Miradas

Cómplice de Dios

La intrahistoria de la 'mano de Dios' y la 'complicidad' del tunecino Alí Bennaceur.

Este texto está extraído de la sección ‘Pie de foto’ del #Panenka112, un número que puedes conseguir aquí.

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En 2015, Maradona viajó a Túnez con una camiseta albiceleste en la maleta. La zamarra iba firmada y llevaba una dedicatoria de su puño y letra, sobria pero muy directa: ‘Para Alí, mi amigo eterno’. Casi 30 años después, el argentino seguía recordando a Alí Bennaceur, el árbitro que no vio ninguna infracción en el gol más icónico de su carrera. Sin la complicidad involuntaria del tunecino, Samson no hubiera dado la asistencia más fatídica de su carrera, Shilton no hubiera lamentado su mala salida de puños, el Estadio Azteca no hubiera enmudecido, aquel engaño no hubiera pasado a la historia, Argentina no hubiera vengado la derrota de las Malvinas y no existirían unos calcetines con esa efigie.

“Tras el gol miré al juez de línea y señalé el mediocampo. Los futbolistas ingleses me gritaron ‘mano, mano’ y les dije ‘por favor, jueguen’, y eso fue todo”, explicó el exárbitro, que atendió a medios de su país cuando Maradona falleció. “Volví a ver muchas veces aquel encuentro, tengo varios partidos guardados, pero ese me da una sensación inigualable. Era especial, si Inglaterra ganaba, iban a ser semifinales y final europeas. Maradona le ganó a Europa él solo”, destacaba. Un vídeo que debía guardarse con llave de oro, no era para menos, porque solo cuatro minutos después tuvo lugar el ‘Gol del Siglo’, del que Alí fue de nuevo testigo y cómplice a partes iguales. “Si no hubiera sido Diego, quizá no hubiera pensado en aplicar la ley de la ventaja en aquella jugada”, reflexionaba.

Una acción preciosa y majestuosa, segundos después de una fea e ilegal. El yin y el yang. Diego y Maradona. Al ‘Diez’ le preguntaron por el primer tanto al terminar el partido: “Fue un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios”. Una frase eterna para un gol eterno. Una trampa por la que Alí jamás le guardó ningún rencor, más bien al contrario: “Además de un gran jugador murió un ser muy querido, sobre todo por su calidad humana y por la persona que era. Lo aman hasta sus adversarios. Todo el mundo amaba a Argentina, y era gracias a Maradona”.

 


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Fotografía de Imago.

Àlex López Vendrell
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Àlex López Vendrell

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