*Fotografías de Xavier Torres-Bacchetta
Sergio Asenjo es el protagonista de portada del último número de la revista, correspondiente al mes de abril. Hace un par de semanas, viajamos hasta Villarreal para encontrarnos con él, entrevistarlo, fotografiarlo y hacer de su historia -debut propio de un joven prodigio, fichaje por un grande como el Atlético, cuatro lesiones de ligamento anterior cruzado, superación y triunfo en el Villarreal- uno de los hilos conductores de un dossier en el que queremos hablar de la lesión como elemento inseparable del fútbol.
La charla, se inicia en sus orígenes, en su Palencia natal, en la que escoge la portería, o como Asenjo prefiere especificar: “la portería me escogió a mí”. De ahí, de su rendimiento en el modesto San Juanillo, a uno de los dominadores de la región, el Valladolid, donde su carrera es meteórica. Y un nombre, el de José Luis Mendilibar, que confía en él para hacerlo debutar como profesional con 18 años. “Mendilibar me trató como si fuera su propio hijo. Me dijo que me centrara en el fútbol, que estaba haciendo las cosas bien, que lo extradeportivo no dependía de mí. Que lo único que dependía de mí era trabajar cada día y cada partido como si fuera el último”, explica del que, según cuenta a Panenka, es el entrenador que más le ha marcado. De aquel debut, precisamente en un partido contra el Villarreal, tiene muy claro qué recuerda con más cariño. “Me quedo con esa ovación que me dio Zorrilla, con 18 años, en el primer minuto, en un mano a mano con Nihat”, evoca.
Tras sus buenas actuaciones en Zorrilla, el Atlético llamó a su puerta. Allí fue donde se rompió el cruzado por primera vez. “Con 20 años te parece que puedes con todo. Pero de la noche a la mañana todo se trunca. Fue duro, tenía mucha ilusión de triunfar en el Atleti”, explica. Se recuperó y volvió, esta vez para jugar en el Málaga, pero ya sabía que la recuperación de esa primera lesión no había sido óptima, y recayó. Aun así, cuenta que nunca ha salido a jugar con miedo. “El miedo existe cuando no confías en la rodilla o en un codo o en un hombro. He trabajado para que la confianza sea máxima. Hasta que no la he sentido entrenando, a base de caídas, de saltos, no he salido a jugar un partido”.A esa lesión en Málaga le seguirían dos más, ambas ya con la camiseta del Villarreal. La última, le mantuvo apartado de los terrenos de juego 267 días. De todo ese proceso, para Asenjo, el primer mes es la parte más dura. “Cuando estás recién operado, tienes que cuidar mucho lo que haces, todos los movimientos”, explica. Luego, narra, “pasado ese mes, el resto es duro trabajo, lo que quiera poner cada uno encima de la mesa”. Una periodo de recuperación largo y lento que se hace más duro si cabe en un contexto tan cruel como el del fútbol profesional. “Te lesionas, te mandan durante una semana mensajes de ánimo, pero ya. El fútbol continúa, salen nuevos futbolistas, pero del que está en un gimnasio no se acuerda nadie”, comenta, aunque dice no tener quejas del Villarreal en ese sentido: “la misma noche que me lesioné, el presidente ya contaba los meses para mi vuelta”.
Pese a las lesiones, Asenjo aclara que nunca pensó en la retirada. “Para nada. Tengo 28 años y quiero retirarme por mí, cuando diga ‘hasta aquí’ o no quiera seguir dando el máximo”, explica
LA VIDA EN ‘GROGUET’
Sobre su momento en el Villarreal, el meta palentino valora positivamente la llegada de Javi Calleja al banquillo del Estadio de la Cerámica, con un estilo que, para él, está suponiendo un reto futbolístico. “Nos hace ser [a los porteros] muy participativos, empezar desde atrás, combinar con nuestros defensas. No estaba acostumbrado a este tipo de fútbol”, indica.
Asenjo reconoce que le “choca” el contraste entre un club grande con unas aspiraciones europeas y la pequeña localidad que lo acoge. Aun así, ya comprende la idiosincrasia de la entidad. “Lo manejan pocas personas, pero con las ideas muy claras”, describe. Y reconoce que el conjunto, tras dos décadas de asentamiento en la élite, necesita un título: “todo el club y los jugadores nos quitaríamos ese lastre de encima”.
LA SELECCIÓN
Las lesiones siempre le han llegado a Asenjo precisamente cuando empezaba a entrar en los planes de los seleccionadores. En la entrevista, también comenta sus posibilidades de entrar en los planes de Julen Lopetegui, aunque es consciente que su último parón obligado no le ha ayudado, considera “un orgullo” que se le incluya en las quinielas del combinado nacional –“algo habré hecho bien en tan pocos meses para que la gente me tuviera en cuenta”-. Aun así, no descarta nada: “Si se da esa oportunidad, encantadísimo, y, si no, seré un aficionado más en el Mundial”.