Tras su inmersión total en la personalidad, la trayectoria y el estilo de Cristiano, hay pocos autores que estén más autorizados que Guillem Balagué para hablar del futbolista de Madeira. El periodista y escritor barcelonés afincado en Inglaterra convirtió su indagación alrededor de la figura de Ronaldo en su sexto libro: Cristiano Ronaldo: The biography, obra editada en el Reino Unido el pasado año y que ha sido elegida Libro Futbolístico del Año en los Cross Sports Book Awards. En septiembre de 2016, al fin, la biografía del delantero portugués verá su versión en castellano, de la mano de la editorial Nobel. El periodista de Sky Sports repasa en una entrevista a Panenka la Eurocopa que está completando el líder de la selección portuguesa. 12 años después de caer en casa ante Grecia, él y todo un país sueñan con vencer una final de la Eurocopa. Este es el veredicto del experto.
“No estoy para nada de acuerdo con los que dicen que Portugal ha llegado a la final sin el mejor Ronaldo. La gente que lo afirma aún cree que Cristiano es el mismo del Manchester United o el de los primeros cuatro años en el Madrid, pero Ronaldo es lo que vemos ahora: un jugador de momentos. Ya no domina los partidos, ya no influye tanto. No ha cambiado su juego, pero ha reducido su área de influencia. No es que haya aceptado gratamente reducir su espacio en el campo, simplemente no le ha quedado más remedio. Durante la Eurocopa, Portugal empezó con un 4-4-2, luego cambió a un 4-3-3 –con Ronaldo en banda, tal y como él quería–, pero Santos vio que poner a Cristiano en banda genera un problema: no va hacia atrás, no actúa como extremo, no supera jugadores. Lo ha vuelto a situar de ariete. No le gusta jugar de espaldas a la portería, pero ha generado ocasiones, y si no hubiera fallado el penalti hubiera estado entre los máximos goleadores desde casi el principio de la Eurocopa. Para mí este es Ronaldo. ¿Podría haber sido más efectivo? Por supuesto. Pero estamos hablando de un jugador con todavía mucha importancia y mucho peso específico en su equipo. Un Ronaldo que está ayudando a su selección a llegar lo más lejos posible”.
“La falta de un delantero centro de referencia en Portugal ayuda a convertir a Ronaldo en lo que debe ser, ahora que carece de la velocidad punta en los primeros cinco metros y se le ve pesado –a veces, casi como un veterano–. Sin embargo, salta mejor que nadie, es uno de los grandes cabeceadores del mundo. Tiene un montón de cosas que lo hacen delantero. Un delantero moderno, que se mueve. Eso sí, el segundo atacante que juegue con él debería fijar más a los centrales. Y, eso, a Nani, no le sale. Quizás con otro tipo de delantero se podría haber aprovechado más todo lo bueno que tiene Ronaldo”.
“La relación entre Portugal y Ronaldo tiene amor pero también algo de odio. Hay que gente que no acaba de entender alguno de sus comportamientos. En Madeira incluso se le vio como a un emigrante que no quería reinvertir en casa –pero ahora ha cambiado dicha situación, dado que está creando una cadena de hoteles en Madeira, ha ayudado a inversores de la zona–. Lo que yo noté haciendo la biografía es que se le tiene mucho respeto. Bordeando el miedo. La gente no quiere hablar mal de él, porque sienten que es uno de los pocos representantes que tienen en el mundo. No quieren centrarse en algunos comportamientos que podrían calificarse de arrogantes o fuera de lugar. Sí que hay una minoría que considera que ha abandonado a su país, pero a todas las estrellas les pasa lo mismo: en Liverpool, a los Beatles no se les soporta porque se fueron a Londres. Pero los que piensan así son una minoría”.
“La derrota de la Eurocopa en 2004 llegó en una época complicada para Ronaldo. Su padre había fallecido hacía poco, durante la fase de clasificación. Además, se veía capacitado para ayudar, pero no partió como titular desde el principio. Lo que le pasa a estas grandes estrellas es que cada derrota es una pequeña muerte: él lo sintió así. Hay que pasar por esas pequeñas muertes para luego tomarse la derrota de otra manera, como un paso hacia la siguiente victoria”.
“Sigue siendo el líder de la selección, como lo es en el Madrid, pero se necesitan líderes más positivos en paralelo. Es exigente, pero la manera que tiene de decir las cosas, a muchos jugadores no les gusta. Cuando a Portugal le han eliminado de algún torneo, he ido a hablar con jugadores y alguno me ha dicho: “habla con Ronaldo”. Vienen a decir que, si quiere liderar en las buenas, tiene que hacerlo también en las malas. Lo que le caracteriza es esa exigencia. Si jugara a fútbol a los 70 años con un grupo de amigos, haría lo mismo. Necesita ganar y no entiende el juego de otra manera”.
“Siempre ha dicho que a la selección portuguesa no se le podía exigir mucho porque no eran muy buenos, porque no tenían mucho dónde escoger. Y eso tampoco ha sentado bien en el grupo. Ahora, junto a su liderazgo también está el de Pepe y el de Fernando Santos; a veces los seleccionadores no se han visto capaces de ser líderes y enfrentarse a Ronaldo, o repartir zonas de autoridad con Ronaldo, pero Fernando Santos lo ha hecho, desde su melancolía, su experiencia y desde su manera de ver las cosas. Trata a Ronaldo diferente, pero al mismo tiempo le exige y lo hace delante de todos”.
“Hasta el partido de Hungría, Portugal buscaba el control, favoreciendo sacar lo bueno en de la selección en términos de calidad. Pero desde ese momento, el equipo se echó atrás, tiene más solidez en el centro del campo, regala menos balones. No se ha visto un gran fútbol, pero han llegado lejos. Si no hubiera salido bien, habría habido conflicto con Santos. Ha favorecido al equipo por encima del talento individual. Esta es la Eurocopa de los equipos, aunque no del gran fútbol”.
“Las victorias llevan consigo un montón de artistas invitados, como por ejemplo el cariño de un país por un título deseado, el Balón de Oro… Va a ser difícil lucharle el Balón de Oro a Cristiano por estadística y por currículum, con la final de la Euro, la Champions, quedarse un punto de Barça en la Liga… Pero hay que ver cómo ha sido esta temporada. Y eso no lo hará nadie. Ha sido goleador pero, por ejemplo, en la final de la Champions no estuvo bien”.
“Yo iba con una idea preestablecida antes de escribir el libro. Pero todos vamos con prejuicios en momentos así. Le tengo mucho cariño a Cristiano porque he visto por dónde ha pasado, qué ha tenido que superar, cómo se ha hecho a sí mismo, qué saca de la gente por el camino para hacerse grande, todo lo que devuelve al equipo. Está obsesionado con el gol, sí, pero el día que se vaya del Real Madrid y no marque 50 goles, se le echará mucho más de menos de lo que puede parecer ahora”.
“Para mí, Ronaldo es el mejor goleador de la historia. Por delante de Jimmy Greaves y de Gerd Müller, que han marcado más goles que él en una de las cinco grandes ligas del mundo. ¿Por qué? Porque lo ha hecho ahora. En cuanto a mejor jugador en total, está Maradona, está Pelé, está Messi. A partir de ahí, creo que Cruyff, Beckenbauer y Di Stefano están por encima de Ronaldo, pero él es uno de los diez mejores futbolistas de la historia”.