Xavi Hernández nació en Terrassa. Andrés Iniesta nació en Fuentealbilla. Lionel Messi nació en Rosario. Los tres nacieron entre 1980 y 1987. El primero, en Catalunya. El segundo, en La Mancha. Y el tercero, en Argentina.
Que se encontraran no fue casual. El Barça los captó y los convenció para que crecieran, como personas y futbolistas, en el centro de formación azulgrana. Xavi ya era ‘culé’ de cuna, Iniesta se rompía de noche porque extrañaba Albacete y a Messi hubo que pagarle un tratamiento hormonal después de firmar su primer contrato en una servilleta. Su nuevo hogar: La Masia.
Todos quemaron las etapas pertinentes. Pasaron de niños a adolescentes. Aprendieron de los mejores. Captaron el idioma. Jugaron de memoria. Se vieron reflejados en los que llegaban al primer equipo, porque ellos también habían recorrido el mismo camino. Absorbieron las rivalidades, compitieron en todas las categorías y soñaron con el debut.
No era la primera vez que tres futbolistas de un mismo equipo copaban el podio del Balón de Oro, pero no había precedentes de un trío formado, además, en un mismo club. La cantera azulgrana es única porque atrae y seduce, crea y potencia
En 2010 Lionel Messi, Andrés Iniesta y Xavi Hernández fueron reconocidos como los tres mejores jugadores del mundo. No era la primera vez que tres futbolistas de un mismo equipo copaban el podio del Balón de Oro, pero no había precedentes de un trío formado, además, en un mismo club. La cantera azulgrana es única porque atrae y seduce, crea y potencia. Ya no es sólo el cariño por un lenguaje futbolístico singular, la formación en valores o el increíble ojo para detectar talentos y rodearlos del mejor ecosistema. Se trata de que Gavi, el enésimo tesoro de Los Palacios; Lamine Yamal, hijo de una familia migrante, o Pau Cubarsí, un catalán de soca-rel de un pueblo de 200 habitantes, tengan el mismo sentimiento de pertenencia.
La Masia es hogar, patria, raíces: el verdadero árbol genealógico de la familia azulgrana. Pau habita donde Piqué y Puyol fueron los mejores; Gavi juega donde Andrés y Xavi lo ganaron todo; y Lamine se lo pasa en grande en el mismo rinconcito donde Leo se consagró como el mejor de la historia. Ser del Barça es muchas cosas -el estilo, su idiosincrasia, las secciones- pero, por encima de todo, ser del Barça es el orgullo y la responsabilidad de no dejar de ser.