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Nos robaron el fútbol popular

Marcelo Bielsa, seleccionador de Uruguay, habló en rueda de prensa de los grandes males que padece el fútbol en nuestros tiempos por culpa del negocio. Unas palabras que nos empujan a una necesaria reflexión

fútbol popular
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Marcelo Bielsa se jacta de ser “circunstancialmente mediático” por su rol como DT de la selección uruguaya de fútbol, pero supo forjar durante décadas una voz respetada dentro del ambiente futbolístico. Norte para muchos nuevos técnicos y crítico en sus opiniones, el rosarino de 68 años no titubea. “¿Por qué me hacen decirlo a mí?”, preguntó y acomodó el terreno para sentenciar que “el fútbol popular en Sudamérica ya no existe”.

Uruguay está dentro de las cuatro mejores selecciones de la Copa América 2024 junto a Colombia, Canadá y Argentina. Llega luego de eliminar a Brasil en la mítica ciudad de Las Vegas, tras ganar por tanda de penales en un estadio a puro lujo. Pero lo que circuló en las redes fue una pregunta de Bielsa: “¿Qué pasó con el fútbol?”.

 

“¿Por qué me hacen decirlo a mí?”, preguntó y acomodó el terreno Bielsa para sentenciar que “el fútbol popular en Sudamérica ya no existe”

 

“Cafu, Ronaldo, Pintado eran todos jugadores europeos, pero antes de irse a Europa jugaron dos finales de Libertadores. Entonces imagínese, ¿qué ha pasado con el fútbol?”, expone tras describir una realidad en Sudamérica: “El fútbol es propiedad popular porque los pobres tienen muy poca capacidad de acceso a la felicidad porque no disponen de dinero para comprar felicidad. Entonces, ese fútbol es una de las cosas horizontalmente que deberían tener, pero hoy ya no la tiene más porque a los 17 años Endrick, el wing del Palmeiras y demás cracks se van”, describió en la conferencia de prensa previo al duelo con Brasil del pasado 6 de julio.

Pero este saqueo de guante blanco, que muda a niños de continente, hace que las raíces del fútbol sudamericano se pierdan. Y es algo que el mundo del marketing también lo percibe. De hecho, el ex ejecutivo de Coca Cola y socio en la compañía que negocia los programas de hospitalidad más exclusivos de la Copa América, tuiteó: “Destruyendo al fútbol en 10 pasos”.

Destruyendo el fútbol en 10 pasos:

1. Vende a tus mejores jugadores a los 16.

2. Prohibir la visita de aficionados.

3. Más catimba (anti fútbol)

4. Más partidos que no valen nada

5. Patrocinio únicamente de empresas de apuestas

6. Más casos de corrupción

7. Más amenazas de aficionados organizados

8. Céspedes de mala calidad

9. Jugadores más interesados ​​en los “me gusta” que en los goles

10. Sólo una selección de expatriados

Lo curioso es que este debate se da en un terreno en donde los negocios le ganan al juego. En donde el consumo del espectador es más importante que el espectáculo, por eso durante esta Copa América las marcas se empecinaron en poner variedad de comidas en el estadio y nadie miró cómo estaba el césped. Durante los encuentros tenés un menú abultado de nachos, pochoclos, panchos, pizzas, bebidas ilimitadas para varios VIPS, mientras que el césped del estadio Mercedes-Benz estaba pintado de verde para que no se observaran los huecos y que fuera complicado jugar. 

“Soy escuchado porque soy DT de Uruguay, sino quién se va a interesar”, dice Bielsa intentando apaciguar su descripción de la realidad que vive el fútbol sudamericano. Pero las transferencias confirman su teoría: durante el año pasado, el Brighton vino en busca del jugador de Rosario Central Facundo Buonannote, quien con apenas 18 años y 34 partidos en su club se fue a Inglaterra. También se despidieron joyas prematuras como Alejo Véliz, de 20 años, que se fue al Tottenham; Máximo Perrone, también de 20, que partió de Vélez al Manchester City; o Lucas Román, de 19, que salió de Ferro para aterrizar en Barcelona.

 

Cada temporada que pasa, las ligas locales pierden competitividad y se vuelven menos atractivas porque los cracks no llegan a desarrollarse en Sudamérica. ¿Habrá forma de revertir esto?

 

O un poco más protagonistas en el fútbol argentino como Claudio Echeverri, Valentín Barco, Gianluca Prestianni, Santiago Castro o Lautaro López, más casos de jugadores que ya tienen su salida firmada para Europa.

Lo cierto es que cada temporada que pasa, las ligas locales pierden competitividad y se vuelven menos atractivas porque los cracks no llegan a desarrollarse en Sudamérica. Entonces, el fútbol popular -el local, gratuito y cercano- no existe más porque migró por unos cuantos euros. ¿Habrá forma de revertir esto? ¿O el fútbol popular seguirá siendo el resabio de los que no quieren comprar las grandes billeteras del mundo? 

 


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Fotografía de Getty Images.