Esta imagen de Megan Rapinoe, mirando radiante a la grada, es mucho más que la celebración del gol que encarrilaba el cuarto Mundial para EE.UU. Es una fotografía icónica de reivindicación. Aquella mirada limpia y orgullosa escondía un mensaje mucho más social que futbolístico. Y es que la californiana siempre ha aprovechado su popularidad para visibilizar la lucha por los derechos de gais y lesbianas, por la igualdad entre hombres y mujeres y por el reconocimiento del fútbol femenino en las mismas condiciones que el masculino.
Un activismo que provocó una encarnizada batalla dialéctica con Donald Trump en multitud de ocasiones. Antes de la final del Mundial, Rapinoe lo tenía claro: “Si ganamos, no pienso ir a la puta Casa Blanca”, declaró. “La razón es simple: él y nosotras no luchamos por las mismas cosas”, concluía.
El dirigente norteamericano respondió en Twitter: “Todos los equipos adoran venir. Soy un gran fanático del equipo femenino, pero Megan debería ganar antes de hablar. ¡Termina el trabajo!”.
Aquella pose de satisfacción tras transformar el penalti que abría el marcador, con los brazos abiertos y el semblante altivo, se interpretó como una respuesta para Trump cargada de contenido
Y lo terminó. Aquella pose de satisfacción tras transformar el penalti que abría el marcador, con los brazos abiertos y el semblante altivo, se interpretó como una respuesta para Trump cargada de contenido; y se ha convertido en un verdadero símbolo. Después, las jugadoras -por supuesto- no pisaron la Casa Blanca, pero sí fueron recibidas en el Cañón de los Héroes para ofrecer el título a todo el país, donde la capitana de la selección volvió a mostrarse contundente ante la audiencia, reivindicando la diversidad como parte del éxito: “Tenemos el pelo rosa y morado, tatuajes y rastas, tenemos chicas blancas y negras, heterosexuales y gais”. Y añadió: “Hay que aprender a amar más y odiar menos, porque es responsabilidad de todos hacer de este mundo un lugar mejor”.
Rapinoe es una de las mejores jugadoras de la historia. En su haber hay dos Mundiales, un oro en los Juegos Olímpicos y un Balón de Oro. Pero lo más valioso que ha logrado es la admiración de la gente, un trofeo conquistado fuera del terreno de juego.
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Fotografía de Getty Images.