Todavía quedan piratas, pero no como los que todos imaginamos. Abundan en la costa de Somalia, en el África occidental y el Océano índico. No van en buques con cañones, ni alzan la bandera negra con la calavera blanca en el centro. Se mueven en lanchas rápidas, suelen ser jóvenes, algunos visten con camisetas de fútbol. De complexión delgada y, en vez de un loro en el hombro, una correa sujetando un AK-47 o algún tipo de fusil de última generación para abordar navíos. Aunque aun queda algún reducto de ese pirata alto, fornido, barba frondosa negra como el azabache, pelo largo y caótico, enredado por la brisa marina. Tiene su barco atracado en las baleares, es el delantero del RCD Mallorca y su nombre es Vedat Muriqi.
Con 194 centímetros y 92 kilos, es la referencia ofensiva del equipo bermellón. Ofensiva por decir algo, ya que Muriqi es el delantero que más despejes realiza de las cinco grandes ligas. 44 lleva en 26 partidos. Con ese poderío físico, su técnico, Javier Aguirre, tiene una mina de oro. Lo peor de todo para los rivales es que además disfruta alzándose por encima del resto para sacar el cuero. No hace falta que el entrenador le recuerde que tiene que bajar para ayudar a defender los balones parados. Retrocede sonriente hacia el área propia vislumbrando cuál será la siguiente presa. Mientras, su rival mira al suelo para evitarlo. Igual que cuando un profesor busca a un alumno para que salga a la pizarra y todos se ponen a ojear las páginas del libro, como si no fuera con ellos el asunto.
Aunque no siempre se sale con la suya. En el partido contra el Betis del 19 de marzo, Pezzella lo secó. El argentino salió victorioso en seis de los siete duelos con el kosovar. Nada nuevo bajo el sol para el flamante campeón del Mundo, pues también fue el elegido para tapar a Vinícius Júnior cuando su equipo se midió al Real Madrid. Aguirre, después del partido contra los verdiblancos, denunció que la imponente estatura de su delantero, a veces, provoca que no se le piten las faltas.
Johnny Depp es insustituible. Ya quedó claro con el personaje de Grindelwald en la saga Animales Fantásticos. En el segundo film salía Depp, pero en el tercero fue Madd Mikkelsen el encargado de interpretar a Grindelwald. A Madd ni siquiera le pusieron el pelo al estilo Santi Cañizares que caracterizaba al personaje. Me costó una hora y media de película adivinar que era el mismo protagonista. Mi novia me ayudó, si no, todavía no lo sabría. Espero que no hagan lo mismo con la sexta entrega de Piratas del Caribe. Que Jack Sparrow no salga si no es el extravagante actor americano quien lo representa. Pero que en su lugar el nuevo protagonista sea Vedat Muriqi. Se ahorrarían horas de caracterización, pues el kosovar cumple con muchos de los cánones de un bucanero, no de los del Rayo, sino los de alta mar.
Aún queda algún reducto de ese pirata alto, fornido, barba frondosa y negra como el azabache, pelo largo y caótico, enredado por la brisa marina. Tiene su barco atracado en las baleares, es el delantero del RCD Mallorca y su nombre es Vedat Muriqi
Sus diez goles, cinco de cabeza, provocan que su nombre comience a sonar con fuerza para grandes equipos de Europa. El último ha sido el Inter. Lo cierto es que su estilo pega en Italia. Sin embargo, en la Fiorentina es donde mejor encaja. No por el esquema de Vincenzo Italiano, sino porque los cuatro equipos de Calcio Fiorentino se lo rifarían para tenerlo en su conjunto para junio, cuando se disputa ese histórico torneo. Ahí sí que pegaría.
El ariete de Kosovo ya ha dicho que está muy cómodo en Mallorca y que quiere apurar su contrato de cuatro años hasta el final. “Me gusta mucho Mallorca y su gente”, declaró hace poco. Pero yo, si fuese aficionado bermellón, estaría preocupado. Hay cifras que a veces no se pueden rechazar y si algún club grande se encapricha, poco podrán hacer para evitar su salida.
Se sacrifica en defensa, marca golazos, como el que le hizo al Espanyol en Cornellá, y es un alivio cuando el equipo no sabe qué hacer con el cuero (patadón y tentetieso en busca del pirata para que lo baje, es indiferente si el pase es milimétrico o un melón).
Si hubiera apostado por el cine no se habría quedado en filmes de piratas. Sostener un gladio romano, o capitanear un ejército cartaginés repleto de elefantes cruzando los Alpes franceses en el papel de Aníbal Barca, serían papeles idóneos para Muriqi. Y más si tenemos en cuenta que Aníbal, general que hizo temblar los cimientos de Roma durante más de 20 años, también llevaba parche.
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Fotografía de Getty Images.
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