Los noruegos están acostumbrados a triunfar, buena prueba de ello es su espíritu combativo, inherente en su ADN desde la época de los vikingos. El año 739 marca el inicio de la era vikinga con el ataque al monasterio inglés de Lindisfarne, hecho que muchos conoceréis por su aparición en la serie Vikingos de Netflix. A partir de ese momento, y durante los próximos 300 años los vikingos se extendieron por buena parte del territorio europeo con sus famosos drakkars (nombre que reciben sus barcos) y hasta llegaron a las costas del territorio americano de la mano de Leiv Eriksson, cinco siglos antes de que lo hiciera Cristóbal Colón. Todos estos años de esplendor se vieron truncados en el año 1066 con la muerte del rey Harald Hardråde en la batalla de Stamford Bridge. Hasta Jorge Luis Borges se hizo eco de la derrota y escribió en un texto llamado El pudor de la historia (Otras inquisiciones, 1952): “Una fecha profética de algo que aún está en el futuro: el olvido de sangres y de naciones, la solidaridad del género humano”.
La batalla de Stamford Bridge guarda más relación con el protagonista de hoy de lo que nos imaginamos. Porque puede ser en Stamford Bridge, el estadio del Chelsea, donde Marius Lode (1993, Kvernaland, Noruega) y el Bodø/Glimt debuten en la Champions League. Primero deberán superar varias rondas previas, pero visto el nivel del equipo del norte de Noruega, la palabra imposible no parece existir en su vocabulario. Después de batir todos los récords en la Eliteserien, los chicos de Kjetil Knutsen buscarán, en su primera clasificación para la Champions, hacer historia y llegar a la fase de grupos. Marius Lode tendrá un papel fundamental en la búsqueda de este objetivo y junto a los Patrick Berg o Ulrik Saltness, querrán volver a poner en el panorama futbolístico europeo a Noruega.
Antes que nada, ¿cómo estás? Escuché que tuviste el Coronavirus.
Estoy bastante bien. Pero fue un período inusual porque también fui seleccionado para la selección nacional. Cuando llegué a la convocatoria fue muy emocionante conocer a todos los jugadores y al cuerpo técnico pero, de repente, supimos que un jugador tenía el virus, así que tuvimos que ponernos en cuarentena. Y el séptimo día de cuarentena me contagié. Pero ahora estoy muy bien.
La primera pregunta es obligatoria. ¿Cuáles son las claves del éxito del Bodø/Glimt?
Comenzamos a desarrollar nuestro estilo de juego y grupo de entrenamiento ya en 2017, cuando Kjetil Knutsen entró como entrenador asistente. Esa misma temporada ascendimos batiendo todos los récords en la OBOS-ligaen (la segunda división noruega). La de 2018 fue una temporada en la que tuvimos que adaptarnos a un nivel un poco más alto. Y Kjetil empezó a exigirnos mucho en los entrenamientos. Creo que la intensidad en el día a día ha sido el principal acierto de nuestro rendimiento porque cada vez que llegan nuevos jugadores les cuesta seguir el ritmo durante la primera semana. Así que hemos comenzado una muy buena cultura de entrenamiento porque el entrenador es exigente en conseguir una alta intensidad y superar nuestros límites. Además Kjetil no quiere que seamos atletas, quiere que focalicemos nuestros esfuerzos en la técnica y en mejorar en el terreno de juego.
Naciste en Kvernaland, en el sur de Noruega, y en tus inicios jugaste en Bryne. ¿Cómo fue el cambio de vivir en uno de los puntos más al sur del país a uno de los puntos de más al norte?
Fue muy extraño, porque Noruega es un país muy grande aunque no lo parezca. Para mí mudarme al norte y abandonar mi casa fue bastante difícil. Yo siempre he estado muy cerca de la familia y los amigos. Aunque creo que en Bodø he evolucionado mucho como persona porque salir de mi zona de confort hizo que me diera cuenta de que al estar solo hay que aprender a cuidarse. Pero ha sido extraño sobretodo por el frío. Aun así, Bodø es una ciudad muy bonita, pequeña, de unos 50.000 habitantes, pero muy acogedora y amigable.
En febrero se cumplirán cuatro años desde que llegaste a Bodø. Entonces todavía estabais en la OBOS-ligaen. ¿El equipo que te encontraste cuando llegaste aquí era realmente diferente al que hay ahora?
Mucho. Cuando llegué acababan de descender de categoría. La gente estaba muy triste, era muy duro entrar al vestuario y ver a todos los jugadores desanimados. Solo querían irse porque habían descendido, pero después de la pretemporada comenzamos a construir un grupo realmente bueno y conseguimos muy buenos resultados. Aún siguen muchos jugadores que ya estaban en 2017 pero también hemos hecho muchos cambios. Yo diría que uno de los factores clave que tenemos es la conexión entre todo el grupo y el espíritu combativo que tenemos.
Kjetil Knutsen hizo un gran trabajo.
Kjetil es una pieza crucial en mi desarrollo como jugador, los demás entrenadores también han sido importantes para mí, pero cuando vine aquí y Kjetil me dijo cómo quería que jugara, cómo debía desarrollarme y cómo debería entrenar y concentrarme, mi visión cambió por completo. Sentí que él vio en lo que yo era bueno, pero también sabía en lo que tenía que mejorar. Muchos jugadores del equipo tienen una gran capacidad para ser buenos futbolistas pero nunca habían hecho grandes temporadas. Knutsen llegó y todo cambió por completo. Ves a Philip Zinckernagel, que vino con el rol de no jugar demasiado, y ahora quizás vaya a una de las grandes ligas.
“Ahora somos el primer equipo del norte de Noruega que ha ganado la liga, es un momento de mucho orgullo para el Bodø”
Zinckernagel ha estado genial esta temporada.
Ha sido asombroso. En el equipo todos estamos muy contentos cuando alguien hace una buena actuación porque sabemos que ganamos y perdemos juntos. Y cuando lo hacemos bien, queremos que todos tengan éxito.
He leído a muchos expertos en fútbol noruego decir que cuando Kjetil Knutsen fue nombrado entrenador nadie pensó que iba a ser tan influyente y ni mucho menos que en el segundo año en Eliteserien llegaríais a ser subcampeones. ¿Desde el inicio sentiste que algo especial se estaba cociendo?
Sí, la temporada 2018 muchos de los hinchas de la ciudad querían despedir a Kjetil porque no lo hicimos del todo bien; luchamos por no descender y nos acabamos salvando. Incluso muchos jugadores no estaban contentos con él. Los fanáticos están muy cegados, porque solo ven los resultados y no el progreso. Pero al comienzo de la temporada 2019 la gente vio lo que realmente estaba pasando. Hicimos una gran pretemporada, lo pasamos muy bien. Y cuando comenzó la liga, simplemente continuamos de la misma manera que lo habíamos hecho en los partidos de entrenamiento. Hemos podido mantener a muchos jugadores clave y seguir desarrollando nuestro estilo. Nadie podía esperar lo que ha pasado. Ahora somos el primer equipo del norte de Noruega que ha ganado la liga, es un momento de mucho orgullo para el Bodø.
En la temporada 2019 terminasteis subcampeones a 14 puntos del Molde, pero igualmente fue una gran sorpresa para todos en Noruega.
Lo fue porque, como los expertos dijeron, ese año teníamos que luchar por la permanencia. Teníamos grandes jugadores, éramos un buen grupo e hicimos una gran pretemporada. Pero vendimos a José Ángel al Sheriff Tiraspol de Moldavia y a Martin Bjørnbak, el antiguo capitán, al Molde. Y también a nuestro máximo goleador de 2017 y 2018. Perdimos a tres de nuestros jugadores claves. Pero Kjetil y su forma de jugar continuó desarrollándose. Quizás nos deshicimos de buenos jugadores, pero también de gente que no se adaptaba al 100% a la forma que él quería jugar. Empezamos la temporada muy bien y la gente esperaba que bajásemos el ritmo. Pensaban: ‘ahora están volando, pero no van a poder seguir así’. La gente nos subestimó, porque somos un equipo pequeño, y lo hizo hasta el final de la temporada. Así que, para ser honesto, también para mí fue una locura conseguir la segunda posición. Pero así es el fútbol, cuando haces cosas bien durante mucho tiempo, siempre obtienes tu recompensa.
Leí en algunos artículos, por ejemplo, el del New York Times, que uno de los secretos del equipo fue lo que hicisteis en la pretemporada: no establecer ninguna meta, solo concentrarse en la actuación. ¿Crees que ésta es una de las cosas más importantes del equipo, la libertad con la que jugáis y centrarse en el rendimiento?
Sí, absolutamente. De hecho todo empezó con el coach, Bjørn Mannsverk. Ha significado mucho para los jugadores. Comenzamos a hablar de que no queríamos centrarnos en los resultados como una meta porque te condicionan. Pensamos que era un mal enfoque, ya que luego te olvidas de mirar lo que has hecho bien y solo te fijas en las cosas malas. Bjørn habló con Kjetil de que tal vez no deberíamos medir nuestro éxito en los resultados, sino en el rendimiento. Y creo que eso es algo que nos hace diferentes de los otros equipos en Noruega, porque muchos de ellos se enfocan tanto en los resultados que no pueden desarrollar su propio estilo de juego. Y para nosotros, esto no tiene sentido. Porque si cada día te centras en avanzar y desarrollarte como futbolista y equipo, al final los resultados llegan.
Nosotros tenemos cuatro valores, uno de ellos es el rendimiento, el otro es la actuación y los otros dos son la lealtad y la unión. Estos valores nos describen como grupo. Y es por eso que a veces, incluso si ganamos un partido, pero el rendimiento no es bueno, no estamos al 100% satisfechos. Es importante estar feliz cuando ganas, pero tampoco demasiado, porque siempre puedes aprender de los partidos.
Ulrik Saltness dijo en el New York Times que vuestro estilo de juego es “kamikaze”, y muy diferente al de los otros equipos de la Eliteserien. ¿Crees que hoy en día el Bodø/ Glimt es invencible?
Ningún equipo es invencible, pero creo que somos un equipo muy difícil de vencer. A la gente le gusta cómo jugamos porque tenemos unos roles muy definidos, y cada jugador sabe lo que tiene que hacer. Cuando tenemos que cambiar algunos jugadores no afecta a nuestro equipo porque todos saben lo que se supone que deben hacer. A veces los equipos no saben cómo jugar contra nosotros porque tenemos soluciones para todo. Cuando un equipo nos plantea un bloque bajo, tenemos tantas ocasiones que al final siempre acabamos marcando y cuando nos presionan arriba normalmente encontramos la manera de superar sus líneas con pocos pases.
Otro aspecto es el equilibrio que habéis encontrado entre jugadores experimentados como Moe, Moberg o tú y los jóvenes como Bjørkan, Hauge o Berg. ¿Cómo de importante es para el equipo este equilibrio?
Muy grande e intentamos sacar lo mejor de cada uno de nosotros porque tenemos una mezcla perfecta entre gente joven y gente con experiencia. En muchos equipos los jugadores más veteranos tienen entre 33 y 34 años. Pero en el Glimt el más veterano es Brede Moe, que tiene 29 años, los siguientes son Ulrik Saltness y Joshua Smits, que tienen 28, y luego me tienes a mí con 27. También es importante que tanto los jóvenes cómo los más experimentados sean fuertes mentalmente, pero también físicamente.
“A la gente le gusta cómo jugamos porque tenemos unos roles muy definidos, y cada jugador sabe lo que tiene que hacer”
¿Cuál crees que es el futuro del equipo? ¿Crees que lo que habéis hecho esta temporada puede tener una continuidad en el futuro?
Eso creo. Aunque es muy difícil de decir porque un año tal vez te sale todo bien, como este año, pero al siguiente no tienes la suerte o la continuidad y empiezas a perder partidos. Uno de nuestros mayores desafíos es poder mantener a los jugadores ya que somos un club vendedor y puede ser que algunos quieran dar el salto a una liga mejor. Pero el año que viene también tendremos la oportunidad de ir a la Champions League. Y es una motivación extra ver quién se va y quién se queda la próxima temporada. Vamos a tener una continuidad si podemos mantener tantos jugadores como sea posible. Además hay que tener en cuenta que los jóvenes también serán un año mayores y con un año más de experiencia, pero nunca se sabe porque los otros equipos también pueden hacer un muy buen trabajo.
Hablando de jugadores que hicieron una gran temporada, ¿crees que están listos para dar un salto más grande y jugar en alguna de las grandes ligas europeas?
Sí, por ejemplo, Patrcik Berg ya hace tiempo que está con la selección, y ha jugado realmente bien. Y está también Zinckernagel, a quien el Istanbul Basaksehir quería fichar en verano. Uno de los momentos más felices de esta temporada para mí fue cuando Pioli, el entrenador del Milan, dijo en la entrevista posterior al partido que nos enfrentamos en Europa League que estaba impresionado por dos jugadores, por Jens Peter Hauge, a quien unos días más tarde fichó, y por mí. Fue un gran momento. Siempre tienes el sueño de poder jugar en una gran liga, pero este año tenemos la oportunidad de entrar en competiciones europeas. Así que los jugadores no tenemos prisa en salir porque sabemos que es mejor estar en un equipo que conoces y te conocen que probar suerte en el extranjero.
¿Te imaginabas cuando eras joven y jugabas en el Bryne, que años más tarde ganarías la Eliteserien rompiendo todos los récords y jugando un fútbol de tan bella factura?
Nunca me lo imaginé. Cuando estaba en Bryne pensaba que tal vez pudiera jugar para un equipo de Eliteserien algún día. Pero era un sueño, no pensaba demasiado en ello porque a mí lo que me gustaba era jugar a fútbol. No fue hasta el año pasado que sentí que podíamos hacer algo grande en la liga. Y llega este año que ha sido increíble, más que un sueño hecho realidad. Nunca pensé que iba a quedar subcampeón y aún menos en ganar la liga, así que estoy muy orgulloso y feliz.
¿Crees que ahora ya has entendido que esto es real o todavía estás como en un sueño y no te lo crees?
Cuando ganamos 7-0 al Aalesunds me lo empecé a creer porque teníamos 18 puntos de ventaja sobre el Molde y aún quedaban 18 puntos por jugar. Ahí comencé a sentir que íbamos a ganar la liga. Ese fue un momento realmente feliz porque, aparte de ganar el partido, supe que me habían convocado para la selección nacional. En ese momento sentí que el trabajo que habíamos hecho durante toda la temporada terminaría con el mejor de los premios. Y cuando finalmente aseguramos matemáticamente el título en Drammen, contra el Strømsgodset, fue un momento increíble.
He visto que Haaland jugó contigo en sus inicios en Bryne. ¿Era ya un jugador tan diferencial como lo es hoy en día?
Por supuesto, ambos dejamos el Bryne después de la temporada 2016. A principios de 2017, él se fue al Molde y yo al Glimt. Siempre ha sido un gran talento y ya jugó muchos partidos en 2016 para el Bryne. ¡Solo tenía 16 años! Tiene algo especial, un gran potencial, pero nunca se sabe. Puedes tener un gran talento pero lo que hace a Erling Haaland único es su mentalidad, su ética de trabajo. Nunca he visto a alguien con la misma determinación.
Ibas a jugar de nuevo con él en la selección nacional, pero hubo el brote de Coronavirus y no pudiste debutar. Supongo que tienes ganas de volver a ser convocado.
Por supuesto, fue un momento de mucho orgullo para mí, porque siempre había admirado a los jugadores de la selección nacional. Y es un sueño poder representar a tu país y a tu gente. Fue un poco desafortunado lo que sucedió, pero aun así, estoy muy emocionado y con ganas de volver y poder debutar.
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Fotografía de Imago.