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Jesús Castro y aquella maldita tarde de julio de 1993

El 26 de julio de 1993 fue un día triste por el fútbol español por la muerte de Jesús Castro, exportero del Sporting y hermano de Quini, ahogado en una playa cántabra

jesús castro

El 27 de julio de 1993, hace justo tres décadas, el fútbol asturiano y también el fútbol español despertaron con una triste noticia. El País publicó que “el ex futbolista del Sporting Jesús Castro, hermano de Quini, falleció ayer ahogado en la playa de Pechón (Cantabria), al rescatar del agua a un niño de nacionalidad inglesa. Los efectivos de protección civil no precisaron las circunstancias de la muerte del ex guardameta”. En 366 historias del fútbol mundial que deberías saber, Alfredo Relaño apunta que Castro “estaba en la playa de Pechón, con su familia, cuando vio que un niño inglés se hallaba en riesgo grave de ahogarse, agitándose desesperado en el agua. Se lanzó a rescatarle, cosa que hizo, pero él se quedó agotado y se ahogó, mientras otros completaban la tarea de sacar al niño sin percatarse de que ahora era él quien estaba en apuros”.

Jesús era el mediano de tres hermanos. El mayor era Enrique, ‘Quini’, de 1949. El menor, Rafael, ‘Falo’, de 1960 y también portero: llegó a jugar con el filial y más tarde sería el jefe de seguridad de El Molinón. Jesús, de 1951, defendió la camiseta rojiblanca en 471 ocasiones: 315 en Primera División, 102 en Segunda División, 46 en la Copa del Generalísimo o del Rey y ocho en la Copa de la UEFA. El primero fue el 14 del abril de 1968: un 4-2 ante el Celta de Vigo en Segunda. Y el último fue el 25 de setiembre de 1983, más de 15 años después, más del 5.500 días después: un 4-1 ante el Zaragoza en Primera.

Fue el portero titular del mejor Sporting de la historia: segundo en el curso 1978-1979 a cuatro puntos del Real Madrid. Ese mismo curso el club y los hermanos Jesús y Enrique Castro debutaron en la Copa de la UEFA: el Sporting se impuso al Torino en los treintaidosavos de final, pero dobló la rodilla ante el Estrella Roja. En la 1979-1980 y en la 1980-1981 cedió en treintaidosavos, ante el PSV Eindhoven y el Bohemians.

En la 1979-1980 el equipo acabó tercero a tres puntos de la Real Sociedad y del Madrid y en la 1980-1981 jugó la final de la Copa del Rey, cayendo por 3-1 ante el Barcelona con un doblete de Quini en su primer año en el Camp Nou. El Sporting volvió a jugar la final del torneo del KO el curso siguiente, pero volvió a perder: contra el Madrid por 2-1. Castro vivió las dos finales desde el banquillo: el guardameta de la Copa era José Aurelio Rivero.

 

Jesús, hermano de Quini, “estaba en la playa de Pechón, con su familia, cuando vio que un niño inglés se hallaba en riesgo grave de ahogarse, agitándose desesperado en el agua. Se lanzó a rescatarle, cosa que hizo, pero él se quedó agotado y se ahogó”

 

“Formó parte del mejor período de la larga vida de su querido Sporting, al que había llegado con 16 años, con el club todavía en Segunda”, escribe Relaño. “Debutó a esa edad. No mucho más tarde llegaría su hermano, Quini, uno de los mayores goleadores de la historia de España. Jugaron juntos en el club doce temporadas, que no fueron más porque en la trayectoria de Quini en el Sporting hay un paréntesis de cuatro temporadas en Barcelona. Eran dos hermanos muy queridos. Más brillante el delantero, pero eficaz y popular también el portero, apodado ‘Maizón’ por su planta espigada coronada por un fuerte y rizado pelo pelirrojo”, añade.

Jugó seis partidos con la selección olímpica. En cinco jugó los 90′ y en el restante, el miércoles 24 de noviembre de 1971 contra Bulgaria en Sofia, jugó 13 minutos: Mariano García Remón, portero del Madrid, fue expulsado en el minuto 76, con 8-3 en el marcador. Quini marcó dos de los tres goles de España, que acabó ese partido con ocho jugadores: también fueron expulsados Agustín Gisasola, del Athletic, y Toni Grande, jugador del Madrid y después ayudante en los banquillos de Vicente del Bosque.

La crónica del Mundo Deportivo habló de un “escándalo arbitral en Sofia”. “¡Intolerable! La exclamación surge espontánea cuando nos sentamos ante la máquina de escribir para narrar los hechos acaecidos esta tarde en el estadio Levski, de Sofía. En el deporte la derrota es un imponderable que entra en el juego y que debe servir de lección y experiencia, pero esto no es válido cuando llega por unas causas al margen de los reglamentos hasta el punto que un juez puede falsear totalmente un resultado”, lamentaba la crónica antes de asegurar que Bulgaria marcó tres goles en fuera de juego, sino cuatro, uno de penalti inexistente y uno con diez personas invadieron el terreno de juego: “Suponemos que a ustedes les será difícil admitir una acumulación semejante de barbaridades de un árbitro, pero esta es la cruda y triste realidad”.

Su obituario en El País contaba que había sido convocado, también, por la selección absoluta, aunque sin llegar a estrenarse. Y que “fue el primer futbolista español en lograr una pensión por invalidez”.

 

Quini no volvió a la playa de Pechón hasta 2013: veinte años después de la muerte de Jesús y cinco antes de la suya, por el rodaje de una película biográfica. “Nunca quise venir”

 

Castro, escribe Relaño, “se retiró a los 33 años a causa de una hernia fiscal de la que tuvo que operarse. No quedó todo lo bien que hubiera esperado y no pudo jugar más a buen nivel. Optó por retirarse y planteó un pleito por invalidez permanente que ganó con la ayuda de su ex compañero de equipo Herrero II, abogado”. Tras su retirada se alejó del fútbol y en 1993 estaba al frente de negocios de gasolineras, según El País: “Además, había invertido en caballos de competición y una de sus hijas era campeona de España juvenil de saltos de obstáculos”.

Tenía tres hijos. Fue enterrado en el cementerio de La Carriona, en Avilés, después de un sepelio en la iglesia de San Nicolás de Bari que reunió unas 6.000 personas. Sus hermanos, Enrique y Rafael, Quini y Falo, llevaron el ataúd. A Jesús, recordado por su bondad, le llamaban ‘Susi’ en casa. “Se dice que fue una de las pocas veces que la eterna sonrisa de Quini se borró de su cara, conquistada por un mar de lágrimas”, recordó El Comercio tras la muerte del delantero (2018).

Quini no volvió a la playa de Pechón hasta 2013: veinte años después de la muerte de Jesús y cinco antes de la suya, por el rodaje de la película biográfica El Brujo frente al espejo. “Nunca quise venir”, afirma en el documental.

 


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