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Cuando la suerte reina sobre el césped

No hay que olvidar nunca que la suerte solo suele favorecer al que está más preparado, así que, cuando se presenta en el césped, hay que recibirla con los brazos abiertos

Desde hace unos años, los gurús de las estadísticas, el Big Data y los informes pormenorizados han intentado vender a los aficionados una milonga enorme: el fútbol es una ciencia y sus resultados pueden predecirse. Cualquiera que haya visto una buena cantidad de partidos sabe perfectamente que la diosa Fortuna tiene mucho que decir en los encuentros.

El factor suerte, protagonista en el mundo del fútbol y los casinos online, juega un papel crucial en el desenlace de eventos deportivos y partidas de azar. En el fútbol, este impredecible elemento puede determinar la trayectoria de un balón en un tiro libre, cambiar el resultado en los últimos minutos de un partido o incluso catapultar a un equipo hacia la gloria. Mientras tanto, en los casinos online, el azar domina cada tirada de una ruleta, el reparto de cartas en una mesa de póker o el giro de los carretes en una tragamonedas. En ambos casos, la suerte se convierte en un aliado o adversario implacable, brindando emociones y sorpresas a jugadores, aficionados y apostadores por igual. En esta época de internet, encontramos un casino en Chile que ha juntado los dos mundos y nos permite disfrutar de slots como Football Star Deluxe, Matchday o Soccer Striker.

La suerte va por competiciones

No todas las competiciones dejan que la suerte se presente como si de una sala de casino se tratara.

Al contrario, las ligas, todas ellas, son bastante esquivas a dejarse ver con la suerte. Es verdad que en un encuentro concreto podemos ver sorpresas y detalles de fortuna. Sin embargo, en las competiciones de la regularidad suele ganar en la inmensa mayoría de casos el mejor de todos. Por cierto, ese mejor es, normalmente, el que ha gastado más en fichajes o el que ya tiene una plantilla muy profunda que los rivales no pueden tocarle por capacidad económica. Pocas sorpresas.

Pero al salir de las competiciones de la regularidad es donde nos encontramos con el reino del azar.

Especialmente en aquellos torneos que funcionan con eliminatorias a partido único. Vamos a viajar a 2010, concretamente al 11 de julio. En la ciudad sudafricana de Johannesburgo corría el minuto 61 de la final del Mundial que enfrentaba a Países Bajos y a España. Robben robó un balón en el centro del campo y se quedó solo ante Casillas. El meta nacional se venció hacia su izquierda y el golpeo del neerlandés iba hacia su derecha.

El final de la historia lo conocemos todos. El esférico golpeó en la pierna de Iker y España consiguió ganar su primer Mundial.

¿Suerte o calidad?

Al leer lo que acabamos de escribir sobre Casillas y su parada, muchos dirán que ahí no aparece la suerte para nada y que todo se debe a que Casillas era el mejor portero del mundo. Es cierto que lo era, pero el análisis de la jugada lleva a pensar que Robben engañó al meta y que solo la suerte llevó ese balón a la pierna de Iker.

El debate en el fútbol está siempre servido. Cuando la suerte aparece, todos intenta quitarle crédito y situar en la habilidad técnica y la calidad lo que tiene toda la pinta de ser una aparición de los hados.

Podríamos seguir con miles de ejemplos como el de Casillas. El Dibu ante Kolo Muani el pasado año, tandas de penaltis que se deciden por milímetros o partidos en los que la pelota parece decidir que no quiere entrar en la portería de un equipo y convierte a ciertos arqueros, poco conocidos por lo general, en héroes salidos del cine.

En resumidas cuentas, no pasa nada por ganar gracias a la suerte. No hay que olvidar nunca que la suerte solo suele favorecer al que está más preparado, así que, cuando se presenta en el césped, hay que recibirla con los brazos abiertos.