Ya está a la venta el #Panenka100, un número diferente, único, en el que recopilamos los 100 partidos que todo amante del fútbol debería recordar para siempre. Desde sus primeros grandes episodios hasta los más recientes, un repaso a las mayores palizas, remontadas, sorpresas, éxitos y fracasos que nos ha dejado este deporte en cualquier tiempo y en cualquier era. A partir de una selección totalmente subjetiva, la revista analiza un centenar de partidos de equipos, épocas y competiciones distintas. Cada partido tiene su propio enfoque (táctico, literario, estadístico…), con especial mención a los duelos que han sido rememorados por sus propios protagonistas. En definitiva: 116 páginas dedicadas a los 100 partidos que hay que leer antes de morir.
Protagonistas sobre el césped y también sobre el papel. Michel Platini, Xavi Hernández, Louis van Gaal, Mario Alberto Kempes, David Silva y Vicente Del Bosque, entre otros, cuentan en primera persona cómo vivieron algunos de los mejores partidos de la historia.
Hay partidos que no se pueden explicar únicamente desde la óptica de lo que sucede en el terreno de juego. Como aquel duelo entre la Unión Soviética y Yugoslavia, en la final de la primera Eurocopa de la historia, en 1960, que no se entendería sin el contexto social y político de dos maneras de entender la dictadura del proletariado.
En este número especial también abordamos algunos encuentros históricos a través de la pizarra. Genialidades tácticas, alineaciones inolvidables, jugadas para el recuerdo… Duelos, como el Milan-Real Madrid de 1989, que marcaron un punto de inflexión en la evolución del juego.
El #Panenka100 tampoco podía ser un número en el que no tuviera protagonismo la ilustración, uno de los pilares de nuestra revista. Entre algunos otros partidos memorables, cuya esencia tratamos de sintetizar en una creatividad, no falta el extraordinario Italia-RFA que tuvo lugar en 1970 en el Estadio Azteca.
Hay partidos que se explican con una sola imagen, sin necesidad de nada más para saber lo que ocurrió. La celebración de Andrés Iniesta tras anotar el gol que le daba a la selección española su primera Copa del Mundo es una prueba de ello. A veces, las instantáneas hablan por sí mismas.