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Benzema y Cantona, nostalgia de lo que nunca pudo ser

La renuncia de Benzema a Francia evoca de alguna manera las pocas oportunidades que tuvo el público de ver brillar a Cantona con la camiseta de los 'Bleus’

El marcador reflejaba el empate a uno el 17 de noviembre de 1993. En el parisino estadio de Parc des Princes, Francia se medía ante Bulgaria en un partido en el que necesitaba, como mínimo, el empate. En juego, viajar a Estados Unidos para disputar el Mundial que se celebraría en el verano del 94. Corría el minuto 69 cuando el colegiado, el escocés Leslie Mottram, autorizaba el cambio de Gérard Houllier en el bando galo. Jean-Pierre Papin, ídolo del Milan, dejaba su puesto a David Ginola, en ese momento futbolista del PSG. Cuando el empate parecía acercarse a ser el marcador definitivo, Ginola controlaba un balón pegado a la línea de fondo y viendo a su compañero y amigo Cantona en disposición de recibir un centro, se acomodó el esférico y lanzó el pase con una fuerza desmedida. La trayectoria superó con creces la voluntad y la posición de Cantona a la hora de recibirlo y acabaría en poder de un defensa rival. El encargado de recogerlo, austuto, no dudó y se hizo con él con un control rápido para encaminarse sin pausa hacia la portería gala, en un contragolpe que culminaría el búlgaro Kostadinov. Era el segundo gol del ‘7’ búlgaro ante Lama, en un partido que acabaría así, dejando fuera de la Copa del Mundo de 1994 a los de Houllier. Este episodio retrata una de las historias negras de la selección de los ‘Bleus’ a lo largo de sus años de fútbol. Esa eliminación no sólo rompió las opciones de una Francia con mucho futuro, sólo cuatro años antes de coronarse por vez primera como campeones del Mundo, sino que cuenta la leyenda de que la amistad de Cantona y Ginola acabó hecha añicos.

Hoy, con Catar en el recuerdo, Francia vuelve a superar otro mal trago mundialista, con una derrota que los deja como finalistas, pero con el añadido amargo de la ausencia del Balón de Oro 2021, Karim Benzema. La figura del delantero evoca de alguna manera alguno de esos episodios vividos por Francia con su gran estrella en los 90.

Mientras que en el 94 la ausencia se debió a ese desacertado pase de Ginola, en Italia’90 fueron sus palabras contra el seleccionador las que lo llevaron a desaparecer del combinado francés que disputó el torneo. Pero sería en 1995 donde Cantona firmaría su adiós definitivo de la selección, tras agredir con su célebre patada voladora a un aficionado que le dirigió una serie de insultos racistas en el estadio de Selhurst Park. El Mundial nunca llegaría a ver al mito Cantona levantarse el cuello de la camiseta durante un duelo, ni a esparcir su clase en los estadios del torneo. Cantona jamás pudo escuchar la Marsellesa en contexto mundialista y Francia se quedó sin saber si su participación podría haber cambiado en algo su suerte en esas dos primeras citas mundiales antes de la gloria de Zidane y compañía en el Stade de France.

 

Esa eliminación no sólo rompió las opciones de una Francia con mucho futuro, sólo cuatro años antes de coronarse por vez primera como campeones del Mundo, sino que cuenta la leyenda que la amistad de Cantona y Ginola acabó hecha añicos

 

Karim Benzema sí sabe lo que es jugar un Mundial. Concretamente, el de Brasil, en 2014. En esa cita, su calidad acercó a los galos a los cuartos de final, donde acabarían el torneo ante Alemania, que más tarde logró levantar el título ante Argentina (qué casualidad). Fueron tres los goles de Benzema en esa cita de 2014, dos ante Honduras, uno ante Suiza. La misma Suiza que unos años después amargaría las aspiraciones de los galos en la Eurocopa de 2021. Una Francia en la que volvía a estar Benzema después del perdón de Deschamps, que lo había dejado fuera en 2018, claramente influido por el incidente con su ex compañero Valbuena. El suceso trajo cola. Benzema parecía ese ‘enfant terrible’ que evocaba al noventero Cantona. Problemas con compañeros, turbulentas historias sexuales en la prensa, incidentes de tráfico… El Karim Benzema de la gala de France Football en 2022 nada tenía que ver con el delantero francés que encaraba en esa dura década entre 2010 y 2020.

Los incidentes no frenaban y su desempeño, además, era opacado por el brillo incontestable de esa fuerza de la naturaleza que era el Cristiano Ronaldo madridista. En el medio de la pelea constante de los dos gallitos de LaLiga, Messi y Ronaldo, el gallo Benzema apenas tenía fuerzas para cacarear. Ese Benzema, apodado ‘Gato’ por Mourinho, su entrenador en el Real Madrid, había descendido de manera alarmante su eficiencia en el terreno de juego. De ser el clon de Ronaldo Nazario en Lyon a parecer un simple comparsa vestido de blanco en la capital española. Las dudas existían. Incluso hoy son recurrentes. Ese Benzema, el de entonces, nada tenía que ver con el de ahora. Las sensaciones viendo a ese Benzema estaban lejos de este que hemos acabado viendo en los últimos tiempos. Pero, ¿dónde estaba? ¿Existía? ¿Era el mismo que hemos visto jugar a nivel Balón de Oro en 2021?

Es por eso que la nostalgia es aún mayor. No se ha visto jamás en Francia esa versión ‘deluxe’ de Benzema. Esa que sólo ha desatado en los años posteriores a la marcha de Cristiano Ronaldo en Madrid. Ese que ha sido líder de un equipo que vencía y convencía, al frente de un colectivo que, incluso con dudas, le tenía a él para resolverlas todas. Ese Benzema que prestaba su salud y su maestría para que el equipo blanco fuera un tornado capaz de conseguir la decimocuarta Champions League, apenas ha sido visto liderando un puñado de partidos con la camiseta azul de su Francia natal. La herida por cerrar de Francia con Cantona no ha encontrado sutura en las virtudes del balón dorado ganado a pulso por este nuevo Benzema que ha actualizado rol, aspecto, funciones y, sobre todo, personalidad. Su paso adelante en clave blanca no ha podido llegar a teñirse del azul de la selección a pesar de las esperanzas de juntar lo mejor del título de 2018 con el mejor jugador de 2021. Esa pregunta eterna sobre lo que hubiera sido Francia en un Mundial con Cantona se hace paralela a la que podría haber sido esta de 2022 con Benzema en el campo.

 

No se ha visto jamás en Francia esa versión ‘deluxe’ de Benzema. Esa que sólo ha desatado en los años posteriores a la marcha de Cristiano Ronaldo en Madrid. Ese que ha sido líder de un equipo que vencía y convencía

 

Dice Sabina que “no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió” y con la frente marchita cantarán ese verso quienes esperaron esa dulce mezcla en el equipo francés. Una mezcla que fue demasiado buena para ser cierta y que quedó retratada en la Eurocopa ante una Suiza que tuvo a bien despertar a los vecinos de un sueño que parecía no poder cumplirse y que no acababa de reflejar en la realidad lo que los sueños prometían. Algo que el propio Didier Deschamps, responsable de sus errores y también de sus aciertos, supo entender a pocos días de la gran final disputada en Doha ante Argentina. Deschamps eligió ir a la última batalla con los que habían llevado hasta allí a Francia. Él, hoy dirigiendo al combinado galo, que hubiera compartido equipo con ese Cantona maldito que se quedó a las puertas de asistir a USA’94. Él, que también lloró esa eliminación ante Bulgaria, no quiso sumar a Benzema al colectivo encargado de dar el paso final en el estadio de Lusail.

Hoy, que Benzema parece haber decidido poner un final a su camino como internacional, no dejan de aparecer ideas y momentos en los que su calidad podría haber servido a los galos para mitigar a sus rivales y finalizar el cuento con aficionados felices y comiendo perdices. Hoy, a toro pasado, como se suele decir, salen demasiados finales alternativos a una historia que jamás será contada. Ventajista, al fin y al cabo, creer que estaba en Benzema esa fórmula milagrosa para que la selección gala hubiera podido bordar la tercera estrella en su escudo. Y me temo que los que más perdemos somos los de afuera. Los que sólo queremos, como Galeano, mendigar la linda jugadita, venga de donde venga, por no haber tenido más oportunidades de ver brillar a uno de los grandes. Pero no teman. Benzema, como antes lo hiciera Cantona, vivirá más de lo que acabó siendo sin Francia que de lo que debió ser con ella.

 


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Fotografías de Getty Images.