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Eden Hazard y el peso del tiempo

El extremo belga, una sombra de lo que fue, ejemplifica el declive de su selección, que hoy tiene la última ocasión para corresponder al 'hype' creado en Twitter

Belgium's Eden Hazard pictured during a soccer game between Belgium's national team the Red Devils and Canada, in Group F of the FIFA 2022 World Cup in Al Rayyan, State of Qatar on Wednesday 23 November 2022. BELGA PHOTO VIRGINIE LEFOUR (Photo by VIRGINIE LEFOUR / BELGA MAG / Belga via AFP) (Photo by VIRGINIE LEFOUR/BELGA MAG/AFP via Getty Images)

Tiene que ser jodido correr y saber que no vas a llegar. Tiene que ser jodido ver que la pelota se marcha. Tiene que ser jodido que ahora seas tú el hermano de Thorgan. Tiene que ser jodido ser consciente de que tus mejores días han pasado. Tiene que ser jodido notarte peor físicamente. Tiene que ser jodido verle más arrugas a De Bruyne y más canas a Vertonghen.

La selección de Bélgica ha escuchado dos silbatos del árbitro. El primero fue casi silencioso porque la victoria ante Canadá apagó el ruido del mal juego belga. El silbatazo estruendoso y agudo llegó contra Marruecos, por la derrota y de nuevo por las carencias del equipo. Ahora, a expensas de lo que suceda ante Croacia, está a punto de acabar un partido que empezó en 2014 donde empiezan últimamente los partidos: en Twitter. Por el camino, una serie de esperanzas han marcado una generación presa del hype, del envejecimiento de algunos de sus jugadores y del bajo nivel de forma de otros que se lucen en sus clubes, como De Bruyne o Courtois, pero se diluyen con la selección.

Los conocimos en verano de 2014, como a un primer amor. Courtois despuntaba en el Atlético. La defensa eran tres tipos capaces de liderar un rescate de rehenes: la triple V, formada por Vermaelen, Vertonghen y Vincent Kompany. Por ahí andaban tipos jovencísimos que queríamos fichar en el FIFA: De Bruyne, Lukaku, Hazard, Mertens, Origi, Januzaj. Pronunciaciones excelsas, un catálogo de peinados y flow a raudales. Joder, si se llamaban los ‘Diablos Rojos’ y hasta tenían a un tipo como Fellaini, el mejor jugador de voleibol que se ha visto en un campo de fútbol. Era imposible no querer a aquellos tíos traviesos, salidos de La banda del patio, que se plantaron en cuartos con un pleno de victorias. Solo sucumbieron ante la finalista Argentina. Se acabaron los besos, pero nuestro amor por esa Bélgica acababa de empezar.

 

Cuanto más rápido iba Hazard, más lento iba el tiempo. Ahora pasa al revés: cuanto más lento es él, más rápido corre el reloj

 

Aún con Wilmots en el banquillo, también alcanzaron los cuartos de final en la Eurocopa de 2016, donde Gales le robó el título de revelación del campeonato. Roberto Martínez se convirtió en seleccionador y ya tuvimos que pedirles que se casaran con nosotros. La luna de miel fue en Rusia, en 2018, con una fabulosa fase de grupos, una victoria ante Brasil en cuartos y, tras sucumbir ante la campeona Francia, un tercer puesto. Pensábamos que era el principio, pero se acercaba el final.

En este Mundial lo ven más cerca. Nadie ejemplifica mejor el declive que Eden Hazard. Cuanto más rápido iba Hazard, más lento iba el tiempo. Ahora pasa al revés: cuanto más lento es él, más rápido corre el reloj. Nos queda YouTube para deleitarnos. Ese surfeo delante de los rivales antes de recortar, en un movimiento más propio de un torero. Y luego, lo que ya sabíamos, el disparo al palo largo registrado en la Creative Commons. Son buenísimos los jugadores que nadie sabe lo que van a hacer, pero todavía son mejores los futbolistas que todos sabemos lo que tienen en mente y aun así pueden ejecutarlo. Si Hazard corría con el culo en pompa, sabías que algo iba a pasar. De ese pie dulce salían insultos, como si un cura empezar a blasfemar. Hazard conducía con la estrella del Mario Kart.

Lesiones, baja forma, competencia. Por lo que sea, Hazard apenas juega en el Madrid. Parecía feliz en el ecosistema belga, donde Roberto Martínez sigue confiando en él. Pero hasta el ambiente de esos traviesos de pelos con rastas y pintas de guiri se ha podrido. Es la mejor prueba de que han sido una gran familia: ahora se odian.

Tiene que ser jodido saber que te haces mayor, pero tiene que serlo más que te lo diga un compañero. Esos tipos con cada vez menos flow parecen muertos, divididos en la estación mientras pasa el último tren de la selección que en Twitter ganó dos Mundiales y tres Eurocopas. Tienen dos opciones: seguir en el Mundial o intentar campeonar en Mastodon.

 


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Fotografía de Getty Images.