“Desagraciadamente, ya no quedamos muchos de nosotros. Bobby [Moore] se ha ido, como Johnny Byrne, Alan Sealey y algunos otros. Es importante acordarse de todos nosotros, aunque ya no quedemos muchos”, aseguró en 2015 el exjugador Ronnie Boyce en un texto publicado en la página web del West Ham para celebrar el cincuentenario de la Recopa de Europa. Los ‘Hammers‘, campeones de la FA Cup por primera vez en 1964, se estrenaron en un torneo continental con una victoria en el campo del Gent belga y con un escudo con solo dos martillos, aún sin castillo ni West Ham United. Se plantaron en semifinales tras ganar al Gent, al Sparta de Praga y al Lausanne para medirse al Zaragoza, que a su vez había eliminado al Valletta, al Dundee y al Cardiff City. Era la tercera experiencia europea para el cuadro maño, tras dos aventuras en la Copa de Ferias.
En la temporada 1962-1963 había caído en octavos de final ante la Roma y en el curso 1963-1964 se había coronado al vencer al Valencia, vigente campeón, en la final, en el Camp Nou con goles de Juan Manuel Villa y Marcelino Martínez. En 1964 también había alzado su primera Copa al superar al Atlético de Madrid con dianas de Carlos Lapetra y Villa y también había ganado la Eurocopa: la selección española se impuso a la URSS en la final, en el Santiago Bernabéu, con un gol de Marcelino, titular como Lapetra. Villa y el defensa Severino Reija vieron la final desde el banquillo. Fue una etapa gloriosa para el Zaragoza, que jugó siete años seguidos en Europa y se habituó a las finales: fue subcampeón de Copa en 1963 y 1965 y de la Copa de Ferias en 1966: perdió ante el Barcelona en la prórroga. En 1966 ganaría el segundo de sus seis títulos de Copa, ante el Athletic y con goles de Villa y Lapetra. Ese mismo año el West Ham sería subcampeón de la Copa de la Liga, la actual Carabao Cup. Los 60 fueron años felices para ambos clubes.
DOS PARTIDOS POR TODO LO ALTO
Lapetra, Marcelino y Villa eran “magníficos”, según apuntaba Mundo Deportivo en esos años. Y, de hecho, el técnico ‘hammer‘, Ronald Greenwood, viajó desde Londres hasta Gran Canaria para ver en directo un encuentro previo entre Las Palmas y el Zaragoza “para conocer con más fundamento a sus rivales”. “Tanto interés despertó el encuentro que se agotaron totalmente las localidades del Boleyn Ground, en Upton Park. Encontrar localidades fue un auténtico martirio para los expedicionarios españoles que acudieron a última hora a Londres”, relató la crónica del partido de Mundo Deportivo. Ese miércoles 7 de abril el West Ham se adelantó antes de la media hora con dos goles de Brian Dear y John Joseph Byrne, pero Darcy Silveira dos Santos, ‘Canario’ para las aficiones del Madrid, el Sevilla, el Zaragoza y el Mallorca, recortó distancias con el 2-1.
La vuelta se jugó el 28 de abril y La Romareda, inaugurada en 1957, “registró el mayor lleno de su historia breve”. Los 60 fueron años felices para West Ham y Zaragoza
La vuelta se jugó el 28 de abril y La Romareda, inaugurada en 1957, “registró el mayor lleno de su historia breve”. Roque Olsen, fichado en verano tras ascender el Deportivo de La Coruña y técnicos de diez clubes entre Primera y Segunda, jugó con Yarza; Cortizo, Santamaría, Reija; Endériz, Violeta; Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra. Greenwood alineó a Standen; Brown, Burkett, Kirkup, Moore, Peters, Sealey, Boyce, Dear, Sissons y Geoff Hurst, único futbolista capaz de marcar tres goles en una final de la Copa del Mundo hasta que el pasado diciembre le igualó Kylian Mbappé. Bobby Moore, Martin Peters y Hurst se coronarían campeones del mundo en 1966, tras superar a la Alemania Federal en una final con acento ‘hammer‘ (4-2): además del hat-trick de Hurst, Moore recogió el trofeo como capitán de manos de la reina Isabel II y Peters cantó el otro gol británico.
El Zaragoza, “en un derroche de energía y fuerza de sus hombres”, fue mejor en la primera mitad y Lapetra celebró el 1-0 en el minuto 22, pero los ingleses, “más ordenados y peligrosos en los contraataques”, desbordaron a un Zaragoza “desfondado y sin convicción que ha saltado al campo en el segundo tiempo”. John Sissons anotó el 1-1 definitivo en el 54′, para frustración de un equipo que pereció a un gol de forzar el desempate. “El partido de Londres, en el que el Zaragoza logró traerse un resultado mínimo adverso, permitía mantener esperanzas en la posibilidad de levantar una eliminatoria que llevaría al equipo a la final de Wembley. Esa esperanza se reflejó no solo en la extraordinaria entrada que registró La Romareda, sino también en el ambiente deportivo de la ciudad, que a pesar de ser un día laborable traslucía un ambiente festivo, aumentado más todavía por la presencia de un numeroso grupo de seguidores ingleses que, con sus indumentarias y sus atributos de ‘hinchas’ del West Ham, se extendieron por la ciudad, a la que dieron un auténtico color festivo. Posteriormente pudieron exteriorizar más aún su alegría, tras haber salvado la eliminatoria”, relató el periodista Miguel Gay en su crónica, relatada por teléfono desde Zaragoza y publicada justo encima de un anuncio de calzado para caballero Arga.
La edición del día 19 de mayo, fecha de la final contra el Munich 1860, contenía anuncios de balanzas para cocina que se vendían con cuatro colores a escoger y a 688 pesetas y que ofrecían “seguridad para el ama de casa”, basculas de baño de 456 a 636 pesetas, relojes eléctricos con pilas de 1.254 a 1.998 pesetas. También se anunciaban trajes, secadores de dos a cuatro temperaturas, rollos de diez metros de papel de aluminio “para uso doméstico” por 30 pesetas. El periódico, con una página de cine y una página de motor, además de noticias de lucha libre, explicaba que “la edición enviada por avión a Madrid es puesta a la venta el mismo día de su aparición en Barcelona. La misma edición enviada por correo ordinario se encuentra a la venta al día siguiente de la fecha de publicación, en la mayoría de kioskos de la capital”.
El Zaragoza, “en un derroche de energía y fuerza de sus hombres”, fue mejor en la primera mitad y Lapetra celebró el 1-0 en el minuto 22, pero los ingleses, “más ordenados y peligrosos en los contraataques”, lo acabaron desbordando
La previa del partido hablaba de un “día grande para el fútbol continental”: “En Wembley se disputa la final entre el West Ham y el Munich 1860. Pelean por su aspiración al título de la V Recopa, que va a tener por primera vez como representantes exclusivos a un par de equipos de se fútbol recio, atlético, que caracteriza a los clubs germánicos y anglosajones. Carecerá, pues, esta final de aquella gracia que saben proporcionar al fútbol los equipos de lengua latina, pero tendrá, en cambio, la reciedumbre de un juego potente, tal y como lo concibieron sus creadores, los ingleses, hace un centenar de años exactamente”. La primera edición de la Recopa de Europa había contado con la Fiorentina, ganadora ante el Glasgow; la segunda, con el Atlético de Madrid y la propia Fiorentina, con triunfo español por 3-1 en el desempate, disputado en Stuttgart, la tercera, con el Atlético, subcampeón tras ceder ante el Tottenham, y la cuarta, con el Sporting de Portugal, vencedor ante el MTK Budapest.
La quinta acabó en las vitrinas del West Ham: se impuso por 2-0 ante 100.000 almas y con un doblete de Alan Sealey en apenas dos minutos, del 70′ al 72′, para conquistar el que sigue siendo su único título europeo de la historia. Más adelante perdería la final de la Recopa 1975-1976 ante el Anderlecht, con Frank Lampard sénior en el equipo, y las semifinales de la Recopa 1965-1966 contra el Borussia de Dortmund y la Europa League 2021-2022 contra el Eintracht Frankfurt. Hoy aquellos dos goles de Sealey siguen siendo “los más importantes de la historia del West Ham”, según se reivindica en el citado texto en la web del club. El centrocampista, que tenía 23 años y se había casado justo una semana antes, sufrió una lesión en la pierna solo un año después que acabó con su carrera en la élite. “Probablemente, en muchos sentidos no le hizo ningún favor no ser un creído, un fanfarrón, no gritar su nombre desde los tejados, pero esa noche vivió un sueño”, aseguró su hijo Anthony, “inmensamente orgulloso de lo que hizo”.
En la hemeroteca de Mundo Deportivo se puede leer la crónica de aquel partido, justo al lado de una publicidad de Soberano: “Teniendo en cuenta que la finalísima de la Recopa se celebraba en ‘field’ británico, nada ha tenido de extraño que la victoria se pronunciara por los ‘pross‘ ingleses, que se impusieron a los germanos del Munich por un 2-0 que viene a confirmar esa superación que están demostrando los ‘teams‘ del otro lado del canal de la Mancha con vistas al Mundial del próximo año”.
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Fotografía de Getty Images.