Las dudas nunca son buenas consejeras. Nos hacen desconfiar de nosotros mismos, nos confunden. Hay pocas sensaciones peores. Te sientes solo, desesperado, cerca del abismo. Cuesta encontrar un sitio donde refugiarse. Y luego llega la noche, y con ella los sueños. Todos deseamos que lo fantástico y superficial de los sueños se convierta en realidad en algún momento. William Shakespeare lo plasma a la perfección en su obra Sueño de una noche de verano, una de las piezas clave de su carrera. Es cierto que el tema del amor se ha tratado en muchas obras, pero particularmente en esta Shakespeare nos muestra lo que suele ocurrir en casi todas las relaciones cotidianas: la confusión y la duda de la que hablábamos al principio. Pero en Sueño de una noche de verano y, por qué no, en la mayoría de las relaciones, el amor se termina imponiendo. Jérémy Doku seguro que también se encontró con estas dudas al llegar a Inglaterra. El Manchester City pagó 60 millones de euros por el extremo al Rennes francés. Una cifra que puede parecer exagerada, pero que se ajusta a las exigencias del mercado y a la dificultad de encontrar un jugador con las características de Doku.
El desborde, sello de identidad
El jugador nacido en Borgerhout, un barrio de Amberes, siempre ha sufrido lesiones en su carrera que lo han dejado fuera de los terrenos de juego durante varios partidos. Desde el inicio de la temporada 21-22 se le cuentan más de 50 partidos sin jugar por problemas físicos. Uno de sus principales hándicaps. En tres temporadas en Francia acumuló 92 partidos en todas las competiciones. Y, pese a su juventud, ya que Doku tiene aún 21 años, Guardiola se fijó en él para reemplazar la marcha de Mahrez y convertirlo en su nuevo extremo encarador. No podía haber elegido mejor. Arriesgó y acertó.
Su actuación en el Ernst Happel Stadion fue magnífica. En un escenario lleno a abarrotar, con más de 45.000 gargantas dispuestas a gritar y animar a su selección para clasificarse para la Eurocopa, Doku destacó. Y vaya si lo hizo
Y Jérémy agradeció la confianza depositada en él en cada balón que tocó en su debut frente al Fulham, y marcó su primer tanto ‘citizen’ en la visita al West Ham. Mejor inicio imposible. Además, porque Doku aportó lo que el City necesitaba. Desborde, electricidad en ataque y último pase. El belga despunta con su punta de velocidad superior al resto, acciones que el conjunto inglés agradece. Porque a veces se dice que cada vez nos encontramos con menos regateadores en los equipos, menos jugadores capaces de superar adversarios con calidad individual y con el bello arte del regate. Pero si queremos ver a uno que no le teme a la pérdida y que invierte muchos de los balones que toca en unos para uno, hay que ver a Doku.
También con la selección
Anderlecht, Rennes y City ya saben de lo que es capaz el bajo pero potente jugador. Pero con la selección Doku tampoco se esconde. Al contrario, se crece en escenarios que podrían deberían estremecer a un jugador nacido en el 2002. Si bien es cierto que el debut de Doku con la absoluta de Bélgica llegó temprano, un 8 de septiembre de 2020 frente a Dinamarca en la Liga de Naciones, su continuidad en el combinado nacional se ha visto truncada por las lesiones. Unos problemas físicos que le hicieron perderse la mayoría de los partidos clasificatorios al Mundial de 2022. Una Copa del Mundo en la que solo disputó 18 minutos. No tenía el mejor registro de todos el extremo belga con su país. Pero a partir de los encuentros clasificatorios para la Euro 2024, Doku creció a pasos agigantados. La culminación de su crecimiento llegó bajo las órdenes de Tedesco, un seleccionador que le ha dado las riendas del equipo en ataque y que, junto a Lukaku, tiene el socio perfecto para hacer volar otra vez a los Diablos Rojos.
Anderlecht, Rennes y City ya saben de lo que es capaz el bajo pero potente jugador. Y on la selección Doku tampoco se esconde. Al contrario, se crece en escenarios que deberían estremecer a un jugador nacido en el 2002
Su última actuación en el Ernst Happel Stadion, la casa de Austria, fue magnífica. En un escenario lleno a abarrotar, con más de 45.000 gargantas dispuestas a gritar y animar a su selección en el que era el duelo clave para certificar el acceso a la Eurocopa del próximo verano, Doku destacó. Y vaya si lo hizo. Desde los primeros minutos del partido cogió las riendas de su Bélgica y la catapultó hacia la victoria. Jugadas individuales, combinaciones eléctricas con sus compañeros, pases de gol… Jérémy lo hizo absolutamente todo. No se dejó nada en la chistera. Y, como en Sueño de una noche de verano, se impuso el amor. El amor por la pelota y el regate que tanto nos gusta a todos los futboleros. El amor por deleitar a todos los ojos puestos en el terreno de juego. Porque para esto está el fútbol, para dejar de lado las dudas y confusiones que la vida nos trae.
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Fotografía de Getty Images