La frase “no existen las coincidencias” no la desafía nadie… más que el fútbol. Cada temporada que pasa nos lo demuestra, de una manera sútil o muy obvia.
La última ópera prima de este fenómeno pasó en lugares donde se respira el balompié, donde las personas, justo después de tomar su café, revisan los resultados de partidos que vieron el día anterior. Hablando y analizando cada movimiento dentro del campo hasta que llega la nueva jornada.
Primero fue Argentina, ganando el Mundial de 2022, dando entender que este año futbolístico que venía podía estar lleno de esa ‘mística’ que solo la muerte de un ídolo nacional puede dejar. Que Messi ganara la copa más deseada del deporte desencadenó una serie de eventos afortunados.
Después de muchos años, 33 para ser exactos, llegó el Scudetto a la ciudad más eléctrica del sur de Italia. Nápoles ha celebrado su tercer campeonato nacional gracias a la increíble temporada de su equipo, el Napoli. Si la ciudad entera se viste de azul y blanco sin importar qué pase, esta hazaña hizo que cada rincón de la ciudad representara un delirio de portada.
Lo increíble de los colores del fútbol es que la pasión que representan se puede usar por más de uno. Porque las coincidencias no existen si se viste de ‘azurro‘, y así lo demostró el otro equipo de la ciudad: el Napoli Femminile, que este mismo curso ha ascendiendo a la Serie A femenina por cuarta vez en su historia.
No es el equipo femenino de los actuales campeones de la Serie A masculina, pero, sin saberlo, compartieron la fe y el amor de lo que significa alzar un título
Fundado en 2003, la entidad inició su camino futbolístico con muchas variantes, uniendo diferentes equipos para formar el definitivo, siempre pensando en poner en alto el orgullo del fútbol femenino de la ciudad. En Nápoles, no hay diferencias entre hombres y mujeres cuando se siente la pasión del juego.
De inscribirse en la Serie C, subieron a la Serie B tan solo dos años después de nacer. En la temporada del 2011-12, dieron el salto definitivo, poniendo el azul y blanco en la categoría más alta del fútbol femenino italiano.
Jugadoras ahora históricas del calcio pasaron por el Napoli Femminile como futuras promesas, y cumplieron. La afición italiana no podría corear el nombre de Valentina Giacinti en un templo como el Estadio Olímpico de Roma si no hubiera vestido la camiseta celeste.
Como en toda historia de amor italiana, hay ocasiones que las cosas no salen como las protagonistas quisieran. Después de una pandemia que paralizó la pelota, el Napoli Femminile regresaría a la Serie B. Sin embargo, un equipo de esta ciudad no se da por vencido, demostrando, una vez más, que en Nápoles se mira hacia todas las direcciones, menos al piso.
Las y los napolitanos no necesitaban una excusa más para celebrar como solo ellos saben, pero el Napoli Femminile decidió darles otra. Su ascenso a la máxima categoría por cuarta vez en su historia
Con un equipo reforzado, con futbolistas claves de otros países, entraron a la nueva temporada con un objetivo clavado en el corazón: el de hacer historia una vez más en el fútbol femenino italiano. No es el equipo femenino de los actuales campeones de la Serie A masculina, pero, sin saberlo, compartieron la fe y el amor de lo que significa alzar un título. Y lo lograron, ganando el campeonato de plata de la liga italiana, subiendo de nuevo a la máxima competición.
‘Anema e Core’es lo que se leía en las camisetas que vistieron las jugadoras cuando se proclamaron campeonas, reflejando que en Nápoles, además de con talento, se juega a base de alma y corazón.
Las y los napolitanos no necesitaban una excusa más para celebrar como solo ellos saben, pero el Napoli Femminile decidió darles otra. Porque las coincidencias no existen, pero si alguien podía sumar un hecho sin explicación más al delirio que vive la ciudad, solo lo podían hacer ellas.
La historia nos prueba que, una vez más, en el fútbol no existen las coincidencias, a menos que lleves Napoli en el nombre.
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Fotografía del Napoli Femminile.