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José Jiménez, la arteria aorta de la academia del Valencia

José Jiménez, coordinador de Scouting desde hace más de 27 años en la Academia del Valencia, habla de su trayectoria, de la importancia del proceso y del día a día en Paterna, una fábrica de talentos

El fútbol, como la vida, es un ciclo. Pero no es circular ni se puede explicar. Este deporte miserable y primitivo en tantos ámbitos tiene un poder de atracción que no entiende de lógica. Se trabaja siempre con la pizarra, se escriben crónicas, análisis y opiniones. Casi todos creen tener la razón y la pelota siempre sorprende. Como si este deporte fuera infinito, inefable, inexacto. El fútbol es una ciencia indescifrable en la que llevamos siglos trabajando. Por ejemplo, para un aficionado al Valencia, el siglo XXI ha sido una montaña rusa de emociones. En un período de no más de 20 años, el equipo ha pasado de pelear Liga y Champions a codearse con el descenso. Un equipo que solo bajó a Segunda División en 1986. Para muchos dicen que esto solo es Crónica de una muerte anunciada, como si Gabofuera uno más que ha pasado por el banquillo de Mestalla en los últimos años. Cuando todo marcha bien siempre quieres un poquito más. Hay una ambición desmedida, como dice C. Tangana, lo que no te cuentan es la letra pequeña. Es decir, cuando te vas hacia abajo, a veces, sin frenos y despeinado. Como si fuera la película El Hoyo, no sabes en qué piso abrirás los ojos, si tendrás comida o herramientas para sobrevivir. Pura supervivencia. En el fútbol, a veces, la única vía de escape es la cantera.

Por suerte, el Valencia tiene a José Jiménez al frente. A él y a todo su equipo detrás, los de toda la vida, los de siempre. Sea en Paterna, o repartidos por muchos campos de España, el trabajo es una constante. Yo siempre lo he dicho: el secreto es mi gente. Yo era seleccionador territorial de la Comunidad Valenciana sub-15, sub-16 y sub-18, y tenía de segundo entrenador a Ricardo Ballester, que es mi mano derecha ahora en Valencia. La base para mí siempre ha sido el respeto y la fidelidad, eso y lo más importante de un scout: la discreción. Las gradas están llenas de agentes, representantes y scouts, por eso yo a los míos los quiero siempre aparte. Nosotros queremos ver fútbol, yo a los míos siempre les digo que se escondan. Hay que trabajar y no estar pendientes de lo que hacen otros”, explica.

Para José nada sorprende. La experiencia se lo ha dado todo, en total son más de 27 años trabajando para el club. He vivido el Valencia desde el perfil de muchos presidentes, creo que 16 o 17, en el perfil de 18 directores deportivos y en el perfil de 17 directores de escuela. Cada uno ha tenido su forma de trabajar, de todos he aprendido intentando coger siempre lo bueno y todos me han respetado, han confiado en mí”. El ojo clínico del conjunto ‘ché’ destaca la mejora progresiva de las instalaciones de Paterna. No tienen nada que ver las instalaciones que tenemos ahora con las que teníamos. Hace una década aproximadamente en Paterna se invirtieron diez millones de euros para tener unas instalaciones acorde a la grandeza del club. Se juega y se entrena en césped natural, eso lo disfrutan casi todos los equipos de fútbol 11 y además tenemos  tecnificación nueva para que mi equipo y yo podamos trabajar mejor. Es decir, yo pido un jugador de cualquier categoría, cualquier país y me lo cortan con muchos programas que yo disfruto, incluso para ver cadetes e infantiles. Aunque, ya te digo, un jugador de fútbol se ve en el campo, en directo. La pantalla solo vale para ver el perfil, para hacerte una idea, nada más”, añade. 

 

“Lo mejor es haber disfrutado de grandes futbolistas como Albiol, Silva, Isco, Pablo Hernández, Jordi Alba, Bernat, Paco Alcácer, Ferran. A todos ellos se les ha quedado el sello del Valencia”

 

Jiménez incide que nadie en el fútbol tiene el secreto de la Coca-Cola. Cada vez es más habitual que los directores deportivos me pregunten por la proyección de uno u otro futbolista y yo siempre respondo lo mismo: eso depende del entrenador. Sí, se puede tener proyección, pero si al entrenador no le gusta, se acabó el futbolista. Yo llevo la Coordinación, Dirección y Captación desde el Mestalla hasta querubines. Si te fijas bien en el Fútbol 8, lo más importante es que al jugador ya le veas unas maneras, es decir, que ya demuestre algo de técnica, de talento natural. A partir de ahí, ya sabes que algo tiene. Luego puede haber superioridades por una cuestión física y ahí es más difícil de ver, pero más o menos en ese rango de edad ya empiezas a ver cosas interesantes. Sin embargo, la edad adecuada para firmar por una Academia es la de infantil”.

Hablamos de una categoría donde ya hay muchos agentes al acecho con el objetivo de firmar jóvenes talentos. Jiménez opina sobre ello: Yo siempre digo que los agentes son interesantes para proteger y guiar al futbolista en todas y cada una de sus diferentes aventuras. Este tiene un papel fundamental para suplir un poco la función que tienen los padres cuando el jugador viene de lejos. Por eso, son un apoyo importante siempre y cuando no piensen, algo muy habitual, que sus futbolistas son los mejores. Yo lo que siempre les pido es que no hablen mal de los demás porque al final están hablando mal de sus compañeros de profesión, de la captación y del club en general. Eso tienen que hacérselo mirar. Con respeto y con humildad, hay que trabajar siempre con profesionalidad. Lo único que pido es coherencia y humildad”.

Para que un futbolista ya no destaque sino que triunfe, José Jiménez ve fundamental trabajar el aspecto mental. Uno que viene sin actitud o sin intensidad para jugar al fútbol es imposible que vaya a triunfar. Sobre todo hago hincapié en la personalidad. Si un futbolista no tiene personalidad para jugar en los partidos importantes, nunca va a llegar a la élite”. Hay futbolistas que nacen con las cartas marcadas. “David Silva llegó como cadete y enseguida jugaba con el División de Honor. Todo lo contrario que Xisco Múñoz. No pensaba que llegaría a la élite y lo ha conseguido con esfuerzo y mucho trabajo”.

Jiménez solo tiene palabras buenas para Rubén Baraja, el técnico del primer equipo valencianista: “Estoy súper agradecido y contento de ver que está protegiendo a la cantera e incluso a los veteranos que tiene. Ha conseguido una unión grupal y eso es muy importante. Un entrenador es un psicólogo, dentro de lo que es el conocimiento técnico, táctico de cada jugador a nivel de aplicación, uno tiene que ser buen psicólogo porque lo más importante es ganarse la confianza del jugador y conseguir la cohesión del grupo. Ojalá Baraja siga por este camino. Nunca ningún equipo de élite ha hecho esto. El Valencia está llamando la atención porque nadie pensaba que podían jugar tantos canteranos”, opina.

La finalidad de la Academia es muy clara: sacar jugadores para el primer equipo. “Con aciertos y fallos, ahora mismo hay alrededor de 130 futbolistas que han acabado debutando en el primer equipo o alcanzando el fútbol profesional”. Un ejemplo que pocos conocen es el de Mario Rui -hoy lateral izquierdo del Nápoles-, que se firmó desde Portugal para jugar en el División de Honor. Jiménez incide que el Valencia casi siempre ha buscado un perfil mediterráneo: “Casi el 90% de los jugadores que se han traído son de la Comunidad Valenciana. Lo mejor es haber disfrutado de grandes futbolistas como Albiol, Silva, Isco, Pablo Hernández, Jordi Alba, Bernat, Paco Alcácer, Ferran. A todos ellos se les ha quedado el sello del Valencia”.

 

“Ojalá Baraja siga por este camino. Nunca ningún equipo de élite ha hecho esto. El Valencia está llamando la atención porque nadie pensaba que podían jugar tantos canteranos”

 

Para terminar, Jiménez hace un llamamiento al fútbol para mejorar lo que tenemos, lo que nos engancha, nuestro fútbol. Hay que poner todos (futbolistas, entrenadores, periodistas…) de nuestra parte para devolverle al fútbol lo que era. Se habla demasiado de las cosas externas del fútbol, de los árbitros y de todo este rollo… Realmente lo que se tiene que intentar es volver a hablar de fútbol. La bufanda no importa. Yo soy valencianista, pero no me importa reconocer que le tengo cierta simpatía al Levante. De pequeño iba cogido de la mano con el lechero del barrio al Vallejo porque a mi padre el fútbol le interesaba entre poco y nada. Allí me volvía loco, cuántas veces la policía dijo lo de: ‘El niño José Jiménez se ha perdido. Por favor, les rogamos que acudan…'”.

Al final, el secreto de todo está en los libros. El de este Valencia, quizá en la contraportada de También esto pasará, el libro de Milena Busquets. Un poderoso emperador que convocó a los sabios y les pidió una frase que sirviese para todas las situaciones posibles. Tras meses de deliberaciones, los sabios se presentaron ante el emperador con una propuesta: «También esto pasará». Y la madre añadió: «El dolor y la pena pasarán, como pasan la euforia y la felicidad»”. Por eso, tarde o temprano el Valencia volverá al lugar que le pertenece. Porque en Cádiz terminó con siete canteranos sobre el campo. Porque nadie ni nada podrá desconectar al Valencia de la máquina. No lo merece Mestalla, ni José Jiménez, ni toda la gente que enciende las luces en Paterna cada mañana.

 

 


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Fotografías de Rodrigo Luna Ladetto.