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Valentín Barco, talento y descaro de color azul y oro

El joven lateral izquierdo ingresó en la cantera de Boca Juniors a los 9 años y hoy es uno de los líderes del conjunto de La Bombonera, que busca su séptimo título continental

Valentín nació en Veinticinco de Mayo, una localidad situada a las afueras de Buenos Aires. Su apellido es Barco, aunque, paradójicamente, su actitud se asemeja más a la de un faro. De pequeño lucía una melena pelirroja, una cara pecosa y en sus ojos una mirada que inspiraba chulería y ambición, dedicación y descaro. Era zurdo y bajito, como los grandes ídolos de su país, y desde pequeño destacó por sus grandes cualidades futbolísticas.

A los 9 años, el ‘Colo’ Barco ingresó en las categorías inferiores de Boca Juniors de la mano del ‘Negro’ Sánchez. Dada la gran distancia que separaba su casa y La Candela, se le ofreció quedarse en la residencia, pero Valentín nunca llegó a adaptarse. Otro pelirrojo, el escritor Jules Renard, escribió como prefacio de su novela Poil de Carotte que “el padre y la madre se lo deben todo al niño. El niño no les debe nada”. En el caso de Barco, el padre y la madre le deben todo al niño. El niño también les debe todo.

Su familia era de clase obrera y muy limitada económicamente, pero se comprometieron a llevar a Valentín todos los días de entrenamiento, haciendo un gran esfuerzo en tiempo y dinero. Después del ejercicio, a los niños de Boca les daban un zumo y un sándwich para reponer fuerzas. Barco partía el suyo en dos mitades y le daba una a su madre. “Mamá, yo sé que vos tenés hambre también”.

 

Después del ejercicio, a los niños de Boca les daban un zumo y un sándwich para reponer fuerzas. Barco partía el suyo en dos mitades y le daba una a su madre. “Mamá, yo sé que vos tenés hambre también”

 

Desde entonces, se convirtió en uno de los talentos más apreciados de la cantera ‘xeneize’ y con 15 años firmó su primer contrato profesional. A los 16 debutó con el primer equipo, convirtiéndose en el cuarto jugador más joven de la historia del club en hacerlo. Sin embargo, su explosión no llegó hasta la llegada de Jorge Almirón a los banquillos de La Bombonera. Con él, no solo se hizo un hueco en el once, sino que también se convirtió en uno de los líderes del equipo.

Lo que más sorprende con su juventud –y su posición– no es solo su buen hacer defensivo y su rendimiento físico. Su principal fuerte es la gran variedad de recursos ofensivos que puede ofrecer y su habilidad con el balón. Se trata de un lateral izquierdo con mucha profundidad, tanto para finalizar él mismo la jugada como para llegar a línea de fondo y buscar el centro. Asimismo, cuenta con una gran capacidad asociativa y de desborde que le permiten realizar incursiones con un recorrido hacia dentro convirtiéndose así en un interior más y en el director del juego en varias ocasiones. Es por ello por lo que en ocasiones su perfil puede recordar al de João Cancelo, aunque con ciertos matices.

Su actitud no es propia de un jugador tan joven. Se ha echado el equipo a la espalda en las grandes noches, tanto en liga como, sobre todo, en la Libertadores, guiando a los bosteros hasta la final de Maracaná, en la cual se enfrentarán al Fluminense. Y, a pesar de esa madurez, mantiene lo lúdico del juego y la osadía del niño que mira con atrevimiento a su alrededor, creyéndose capaz de lograr cualquier cosa. Por eso, mientras estaba rodeado de jugadores de Palmeiras, en el Estadio Allianz Parque y con el partido empatado, decidió hacer equilibrios pisando la pelota con los dos pies.

 

Su actitud no es propia de un jugador tan joven. Se ha echado el equipo a la espalda en las grandes noches, tanto en liga como, sobre todo, en la Libertadores, guiando a los bosteros hasta la final de Maracaná

 

Sin duda es un talento de los que merece la pena disfrutar. Un diamante en bruto de color azul y oro. Ya ha llamado la atención de los grandes, aunque el que suena más fuerte es el Manchester City de Pep Guardiola. También el Brighton & Hove Albion quiere hacerse con sus servicios. Lo que está claro es que quien logre persuadir a Valentín Barco se asegura a un futbolista con un potencial inmenso.

Es uno de los elegidos para traer la séptima Libertadores de Boca, la obsesión de todos los ‘Xeneizes’, que en una temporada gris solo pueden escudarse en esta competición, a la cual han llegado a la final sin ganar ni un solo partido y logrando el pase en la tanda de penaltis en todas las rondas. Valentín pone el juego. Aquel niño al que sus padres llevaban a La Candela haciendo un viaje de más de dos horas ha crecido. Ya no le hace falta partir el sándwich para dárselo a su madre, pero sigue manteniendo el hambre.

 


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Fotografía de Getty Images