Molesta un poco ser incapaces de recordar muchos momentos de la infancia. La etapa en la que supuestamente somos más felices, cuando nuestras mayores preocupaciones son enganchar cromos y jugar al fútbol en el parque, comprende los años más castigados por el olvido. El tiempo nos consuela con ciertas imágenes borrosas, indicios imprecisos que en ocasiones son producto de conversaciones familiares y nos inducen al engaño. Solo unos pocos detalles sobreviven a la amnesia y resisten eternamente. Ya sea por azar o por razones del subconsciente, la memoria nunca ha eliminado mi primera toma de contacto con la liga inglesa: el Bolton-Everton de la temporada 2007-08.
El sábado 1 de septiembre del 2007, en caso de no haberlo visto en diferido, estuve delante de la televisión alrededor de las 4 de la tarde viendo a unos tipos vestidos de corto sobre la moqueta verde del University of Bolton Stadium, comúnmente denominado en aquel entonces Reebok Stadium por razones de patrocinio. Mientras yo averiguaba un fútbol hasta entonces desconocido, más de 22.000 espectadores observaban desde las gradas aquel duelo de la quinta jornada entre los ‘Trotters’, que llegaban decimonovenos, y los ‘Toffees’, en cuarta posición. Aunque la competición acababa de empezar, la tabla ya marcaba el contraste de dinámicas, mucho más acentuado que en la temporada anterior, un curso donde solo les separaron dos puntos. El Everton, sexto, y el Bolton, séptimo, se clasificaron para la Copa de la UEFA, donde a la postre ambos acabarían cayendo en octavos.
Ante la gran acumulación de partidos que se avecinaba, se reforzaron con esperanzadores fichajes. Aquel día, en el equipo titular de los locales figuraban Mikel Alonso, Gérald Cid, Gavin McCann y Jlloyd Samuel, algunas de las recientes incorporaciones. A su vez, el once inicial del Everton contaba con los recién contratados Phil Jagielka, Leighton Baines, Steven Pienaar y Yakubu Aiyegbeni. Este último había aterrizado a orillas del río Mersey hacía solo unos días, procedente del Middlesbrough. A pesar del buen comienzo del Bolton, el delantero nigeriano, que había costado unos once millones de libras, empezó su aventura de manera inmejorable, abriendo la lata a los diez minutos de encuentro.
La polémica ya existía, pero el VAR todavía no
Pienaar lanzó un pase en profundidad dirigido al ariete Andy Johnson, quien avanzó potente e inexpugnablemente hacia el área y cedió el esférico a Yakubu para que rematara a placer. El equipo de Sammy Lee, que hasta hacía poco era el segundo entrenador de Sam Allardyce en Bolton, ya perdía por 1-0. No obstante, los locales reaccionaron positivamente y acecharon la portería de Tim Howard mediante el desequilibrio de El Hadji Diouf y los disparos de Mikel Alonso desde fuera del área. Además, el colegiado, Peter Walton, pudo señalar un penalti al propio Diouf por una entrada de Lee Carsley. La polémica ya existía, pero el VAR todavía no.
Antes de la media parte, cayó lesionado Gérald Cid, que fue reemplazado por Andrew O’Brien, y Joseph Yobo estuvo a punto de poner el 0-2 con un buen cabezazo que obligó la intervención del mítico Jussi Jääskeläinen. Los jóvenes periodistas británicos celebran que el guardameta finlandés ya esté retirado para no tener que llenar de diéresis sus crónicas. Tras el descanso, el Bolton siguió presionando para lograr el tanto del empate y romper así la ventaja de los ‘Toffees’ de David Moyes. Mejor dicho, de la mejor versión de David Moyes. El premio llegó en el 55’, cuando, tras un centro de Diouf mal rechazado por la defensa, Nicolas Anelka enganchó de maravilla el cuero y con una excelente volea lo envió directamente a la escuadra.
Aquello era la Premier, partidos de idas y venidas, múltiples contraataques, goles antológicos y jugadores icónicos. Gary Speed, Nicky Hunt, Abdoulaye Méïté, Kevin Nolan, Joleon Lescott, Phil Neville y el gran Mikel Arteta también estaban sobre el terreno de juego. Tanto locales como visitantes tuvieron oportunidades para desequilibrar la balanza tras el gol de Anelka, aunque el partido cambió cuando entró otro viejo conocido del Real Madrid, Thomas Gravesen. El danés ayudó a los ‘Toffees’ a dominar el medio campo, pero el tanto seguía sin llegar. Nolan, Alonso y Méïté tuvieron algunas ocasiones que supusieron un peligro para la portería de Howard. El Everton lo intentó mediante Johnson y Leon Osman, que ingresó en el terreno de juego en el 70’, pero las tablas no se rompieron hasta poco antes del tiempo de descuento.
Moyes sobre Thomas Gravesen: “Marcó una gran diferencia cuando entró. Nos dio tranquilidad y nos hizo jugar mejor. Le falta un poco de forma, pero hizo algunos pases mortales que nos ayudaron a ganar”
Un tipo singular, al que llamaban ogro, envió el balón desde el córner al corazón del área. Lescott lo buscó y lo remató en el segundo palo entre dos defensores rivales. Gol y partido para el Everton, que saboreaba el placer del triunfo en el último suspiro mientras —Ctrl C + Ctrl V— Jääskeläinen lamentaba la derrota final. 1-2. En la rueda de prensa, Moyes vanaglorió el fichaje de Gravesen, cedido por el Celtic de Glasgow: “Marcó una gran diferencia cuando entró. Nos dio tranquilidad y nos hizo jugar mejor. Le falta un poco de forma, pero hizo algunos pases mortales que nos ayudaron a ganar”. La asistencia del danés desde el saque de esquina sería su primera y última de la temporada en Premier, donde acabó jugando solo 176 minutos. Además, en 2009, después de varios meses sin equipo, anunció su retirada del fútbol.
Todavía menos suerte tuvo Sammy Lee, que fue destituido como técnico ‘Trotter’ un mes después de la derrota. Aquella sería su única experiencia como primer entrenador, aunque acabaría convirtiéndose en la mano derecha de Rafa Benítez en Liverpool y de Ronald Koeman en Southampton. El Bolton consiguió salvar la categoría y finalizó la temporada en decimosexta posición, mientras que el Everton mejoró los registros de la anterior campaña obteniendo una meritoria quinta plaza. El título lo acabaría alzando el Manchester United, que también ganaría la Champions frente al Chelsea, con Cristiano Ronaldo como máximo anotador. La 2007-08 fue una temporada en la que Fernando Torres y Xabi Alonso eran estrellas en el Liverpool, el Manchester City aún no era un gigante y el Derby cosechó la peor puntuación de la competición desde que se creó en 1992, con solo once puntos y 69 goles en contra.
Tras aquel encuentro la historia de Bolton y Everton ha cambiado mucho para unos y no tanto para otros. A día de hoy, los primeros combaten sus problemas económicos desde la cuarta división y los segundos siguen en la máxima categoría, aunque hace varios años que no logran entrar en el Top-6. Siento cierta lástima por el deterioro de uno de los clubes que me permitió conocer el fútbol inglés aquella tarde del 2007. Aunque quizá no fuera en 2007, pues lo único seguro es que fue un partido entre Bolton y Everton. Tampoco me preocupa la inexactitud de la memoria, porque tal y como decía García Márquez la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda.
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Fotografía de Getty Images.