La próxima temporada El Madrigal volverá a escuchar esa música tan preciada en el mundo del fútbol, el himno de la Champions. Será la cuarta ocasión que el Villarreal juegue la máxima competición continental. Nada comparable a aquella primera vez, en la que la aventura finalizó dramáticamente en semifinales cuando Lehmann atajó el penalti a Riquelme. Pero esta vez también es especial, pues hace apenas tres años el Submarino navegaba por aguas de segunda. Además, certificar el cuarto puesto en el feudo del máximo rival autonómico -un Valencia al que le saca la friolera de 20 puntos-, siempre tiene su aquel.
Pese a la magnitud de la gesta, sería injusto reducir la gran temporada del Villarreal únicamente a eso. De hecho, el equipo está a solo un paso de alcanzar su primera final. Y el escenario en el que lo conseguiría, el mítico Anfield, tampoco defrauda. El Liverpool de Klopp es el último escollo que le queda al Submarino para disputar la final de la Europa League de Basilea. Y aunque se trate de algo simbólico, esta campaña también se ha logrado ser líder de la Liga BBVA por primera vez. Por todo ello, hemos decidido dedicarle un análisis algo más profundo a los protagonistas de esta bonita historia, un equipo sin grandes figuras en el que destaca el bloque por encima de todo -hasta 19 jugadores acumulan más de 1.000 minutos de juego-, y en el que el líder natural es un canterano, Bruno Soriano.
EN LA PORTERÍA
Alphonse Aréola. Semidesconocido portero francés de origen filipino que había jugado las dos últimas temporadas en el Lens y el Bastia cedido por el Paris Saint Germain. Llegó para sustituir la baja de larga duración de un Asenjo que cuajó una gran temporada el curso pasado. Y lo cierto es que el galo ha cumplido con creces: tercer portero menos goleado de Primera -por detrás de Oblak y Bravo-, y récord de partidos con la puerta a cero en una Liga de un guardameta del Villarreal -15, compartido con el propio Asenjo-.
Sergio Asenjo. La carrera futbolística del guardameta palentino está marcada por los infortunios. Asenjo ha sufrido hasta tres lesiones de gravedad que le han apartado de los terrenos de juego durante largos periodos de tiempo. La última, una rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha, se produjo en el mejor momento de su carrera, cuando se había ganado a pulso la titularidad en el Villarreal. Pero si por algo se caracteriza Asenjo es por no rendirse nunca, y el meta palentino volvió a defender la portería amarilla casi un año después.
Mariano Barbosa. Único superviviente de aquella amarga semifinal de Champions de 2006 frente al Arsenal. Llegó a Villarreal en 2005 con solo 21 años y con la nada desdeñable tarea de suplir la marcha de un tal Pepe Reina. Le tocó vivir la época más inestable en la portería amarilla -desde la marcha de Pepe y hasta la llegada de Diego López- y acabó abandonando el club a los dos años. Esta temporada fue rescatado por el Villarreal para ocupar el puesto de portero suplente, y ha jugado un total de diez partidos entre Europa League y Copa del Rey.
EN LA ZAGA
Mario Gaspar. Marcelino llegó a pensar de él que no tenía el nivel suficiente para jugar en Primera, pero después admitió que es uno de los futbolistas que más le han sorprendido en su carrera como entrenador. Mario ha acabado siendo indiscutible en el lateral derecho y ha alcanzado un nivel tal que ya ha sido convocado por Vicente del Bosque para la absoluta en tres ocasiones. Destaca por su velocidad, su polivalencia -el técnico asturiano lo ha utilizado en más de una ocasión como central derecho-, y por su gran proyección ofensiva.
Antonio Rukavina. Lateral serbio que cumple su segunda temporada en el Villarreal, al que llegó procedente del Valladolid. Es el tipo de jugador que todo entrenador querría tener en su plantilla, pues siempre cumple cuando se le requiere y, además, puede desempeñar su función en distintas posiciones. Marcelino ya lo ha utilizado en ambos laterales y como interior derecho. Se ha ganado a pulso su renovación.
Víctor Ruiz. Uno de los grandes méritos de Marcelino es la recuperación de este futbolista. Tras un paso amargo por Valencia y Napoli, Víctor Ruiz se ha asentado en el Villarreal y ha vuelto a recordar a aquel jugador que destacó en el Espanyol. La prolongada ausencia de Musacchio le ha convertido en el pilar básico de la zaga amarilla para el entrenador asturiano. De hecho, es, de largo, el jugador de la plantilla que más minutos acumula esta temporada. Su gran nivel ha hecho que algunos le reclamen a Del Bosque su presencia en la Selección.
Mateo Musacchio. Las lesiones han marcado la temporada del llamado a ser el líder de la zaga amarilla. Su evolución desde su llegada al club en 2009 está fuera de toda duda y a día de hoy es un central que está en la agenda de muchos grandes europeos. Sus últimas buenas campañas en el Villarreal le han servido para regresar a la selección argentina de la mano del Tata Martino tras dos años de ausencia. Destaca por su buena colocación, su anticipación y su rapidez.
Éric Bailly. Típico fichaje del Villarreal: jugador joven, con mucha proyección y poco conocido. Llegó procedente del Espanyol en el mercado de invierno de la pasada temporada para suplir la marcha de Gabriel Paulista al Arsenal. Teórico tercer central, la lesión de Musacchio le ha permitido disfrutar de más minutos. Suele ser uno de los que más broncas se lleva de Marcelino por jugar pasado de vueltas e ir siempre al límite. Su mejor virtud es su condición física y su rapidez, algo que ha hecho que el técnico asturiano le utilice de lateral.
Daniele Bonera. Fue el último en llegar y pese a que fue un fichaje sobre la bocina, el fax sí que llegó a tiempo. Se trata del típico central italiano: tosco, lento, fuerte, poco preciso con el balón en los pies, mayor y algo pasado de kilos. Eterno suplente en el Milan, se le fichó para tener un recambio de garantías en la zaga. De hecho, su papel ha sido el de cuarto central del equipo.
Jaume Costa. La temporada pasada se fichó al internacional esloveno Bojan Jokic para, supuestamente, ser el lateral izquierdo titular del Villarreal, pero este mercado de invierno tuvo que salir porque Jaume Costa le ha ganado la partida claramente. Formado en la cantera de Valencia y Villarreal, este menudo futbolista tiene como principal virtud su velocidad y su gran proyección ofensiva.
Adrián Marín. El lateral izquierdo del futuro. Un informe realizado por The Guardian lo situaba entre los 40 jugadores más prometedores del mundo nacidos en 1997. Y no iban mal encaminados los ingleses. Pese a que todavía suele jugar con el filial, su protagonismo en el equipo es cada vez mayor, y las lesiones de Jaume Costa le han permitido disfrutar de minutos de calidad. Todavía tiene tiempo para seguir curtiéndose y cumplir con todas las expectativas que ha levantado.
EN EL MEDIO
Bruno Soriano. Toda una institución en Vila-real, es el futbolista que más veces ha vestido la elástica amarilla. A día de hoy, es el jugador más imprescindible del equipo. Fijo en el esquema de Marcelino, todo el juego del Submarino pasa por su cabeza y sus botas. Es, además, la extensión del entrenador en el terreno de juego. Su zurda es una de las mejores del campeonato, pero además, destaca por su inteligencia táctica y por su colocación. Se ha ganado a pulso ser convocado por la Selección.
Manu Trigueros. Es el socio perfecto de Bruno en el centro del campo amarillo. Acostumbrado a jugar en posiciones más avanzadas, Marcelino lo ha reconvertido a mediocentro, posición en la que está rindiendo a gran nivel. Su mayor virtud es su gran visión de juego, aunque con el tiempo ha ganado mucho en capacidad de sacrificio. Cualquiera diría que ha salido de La Masia.
Tomás Pina. Suele alternarse con Trigueros para acompañar a Bruno en el centro del campo, aunque es de corte más defensivo que el primero. Pina es más un destructor que un creador de juego, de modo que Marcelino suele recurrir a él en partidos ante equipos más físicos. Además, su estatura hace ganar al equipo poderío en el juego aéreo. Su gol en San Paolo fue clave para eliminar al Napoli de Sarri.
Jonathan dos Santos. A priori es más un mediocentro que otra cosa, pero Marcelino casi siempre lo utiliza como falso extremo derecho. No tiene el recorrido de un jugador de banda, pero le ofrece al equipo un equilibrio extra con su trabajo defensivo y ayuda en la elaboración del juego a los dos mediocentros. El técnico asturiano lo suele alinear en partidos ante equipos grandes, en los que quiere reforzar el centro del campo para crear superioridad.
Denis Suárez. Sin duda, una de las sensaciones de la temporada. Puede actuar en cualquiera de los dos flancos de ataque y entre sus cualidades destacan el desborde y la técnica. Con 13, es el máximo asistente del equipo sumando todas las competiciones, y encabeza el ranking de asistencias en la Europa League, competición en la que está resultando clave. Suyo fue el gol que dio la victoria frente al Napoli en El Madrigal y suya la asistencia que supuso el gol de Adrián en la ida de semifinales contra el Liverpool.
Samu Castillejo. Fue uno de los fichajes estrella del Villarreal. Su buena campaña en el Málaga propició que el club castellonense pagara una cuantiosa cifra a los andaluces por su traspaso. Pese a que es un habitual en el once de Marcelino, son muchos los que esperaban algo más de él. Por el momento, el Samu que se está viendo en El Madrigal difiere mucho de aquel que deslumbró en La Rosaleda.
Samu García. Llegó en el mismo pack que su tocayo y, al igual que él, no ha acabado de despuntar en el Submarino. Acostumbrado a jugar más por dentro, el esquema de Marcelino le obliga a partir desde la banda, algo que no le beneficia en exceso. La lesión que sufrió a principios de año que le ha alejado de los terrenos de juego durante tres meses tampoco ha ayudado. Se espera que estando al 100% pueda dar un salto de calidad.
EN PUNTA
Cédric Bakambu. Llegó por la puerta de atrás, de una liga menor y, para más inri, del Bursaspor, uno de los equipos modestos de Turquía. Pese a ello, su temporada está siendo grandiosa. Es el máximo goleador del equipo con 22 goles -con nueve tantos en la Europa League, está a solo uno del pichichi, Aduriz-, y ha hecho olvidar a un Vietto que el año pasado metió 21 tantos de amarillo. La técnica no es su mejor arma, pero su velocidad y su oportunismo le convierten en un peligro constante para las defensas rivales. Apunten su nombre de cara al mercado estival.
Roberto Soldado. Vino con aureola de crack, con la misión de ser el goleador del equipo, pero su faceta anotadora no ha brillado en exceso: ocho tantos en 43 partidos. Sin embargo, se ha destapado como un gran asistente, con diez pases de gol en el campeonato doméstico, algo que no sucedía en el Villarreal desde que el mago Riquelme repartiera 14 en la lejana campaña 2004-2005. Ha formado una sociedad letal con Bakambu y ha hecho infinidad de amigos entre el colectivo arbitral.
Leo Baptistao. Comenzó la temporada a gran nivel, pero las lesiones han frenado su proyección. Pese a todo, ha resultado ser un gran recambio para los dos delanteros titulares. El Villarreal se quedó con una opción de compra del brasileño, por lo que no sería de extrañar que la temporada que viene siguiera vistiendo de amarillo. Hacía tiempo que se esperaba de él que fuese más regular, y da la sensación que este curso lo está consiguiendo.
Adrián López. Llegó cedido por el Oporto y se ha pasado buena parte de la temporada lesionado, pero ha aparecido en el momento justo. Su gol en la ida de las semifinales de la Europa League puede valer un pase a la final de Basilea. El ex del Atlético y del Oporto da minutos de descanso a los de arriba y le ofrece otro perfil de ariete al míster: delicado en el toque, sabe leer el juego en los últimos metros y suele aplicarse con mucha intensidad. La titularidad, sin embargo, nunca la tiene asegurada.
EN EL BANCO
Marcelino García Toral. El juego que propone, cada vez más “simeonizado”, no acaba de convencer a los que estaban acostumbrados al fútbol de toque de la era Pellegrini, pero sus resultados son innegables. Debutó en Valdebebas ante el filial madridista con el equipo fuera de los puestos de playoff de ascenso y sufrió una sonrojante derrota por 5-0. Tres años y medio después, tiene al equipo a un paso de su primera final y con puesto asegurado en la próxima edición de la Champions. Nunca un arranque tan trágico tuvo un final tan feliz.
Canteranos. Nahuel Leiva, Rodri Hernández, Alfonso Pedraza, Pablo Iñíguez y Miguel Llambrich también han disfrutado de minutos esta temporada. Con la apuesta por la cantera del club, a buen seguro que los vemos en un futuro con mayor asiduidad en el primer equipo.