“La vida es un juego que se mide en centímetros. También lo es el fútbol. Porque en cada partido, en la vida o en el fútbol, el margen de error es tan estrecho… Quiero decir, medio paso demasiado tarde o muy pronto y no llegarás; medio segundo demasiado lento o muy rápido y no lo atraparás. Los centímetros que necesitamos están por todas partes. Están en cada descanso del partido, en cada minuto, en cada segundo. […] Sumando todos esos centímetros vamos a marcar la puta diferencia entre ganar o perder, entre vivir o morir”. Dos veces en mi vida me han puesto el discurso de Al Pacino en Un domingo cualquiera. Las dos, en un día decisivo para el campeonato. Ganar o morir. Vivir o perder. Y en esas dos ocasiones acabamos palmando. Qué cosas. De la gloria a la nada en 90 minutos, en un abrir y cerrar de ojos, en un suspiro. Es curioso cómo puedes levantarte por la mañana un día pensando que estás cerquísima de la victoria y te acabas acostando ahogado en la derrota. La diferencia entre una y la otra suele ser ínfima. A veces, una sola persona basta para cambiarlo todo. Luis Suárez es esa persona; la diferencia en el Atlético de Madrid.
Sin ir más lejos, si lo de ayer ante Osasuna hubiera ocurrido hace un año, la prensa deportiva hubiera encabezado la actualidad atlética con algo así como: ‘El Atleti, de empate en empate’, ‘La falta de gol y el Atlético’ o titulares por el estilo. Hoy, en cambio, los ‘colchoneros’ se han despertado leyendo titulares sobre liderazgos, remontadas, victorias; sobre ilusiones; sobre soñar en grande. Las mismas noticias se observaron después de un gol en el último minuto en Vitoria. También se ojearon tras un sencillo 1-0 al recibir la visita del Getafe. O cuando el Elche fue al Metropolitano. O más de lo mismo en un día en Ipurua. ¿La diferencia? Luis Suárez.
Los números, para nada definitivos en esto del fútbol, pero habitualmente aclaratorios, lo atestiguan. El ‘9’ del Atlético en la pasada campaña de la Liga vio puerta en 12 ocasiones, vistiendo la camiseta del Barcelona. Este año, con un positivo por coronavirus de por medio, Luis Suárez suma 20 dianas. En términos globales, las cifras también bailan para el Atleti. De 1,34 goles por partido a 1,75. De nueve jornadas sin ver puerta en todo el campeonato a siete. De empatar 16 encuentros a la mitad. De acabar la Liga a 17 puntos del líder, a encabezar la clasificación a falta de un solo encuentro. ¿La diferencia? Luis Suárez.
En el fútbol, el margen de error es tan estrecho que los míseros centímetros que separan a un balón de entrar en la portería o perderse más allá del poste lo significan todo. Y Luis Suárez es para el Atlético de Madrid esos centímetros de los que hablaba Al Pacino en Un domingo cualquiera. No se presenta en el área ni un paso demasiado tarde ni uno demasiado pronto, llega ahí cuando toca. Se encuentra con el balón, lo busca, en el momento exacto, ni medio segundo demasiado lento ni muy rápido, en ese instante único, perfecto, justo, que le hace dejarlo reposar en las mallas. El uruguayo ha ido sumando todos esos centímetros para marcar la diferencia entre ganar o perder, entre vivir o morir. Centímetros imperceptibles, pero vitales en el fútbol. Centímetros que defenestraron al Barcelona en agosto. Centímetros regalados al Atlético en verano. Centímetros que no existían en el Metropolitano. Centímetros que han llevado a los ‘colchoneros’ a ser los claros candidatos de una liga en la que últimamente quedaban segundos. Por centímetros, supongo. En esta liga, la diferencia es Luis Suárez.
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Fotografía de Getty Images.