Ya está a la venta el Panenka correspondiente al mes de febrero, un número dedicado al año 1992, del que se cumplen tres décadas, y en el que se produjo un antes y un después en el mundo del fútbol. Retrocedemos hasta entonces para recordar cómo era el deporte y la sociedad de la época, y cómo ha cambiado todo en 30 años. Revivimos la conversión de los clubes en sociedades anónimas deportivas, una decisión que creíamos acertada y no acabó siéndolo. Charlamos con Carlos Henrique Casemiro, centrocampista del Real Madrid; repasamos su trayectoria y nos explica su manera de jugar y entender el fútbol. Conversamos con Julio Maldonado, ‘Maldini’, pionero en el análisis del balompié internacional y conocedor de cómo ha evolucionado el oficio en este aspecto. Viajamos a Benimaclet, Valencia, para inmortalizar el último campo de tierra de la ciudad. Retrocedemos hasta el verano de 1950, en el que Stanley Matthews sufrió el disgusto de irse de gira por Canadá y no disputar el Mundial de Brasil. Además, hablamos sobre la resurrección de Adidas en el 92, Zubi, Otxotorena y Sempere explican cómo llevaron el cambio de normativa con la cesión al portero y contamos la historia de la familia Panini, culpables de nuestras colecciones de cromos. Y mucho más. En definitiva: 116 páginas dedicadas a la cultura futbolística.
No solo el fútbol ha evolucionado en las últimas tres décadas. Deporte, política y sociedad se dan la mano en un recorrido cargado de nostalgia.
La conversión de los clubes de fútbol de nuestro país en sociedades anónimas deportivas parecía una buena idea. Tristemente, nos equivocamos.
Julio Maldonado ‘Maldini’ fue el primer parabólico de nuestro país. En los 90 solo él accedía a cierta información; hoy compite con cientos de analistas.
El centrocampista brasileño del Real Madrid, nacido en 1992, repasa en una extensa charla su trayectoria y las especificidades de su posición.
El Sporting Benimaclet es un club pequeño a la sombra de un gigante, un edificio futurista que contrasta con el último campo de tierra de Valencia.
Solo a Inglaterra se le podía ocurrir enviar a su mejor futbolista a jugar amistosos en Canadá días antes de participar en su primer Mundial.