Mayo es, por excelencia, el mes de las emociones. La desolación por los equipos que descienden contrasta con el júbilo de los que logran dar el salto de categoría. Lo ha conseguido el Elche tras una temporada envidiable y cuya recompensa parecía que se resistía a llegar. No ha sido el único al que el fin de semana le ha traído el merecido regalo.
Más de 1.500 kms. separan Elche de una ciudad compuesta por apenas 42.000 habitantes y situada al norte de Italia en la provincia de Módena. Sassuolo es su segundo núcleo más importante. Dedicado durante décadas a la producción de tejas que son exportadas a cualquier parte del mundo desde la Segunda Guerra Mundial. Desde esa fecha ha visto cómo su población se ha ido multiplicando como consecuencia de la inmigración. Primero, llamó la atención a los italianos de la zona sur y luego, más recientemente, a extranjeros.
La cerámica y la fabricación de tejas no son el único centro de interés de la ciudad. Desde 1922, la ciudad es representada por su equipo de fútbol. Su escudo guarda notables similitudes con el del FC Barcelona pero nada tiene que ver con el club de la ciudad condal. De hecho, el emblema proviene directamente de la heráldica italiana tradicional de la ciudad Emilia-Romagna. Además, sus colores no son los blaugranas sino los verdinegros. Los que adoptaron cuando el Lancaster Rovers inglés les apadrinó en su fundación y les regaló las camisetas de dichos colores. Posee un estadio, Alberto Braglia, de reducido tamaño. Sus menos de 5.000 localidades son insuficientes para acoger a toda su afición por lo que el equipo debe jugar en Módena. A pesar de la hospitalidad de su vecino, el Sassuolo no ha dudado en golearles cuando han tenido ocasión. Su masa social está compuesta por 2.000 fieles abonados. Para fomentar el seguimiento, tanto las mujeres como los menores de 16 años solo pagan la cantidad simbólica de un euro por sus entradas.
Aunque el club fue fundado en 1922, su historia reciente no podría ser escrita sin la llegada de Giorgio Squinzi en la temporada 1983-84. Aquel año, el presidente de la empresa Mapei (Materiales Auxiliares para la Construcción y la Industria), se convirtió en el ángel de la guarda del club. Consiguieron el ascenso a la Serie C gracias a los goles de Piero Maini. El magnate pensaba que ya estaba todo hecho en el club de sus ojos y desvió su atención a otra de sus pasiones, el ciclismo. El Mapei marcaría una época en el deporte de las dos ruedas mientras el Sassuolo se resentía por su falta de apoyo y los recortes en su patrocinio. Ante la llamada de auxilio del conjunto verdinegro, Squinzi decidió comprar el club en 2002. Tras altibajos iniciales lograron la estabilidad en la temporada 2004-05, asentándose en la Serie C.
[quote]Su masa social está compuesta por 2.000 fieles abonados. Para fomentar el seguimiento, tanto las mujeres como los menores de 16 años solo pagan la cantidad simbólica de un euro por sus entradas[/quote] Giorgio quería más y apuestó fuerte por Massimiliano Allegri. Era la temporada 2007-08 y el técnico consigue hacer una campaña de ensueño. Les sobran cuatro jornadas pero la Serie B ya es suya. Fue el primer gran éxito del técnico que sería contratado por el Cagliari. Desde ese momento, el objetivo de la Serie A abordó la mente de la directiva, jugadores y afición. Han estado cerca de conseguirlo en los últimos años. El Torino y la Sampdoria se cruzaron en su camino en los ‘play-off’ pero no dejaron de soñar y de creer.Así, tras meses luchando en la parte alta de la Serie B y gracias a un gol en el minuto 95 de Missiroli, que derrotaba al Livorno, el Sassuolo ha conseguido ascender por primera vez a la Serie A. Tres expulsiones, dos propias y un gol llevaron a la invasión del campo. La ocasión lo requería. El Sassuolo se ha hecho grande.