Una punzada. Debilidad y fortaleza. Pulsión en el pecho. O en la entrepierna. ¿De qué está hecho el amor para que cueste tanto convertirlo en palabras? Viene y va. Resiste, se vence. Fugaz y, a la vez, duradero. Una frase perfecta que se hunde en el teclado. Y no regresa.
Isaac Romero sufrió ayer un escalofrío en la noche. Y la de Getafe no es una noche cualquiera. En el Coliseum sobrevuelan los murciélagos cada vez que Bordalás arenga a los suyos. ‘Papá’ pega unos sustos de muerte. El miedo se viste de azul electricidad en el hogar del ‘Geta’ y el Sevilla venía con la temporada hecha un cortocircuito. No esperaba un chico de 24 años, fuera del radar de las promesas pero dentro de los límites que permite a un profesional temblar de emoción, encontrar el amor bajo estas circunstancias.
Pero lo hizo. Y lo que es mejor: supo expresarlo. “Me recorrió algo por el cuerpo que no te puedo explicar”, resolvió ante los micrófonos al acabar el encuentro. Fue el primer gol con el primer equipo sevillista el que abrió en canal al chico. En su segunda titularidad, en el momento exacto. Hubo otro tanto y, aunque parecida, la sensación no fue la misma. Pero la explicación es brillante.
Los goleadores no suelen hacer planes de boda porque nunca saben cuándo van a perder la ilusión. Hoy a Isaac Romero alguien ya le está ofreciendo una hipoteca y un Excel con los goles que necesitará para pagarla
Encontrar el amor siempre va a ser más satisfactorio que contarlo o tratar de mantenerlo. Porque estar enamorado es el primer paso para desenamorarse. Los goleadores no suelen hacer planes de boda porque nunca saben cuándo van a perder la ilusión. Hoy a Isaac Romero alguien ya le está ofreciendo una hipoteca y un Excel con los goles que necesitará para pagarla. El fútbol, en el fondo, no es tan romántico como creemos.
Por eso, tan importante como vivir primeras veces es saber retenerlas en la memoria. Y volver a ellas siempre que sea necesario, para recordar que la felicidad, la auténtica, dura un segundo. Por eso lo que fuera que le recorrió por el cuerpo a Romero en su delirio juvenil, también llegó, con más o menos intensidad, al tuyo.
Sabes muy bien por qué: ya no quedan tantas primeras veces.
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Fotografía del Instagram de Isaac Romero.