El fútbol no tiene memoria histórica, tan solo cuenta el presente. Ni Mario Götze, el autor del tanto que en 2014 le dio a Alemania su cuarto título de la Copa del Mundo, ni André Schürrle, que asistió al futbolista bávaro para que decidiera la final contra la Argentina de Leo Messi, estarán en el Mundial de Rusia, en una muestra clara de que la hoja de servicios prestados al país puede no resultar nada relevante a la hora de confeccionar las convocatorias.
Tampoco estará Éder, el hombre que el día 10 de julio de 2016 conectó un derechazo imparable desde fuera del área para batir a Hugo Lloris, silenciar al Stade de France e impulsar a la selección de Portugal hacia la consecución de su primer triunfo en un gran torneo internacional. El (siempre sonriente) delantero de Guinea-Bisáu, un futbolista al que el periodista Miguel Lourenço Pereira definió en el #Panenka56 como “el héroe improbable” del combinado portugués en la Eurocopa de Francia’16, como un tipo al que “pocos se atreverían a colocar en una lista de los 50 mejores delanteros de la historia del fútbol luso”; tan solo ha anotado once dianas en los 65 encuentros (siete con el Lille, en la 16-17; y cuatro con el Lokomotiv de Moscú, que el pasado 5 de mayo se proclamó campeón de la liga rusa gracias a un tanto suyo) que ha disputado después de aquel inigualable verano de 2016.
El seleccionador portugués, Fernando Santos, le incluyó en la prelista de 35 futbolistas para el Mundial a pesar de sus tristes números y de su pobre trayectoria a nivel de clubes (antes de recalar en el Lille y el Lokomotiv, defendió las camisetas del Oliveira do Hospital, del Tourizense, de la Académica de Coimbra, del Sporting de Braga y del Swansea), pero finalmente fue descartado de una convocatoria en la que tampoco está Renato Sanches. Con todo, a Éder, el anónimo que se convirtió en un mito al marcar el gol más importante de la historia del fútbol luso, quizás tampoco le entristece demasiado no estar en Rusia. “Puede que jamás vuelva a anotar un solo gol con Portugal. Como Noé, ya ha llevado a cabo su misión. Si hay un nuevo diluvio, que venga otro a arreglarlo. Lord Éder ya ha cumplido con su destino”, concluía Miguel Lourenço Pereira.