*Este lista está extraída del interior del #Panenka47, que todavía puedes conseguir aquí.
1. DEAN WELLS
Defendió al Brentford en más peleas que partidos, y en 2011 terminó en prisión por una batalla campal contra hooligans del Leyton Orient. Cumplió condena y lo fichó el Stevenage, rival de The O’s en la League Two.
2. STEVE DAVIS
Tras increpar durante 45 minutos a Lee Chapman -delantero de su amado West Ham-, Harry Redknapp le espetó: “¿Juegas tan bien como hablas?”. Y Stevie, con un par de pintas en el cuerpo, marcó en su debut con los hammers.
3. JOSÉ GARCÍA
Su imagen animando a Osasuna en la grada de El Sadar se hizo viral cuando el ojo lo vio. No ‘el día después’, pero sí nueve años más tarde, aquel niño debutaba con los rojillos.
4. MANUEL NEUER
Seguía los partidos del Schalke desde la Nordkurve, fantaseando convertirse en Jens Lehman. Entonces no sabía que su ídolo acabaría en el Dortmund, gran rival de los mineros.
5. CRISTIANO LUCARELLI
Creció rodeado de banderas del Partido Comunista y del Livorno, con el que lució el dorsal 99, año de fundación de las Brigadas Autónomas Livornesas -ultras del club-.
6. KEVIN GROSSKREUTZ
Cuando jugaba en el Rot Weiss Ahlen, su entrenador le prohibió ir al estadio a animar al BVB porque llegaba pesado de piernas a los partidos. ¿Solución? Fichó por el Dortmund.
7. RENATO GONZÁLEZ
Tras marcar su primer gol con la U de Chile, rompió a llorar como un chiquillo. No podía parar. Nadie entendía nada hasta que se explicó: “Soy fanático de este club, soy un hincha jugando en la U”.
8. ANDER HERRERA
“Yo soy un ultra del Zaragoza que juega al fútbol. Un ultra bueno, ¿eh?”, le reconocía a Tomás Guasch en una entrevista en 2010. Tan bueno que acabó en el Teatro de los Sueños.
9. FRANCESCO TOTTI
Ídolo de la Curva Sud, en 2006 apareció por sorpresa en ese fondo para vivir la semifinal de Coppa con los Ultras Romani, con los que ha tenido que negociar varias veces para evitar líos.
10. GUSTAVO MOYANO
El ‘Tenaza’, que llegó a entrenar con el primer equipo de Instituto de Córdoba, se pasó a la barra brava y acabó atacando el microbus del equipo tras una derrota. Varios de sus excompañeros iban dentro.