinales del 65, desde entonces le apodaron “rapinatore”, que quiere decir ladrón. Con el nueve a la espalda anotó también en la final de la Intercontinental ante Independiente, suyo fue el 1-0 de la ida. Los últimos cuatro años de su carrera los pasó en la Roma haciendo de capitán, con los que jugó muchos más partidos y anotó más goles, además logró la Coppa Italia. Allí vuelve a coincidir con Helenio Herrera y comparte vestuario con Fabio Capello.
Luis del Sol (1962-1972; Juventus y Roma)
Comenzó su carrera en el Betis del que aún hoy es un mito, considerado por muchos el mejor futbolista de su historia. Destacó tanto en Sevilla que el Real Madrid de Púskas, Di Stéfano o Gento tuvieron que ficharlo para reforzar a un equipo histórico. Su paso por Madrid no pudo ser más prolífico, en las dos temporadas que jugó allí conquistó una Copa de Europa, dos Ligas, una Copa y otra Intercontinental. Fue miembro de la primera Intercontinental de la historia, aquella de 1960 que midió al Real Madrid con el Peñarol uruguayo, con la anécdota de que Gento no disputó el encuentro de ida y fue Manolín Bueno quien le sustituyó. Su caso es parecido al de Peiró. El Real Madrid, pese a ser el mejor equipo de la época, necesitaba dinero ya que habían construido la ciudad deportiva, es por eso que se marcha a la Juventus pese a que fue el Torino quien primero se puso en contacto con él para llevárselo a Turín. En 1962 hace las maletas rumbo al Calcio, al mismo tiempo que Peiró y algo después que Suárez. Todos ellos coincidieron en la selección española, Del Sol fue miembro del equipo campeón de Europa del 64 al igual que Suárez.
En la Juventus se convierte en toda una leyenda, disputó 228 partidos y fue la pieza clave del centro del campo. Del Sol fue un futbolista atlético, su condición física estaba muy por encima de la media, de ahí que se ganara el apodo de: “settepulmoni” (siete pulmones). Era un jugador que jamás se rendía, el típico compañero de equipo con el que todos sueñan. En una entrevista para el diario AS, Del Sol refleja perfectamente cómo comprendía el fútbol: “siempre he pensado que te puede ganar cualquiera, pero jugar andando está prohibido”. Más allá de sus cambios de ritmo, con el balón en los pies era también hábil y fino. Con la Juve tan solo pudo lograr un Scudetto y una Coppa, ya que coincidió en el tiempo con el “Grande Inter” y el Milan de Rivera y Altafini, aunque en Turín tiene como compañero a otra leyenda como es Omar Sívori. Tras ocho años defendiendo la camiseta de la Juve, pasa sus últimas dos temporadas en el Calcio jugando para la Roma. Llega en 1970 y no coincide con Peiró por tan solo una campaña, de hecho hereda su brazalete de capitán giallorosso, pero con el que sí vuelve a encontrarse es con Helenio Herrera, al que ya tuvo como entrenador con España.