David Alaba apoyando a sus compañeros de la selección de Austria desde el banquillo.
La capitanía no es algo que se otorgue a un jugador cualquiera. El portador del brazalete representa la veteranía, el liderazgo y el sentimiento del colectivo. El capitán es el primero en salir al campo y el último en abandonarlo, el primero en celebrar las victorias y quien asume antes que nadie las consecuencias de las derrotas. Es alguien que, incluso cuando está lesionado, sigue apoyando a su equipo y no abandona el barco. Ese es el caso de David Alaba, capitán de la selección austriaca, que, pese a sufrir una lesión en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que le impide disputar la Eurocopa 2024, ejercerá de capitán en la sombra durante el torneo.
Esta temporada, el central del Real Madrid ha sufrido dos lesiones. La primera se produjo en septiembre, cuando se retiró de un partido contra Las Palmas por unas molestias en el aductor de la pierna derecha. Alaba regresaría al terreno de juego a finales de octubre y volvería a asentarse en el once titular, pero poco después tuvo que volver a la enfermería. Fue en el mes de diciembre, cuando el Real Madrid recibía al Villarreal. El austríaco hizo un mal apoyo con la rodilla izquierda mientras presionaba a un rival, lo que provocaría una lesión que lo dejaría fuera para toda la temporada. Las probabilidades de que se recuperara antes del mes de junio eran muy bajas, pero Alaba lo tenía claro: lucharía hasta la última semana para estar con su equipo nacional.
El madridista es el capitán de la selección de Austria, el jugador más importante del equipo dirigido por Ralf Rangnick. Hizo su debut con el conjunto nacional con tan sólo 17 años, convirtiéndose así en el jugador más joven de la historia en estrenarse con el combinado austríaco. Fue en el 2009, un año más tarde de que Austria debutara en una fase final de la Eurocopa. El central no participaría en un torneo con su selección hasta el año 2016, cuando Francia acogía la competición. Aunque el debut terminaría en decepción, pues no pasaron de la fase de grupos. En la siguiente edición del campeonato, sí que conseguirían el pase a la siguiente ronda, al obtener la segunda plaza de un grupo liderado por Países Bajos (que ganó los tres partidos) y en el que estaban también Ucrania y Macedonia del Norte, a los que superaron para terminar con seis puntos. En octavos de final, los centroeuropeos se verían superados por la selección italiana (2-1), a la postre campeona.
En su camino a la nueva edición de la Eurocopa, Austria recaló en el Grupo F de la fase de clasificación, cuadro en el que se encontraban Bélgica, Suecia, Azerbaiyán y Estonia. En el primer lugar de la clasificación se asentó la selección belga, con 20 puntos, sólo uno más de los logrados por el combinado austríaco, que acabaría en segunda posición, con un balance de seis victorias, un empate y una derrota.
La llamada del combinado nacional
Con 105 partidos con la camiseta de Austria, David Alaba se ha convertido en una pieza fundamental en los últimos años para el conjunto nacional. En el mes de marzo, Rangnick afirmó que sería un milagro que Alaba llegará a tiempo para la Eurocopa. Más tarde, en el mes de mayo, se disiparon las pocas esperanzas que quedaban, cuando el jugador se sometió a una artroscopia, lo que retrasó aún más su recuperación. Ante esto, el preparador alemán no dudó en ofrecerle la posibilidad de asistir a la Eurocopa como parte del cuerpo técnico, algo que el jugador vio con buenos ojos. Rangnick le trasladó la propuesta al Real Madrid, que dio el visto bueno siempre y cuando pudiera seguir con la recuperación de su rodilla.
La influencia de Alaba dentro del grupo es especial. También en su club, donde compañeros, técnicos y personal de Valdebebas hablan del espectacular comportamiento que tiene el austríaco tanto a nivel profesional como a nivel personal. En el combinado nacional sucede lo mismo. Su baja causó un gran revuelo en el país alpino. El presidente de la federación, Klaus Mitterdorfer, afirmó que la grave lesión del central fue un shock para toda la familia del fútbol austríaco. Entre los jugadores, también hubo lamentos por no poder contar con el zaguero. Uno de ellos fue el delantero Marko Arnautovic, que aseguró que, aun así, el capitán va a tener un papel muy importante fuera del terreno de juego.
Al formar parte del cuerpo técnico en esta Euro, Alaba demuestra su carácter apasionado. Rangnick sabe del liderazgo que ejerce en el grupo y, también, de lo que puede aportar con su veteranía a lo largo de la competición. Y es que no solamente es importante para sus compañeros, sino también para los aficionados: en 2023 fue escogido mejor jugador austriaco por décima vez en su carrera. Además, es el cuarto futbolista que ha superado la cifra de los 100 partidos con el conjunto nacional.
El central del Real Madrid se ha marcado como objetivo volver a rendir al máximo nivel en el mes de septiembre. Mientras, continuará la recuperación apoyando a sus compañeros de selección en Alemania. Toda ayuda es bienvenida: Austria ha quedado encasillada en el Grupo D, uno de los más difíciles del torneo, junto a Países Bajos, Polonia y Francia. Alaba portará un brazalete simbólico, aunque otro jugador lo lleve en el campo. Y alentará a los suyos esperando que puedan igualar o superar lo logrado en las anteriores Eurocopas.
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Fotografía de Getty Images.
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