Existen tantos ídolos como personas que los adoran. Hubo un Ronaldinho para mí y otro para ti. Hubo un Zidane para ti y otro para mí. Y hubo un Maradona para Sorrentino.
Utilizamos cookies en este sitio web. Al usar este sitio, acepta que podemos almacenar y acceder a cookies en su dispositivo. Puede saber más y conocer cómo cambiar la configuración en Política de cookies.