Manchester es la ciudad industrial por excelencia del Reino Unido, algo de lo que ellos mismos se vanaglorian. Una población que siempre ha destacado por ser un lugar donde el concepto de clase media en ocasiones se quedaba grande. Durante la segunda mitad del siglo XX ha sido además uno de los asentamientos preferidos de irlandeses migrantes en busca de la prosperidad que se le suponía a Inglaterra. E inevitablemente, si Manchester ha sido una ciudad un tanto deprimida y llena de migrantes, ha sido la cantera ideal de músicos y futbolistas.
Pep Guardiola ha aterrizado en Manchester para defender los colores del “vecino ruidoso”, como llamaba Alex Fergurson al City. Los azul celeste es históricamente un equipo perdedor y más aún desde que en los noventa su eterno rival se convirtió en un gigante de Europa. Las tornas cambiaron con la llegada de dinero fresco desde Oriente y ya cuentan con dos Premier Leagues y una semifinal de Champions en apenas un lustro.
Solo dos días después del primer gol como profesional de Guardiola, Oasis sacaba a la venta el single Cigarettes and Alcohol, posteriormente un himno de la banda, que alentaba a todo joven sin dinero a pasarlo bien de una manera muy sencilla: emborrachándose, fumando y tumbándose al sol
Pero la larga y tortuosa travesía por el desierto ha llevado a que hasta antes de la llegada del catalán, los ídolos de la afición del City siquiera se vistieran de corto. Incluso ahora que Guardiola tiene el récord del mejor arranque de la historia del club, tiene mucho recorrido que andar para ser el verdadero ídolo de la afición, que aún hoy sigue siendo Noel Gallagher, compositor principal de Oasis.
Tras la depresión económica de los años ochenta con el gobierno de Margaret Thatcher, el bombazo de energía del Britpop sirvió para remontar el vuelo. Así como Estados Unidos tuvo a Nirvana y los movimientos post-punk, en los noventa, Reino Unido tuvo a Oasis, Blur, Pulp y compañía.
Cuando la banda formada por los hermanos Noel y Liam Gallagher tuvo el estallido que todo grupo espera tener, se convirtieron en los hinchas más populares del City. Tanto es así, que en su histórica gira de 1996, que acabó batiendo en aquel entonces el récord de asistencia a un concierto en Europa gracias a su actuación en knebworth con 500.000 personas en dos días, tuvieron varias ocasiones de demostrar su amor al club de su ciudad.
El golpe de efecto más caprichoso fue el de no tocar en Old Trafford cuando la gira paró en su ciudad natal. El estado del Manchester United era el enemigo y decidieron tocar en Maine Road, que por aquel entonces era el estadio de los blues. Dos noches para la historia de la música.
Y la demostración pública de amor al club más importante, que a su vez se convirtió en ritual de los conciertos de Oasis, era acordarse del eterno rival de la manera más ofensiva posible. Los hermanos Gallagher, desde el escenario, entonaban el cántico de las barras citizens titulado “Who the fuck are Man United” (¿Quién cojones es el Manchester United?). Dicen que acordarse del eterno rival es de equipo pequeño, pero sin lugar a dudas, es mucho más divertido que pretender ser digno y orgulloso. A fin de cuentas, esto es fútbol.
Han pasado veinte años del apogeo de Oasis, del auge del britpop y de que la música se volviera, una vez más, contra el sistema y el inmovilismo. Cuando la banda mancuniana estaba en lo más alto, también lo estaba un hombre llamado Pep Guardiola. Eje del Barça, espíritu de la cantera y voz de la afición en el campo. Ambas trayectorias se encontraron en lo más alto y en lo más bajo, coincidiendo en fechas en hitos muy importantes para Noel y Pep, que ahora son ídolos del mismo bando.
El 8 de octubre de 1994, Pep Guardiola anotaba su primer gol en la primera división española. Necesitó de tres temporadas completas (más los cuatro partidos que jugó en la 90/91) para marcar por primera vez en la máxima categoría, en el Camp Nou frente al Atlético de Madrid. Solo dos días después, el 10 de octubre, Oasis sacaba a la venta el single Cigarettes and Alcohol, posteriormente un himno de la banda, que alentaba a todo joven sin dinero a pasarlo bien de una manera muy sencilla: emborrachándose, fumando y tumbándose al sol. Pese a ser el cuarto single de promoción de su álbum debut, fue el más vendido de todos, lo que auguraba que las cosas iban a marchas realmente bien. Las modas son imparables, y más cuando tienen un toque rebelde pero descafeinado, perfecto para ser un superventas sin llamar a la revolución y la toma del poder.
Los años pasaban y Guardiola se convirtió en una realidad futbolística, o lo que en este negocio es un eufemismo de ‘se te está pasando el arroz’. En cuanto a Oasis, en 1996 tocó techo y solo quedaba evitar una caída libre hacia el olvido. Fue en el 2000 cuando los Gallagher vieron como el bajista y el segundo guitarrista abandonaban el grupo a la vez que publicaban el infravalorado Standing on the shoulders of giants. Un sonido mucho más profundo, unas letras mucho más íntimas y por tanto, una caída en ventas muy considerable. Las giras seguían siendo mundiales, pero gracias a los éxitos que habían cosechado en los discos anteriores. El 31 de agosto de ese mismo año, Guardiola sufría una grave lesión con 29 años y empezaba el inevitable declive físico que estas lesiones, a estas edades, traen consigo. El nuevo milenio acercaba a estas dos historias a su inevitable final.
Al año siguiente, se produjo otra coincidencia mágica. El 11 de abril del 2001, Guardiola anunciaba su marcha del Barcelona. Nadie imaginaba que su vuelta una década después sería infinitamente más gloriosa que su etapa de jugador. Y fue también en 2001 cuando Noel Gallagher se divorciaba de su mujer, Meg Matthews, a la que dicen que compuso Wonderwall, la canción de su vida.
Lo que rompe todos los esquemas es la revolución futbolística que el excentrocampista ha traído al balompié desde que es entrenador. Guardiola es ahora infinitamente más conocido, influyente y considerado que en su etapa como jugador. Ahora es más famoso que Noel Gallagher, ya sin Oasis y con una más que notable carrera en solitario. Aun así, la vida les ha seguido juntando en la prensa en fechas muy cercanas. Por ejemplo, el mismo día que el músico abandonaba su grupo por miles de discusiones con su hermano Liam, Guardiola ganaba como entrenador la Supercopa de Europa al Shaktar Donetsk.
Tras su fichaje y aterrizaje en Manchester, Guardiola hizo su primera entrevista oficial como entrenador de los blues para el canal de Youtube del equipo. La entrevista se la hizo Noel. Fue el día que Guardiola tuvo el honor de conocer a Noel, o el día que Noel tuvo el honor de conocer a El Señor (así lo llama él).
Y a día de hoy, como hizo el Liverpool con Fernando Torres, los seguidores del vecino ruidoso ya tienen cánticos para el entrenador catalán. Es muy posible que hagan juntos historia del fútbol. Pero hay que ser muy, muy grande, para conseguir que cuando el equipo gane la liga, se acuerden de ti como en el vídeo que se puede ver aquí abajo. Guardiola puede estar tranquilo, si gana la Premier y la Champions de calle, siempre tendrá un rival a batir en Manchester. Y ese es Noel Gallagher.