Se coló en la fiesta por la puerta de emergencia. Se vistió de jugador del Barça y apareció en el césped del Spotify Camp Nou celebrando el título de campeones de Liga con toda la plantilla. Como esos chavales de las películas que se colocan el uniforme de aparcacoches para llevarse las llaves de un Jaguar. Muchos se preguntaban quién era ese del pelo rosa que saltaba eufórico y aparecía sonriente en todas las fotos. Su nombre es Julián Araujo y no tiene ningún tipo de parentesco con Ronald, el muro azulgrana.
Nacido en California, desde bien pequeño se entusiasmó con el fútbol, el deporte rey en el país de origen de sus padres. Jorge Araujo cruzó la frontera de México para empezar una nueva vida en Estados Unidos. Tenía solo 15 años cuando dejó Guanajuato para coger fresas en los campos de Lompoc, California. Con unas dificultosas condiciones laborales y sin papeles, fue capaz de formar una familia junto a su mujer, Guadalupe. Tuvieron tres hijos y al pequeño le gustó pegarle patadas al balón. Se le daba bien, por lo que siendo infantil ya llamó la atención de los formadores de la academia del Barça.
Desde Jordania hasta Sao Paulo, pasando por Lituania. Como si de una franquicia se tratara, el club azulgrana tiene más de 100 academias repartidas por todo el mundo. Julián entró a formar parte de ‘La Masía’ situada en Arizona. Allí destacó tanto que incluso llegaron a ofrecerle la posibilidad de trasladarse a la madre de todas las academias, la de Sant Joan Despí, pero prefirió seguir con su evolución en Estados Unidos. El trabajo tuvo su recompensa en 2018. Los Angeles Galaxy de la MLS llamaron a su puerta cuando solo tenía 17 años.
Se vistió de jugador del Barça y apareció en el césped del Spotify Camp Nou celebrando el título de Liga. Como esos chavales de las películas que se colocan el uniforme de aparcacoches para llevarse las llaves de un Jaguar. Muchos se preguntaban quién era ese del pelo rosa que saltaba eufórico
Como buenos estadounidenses, la selección de las Barras y las Estrellas quiso adueñarse de ese joven californiano de padres mexicanos. Pasó por prácticamente todas las categorías e incluso llegó a disputar la fase de clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio. Debutó en Primera División con 19 años y fue compañero de vestuario de Jonathan Dos Santos y Javier ‘Chicharito’ Hernández. Estos hicieron su labor persuasiva para que en 2021 aceptara la llamada de la federación mexicana y del Tata Martino, que lo incluyó en la lista para un amistoso frente a Chile. Su primer partido oficial con México llegaría poco después contra Panamá.
DEFENSOR FUERA DEL CAMPO
Julián no podía decir que no a México. Su padre había sufrido mucho y se había partido el lomo en los campos de fresas para que él pudiera estar donde está. Es un privilegiado y, además, lo sabe. Por eso siempre ha sido un férreo defensor de los derechos laborales de los campesinos en Estados Unidos. En declaraciones a ESPN, su madre, Guadalupe, explicó que “Julián tenía la intención de establecer un comité para que se les pague honestamente a los campesinos mexicanos o de otras nacionalidades”.
Julián no podía decir que no a México. Su padre había sufrido mucho y se había partido el lomo en los campos de fresas para que él pudiera estar donde está. Es un privilegiado y lo sabe. Por eso se preocupa por los derechos laborales de los campesinos
Ahora su altavoz es más grande. En el pasado mercado de invierno el Barça decidió acometer su fichaje. Pero llegaron tarde. Concretamente 18 segundos, que fue el tiempo que tardó en llegar el transfer matching system, el burofax de toda la vida. “Llevamos mucho tiempo siguiéndole. Si rechazan el recurso, jugará cinco meses fuera y luego se incorporará”, aseguró Mateu Alemany. Los azulgranas explicaron que se había tratado de un error informático y recurrieron ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo. Finalmente, a finales de febrero todo se resolvió y Julián Araujo aterrizó en Barcelona.
Todavía no ha debutado, pero ya levanta títulos. Se ha convertido en un ejemplo para toda la comunidad mexico-estadounidense. “Es un sueño hecho realidad. Me gustaría ser un ejemplo para las futuras generaciones”, dijo el futbolista poco después de su fichaje. Ahora se entrena como uno más junto al resto de la plantilla del Barça. Con el pelo teñido de rosa para que Xavi no se olvide de él, espera tener la oportunidad de debutar y sumarse así a la lista de mexicanos que han vestido la camiseta azulgrana. La próxima vez no quiere entrar de extranjis en las celebraciones. Espera tocar la puerta y que le abran.
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Fotografía de Getty Images.