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No estaba muerto, andaba de parranda

La última vez que Umtiti disputó 90’ durante cuatro jornadas seguidas, la catedral de Notre Dame estaba impoluta, Reino Unido era miembro de la Unión Europea, Donald Trump era presidente de los Estados Unidos y las mascarillas solo se usaban en los quirófanos. Cinco temporadas después, en el Lecce italiano, lo ha vuelto a conseguir. Era verano y los aficionados salentinos de este modesto club recibieron al francés como si en el sur de Italia no llegará bien la conexión a internet. Como si nunca hubieran leído que su rodilla maltrecha emitía un sonido similar al de los frenos de un viejo autobús urbano.

Después de aterrizar en su nueva ciudad, el central respondió llorando ante tanta expectación. No sabemos si de emoción o porque se enteró de que el nivel de las discotecas en Lecce deja mucho que desear. Todos hablaban de él como un exfutbolista, como alguien que dormía poco y entrenaba menos. Cuentan que mientras la policía registraba su casa de Barcelona después de haber sufrido un robo, el defensa permanecía grogui en el sofá del salón. Su cuenta de Instagram parecía la de un influencer: mucho postureo y muchos lujos, pero muy poco fútbol. Ahora todo eso ha cambiado.

Lo cierto es que el conjunto italiano lleva cinco partidos seguidos sin conocer la derrota, coincidiendo con la mejor versión de Umtiti en la zona central de la zaga. Haciendo el papel de Jon Snow en Juego de Tronos, el francés ha renacido cuando ya nadie lo esperaba. Ha aguardado pacientemente hasta que hablaran de él en condicional para entonces dar el golpe definitivo. Quería hacerlo por todo lo alto y cinco años después. Porque ‘Big Sam’ no estaba muerto, andaba de parranda. Seguramente en una de esas raves que se montan en medio de la nada y de las que lo único que se sabe es cuándo empiezan.

Tras su última gran actuación ante el Milan este fin de semana, Sticchi Damiani, presidente del Lecce, dijo que “Umtiti necesitaba un club tranquilo para volver a jugar. No sé por qué el Barça lo apartó del equipo. Cuando llegó tenía que mejorar su condición física y hoy ya está recuperado”. Ahora, cuando entras en Twitter, te puedes encontrar con el típico vídeo de “Umtiti vs Lazio”, sin que las imágenes que aparezcan sean las del central sentado en el banquillo. Se le ve rápido, contundente en el cruce y preciso cuando tiene la pelota. Pero lo más importante de todo es que vuelve a sonreír. ¿Se imaginan que regresa al Barça en modo Last Dance y les da su sexta Champions? No creo que sea capaz, ¿no?

 


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Fotografía de Getty Images.

Emilio Valenzuela

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